Edad: 46 años
Nacionalidad: Peruano
Ocupación: Tejedor
¿Cómo se interesó por tejer?
En mi familia ya existía la tradición, pero yo también tenía una habilidad personal. Sin embargo, el dibujo ha sido lo constante en mi vida y también estudié literatura. Entonces al final busqué cómo con el color y con la pintura podía decir lo mismo que con las palabras en la poesía.
¿Cómo combina el dibujo y la pintura con el tapiz?
En mi estilo paso primero por ser un pintor. Luego paso la composición al tapiz. Es un proceso lento y algunas obras pueden necesitar dos o tres meses para estar listas, aunque eso no es nada si recordamos que había tapices precolombinos que se trabajaron por años.
¿Por qué los colores son tan vivos en todos sus cuadros?
Tengo un gusto por el color vibrante y por las líneas dinámicas. Siento que me ayudan a expresar mejor la espiritualidad andina.¿Por qué la espiritualidad?
Hay una visión de lo espiritual, de lo ritual, de encontrarse con lo importante porque el símbolo ayuda mucho cuando se quiere decir mucho con poco.
¿Cómo califica su trabajo: arte o artesanía?
Es artesanía la ejecución de la obra por medio de un virtuosismo técnico, pero es arte porque está dada por una necesidad de comunicación. En todo caso, mi foco es visualizar lo que quiero y hacer eso es creativo, es enmarcarlo en un tiempo y un espacio (determinados).
¿Y es la primera vez que trae sus cuadros a los países centroamericanos?
Sí, es mi primera vez en Centroamérica y la visita es una necesidad. He estado en Estados Unidos y Europa, pero nunca en esta parte del mundo, así que traje 16 obras, buena parte de la colección que quería mostrar porque creo que es la más representativa.
¿Qué justificación da a su trabajo como tejedor?
Hago mi trabajo por gusto, siento una gran liberación interna cuando uno los elementos para entretejer con los hilos lo que quiero decir, aunque también tengo que aceptar que una obra es casi siempre solo una parte de lo que quisiera decir.