Los costarricenses siguen tocándose el bolsillo a la hora de opinar sobre los principales problemas del país, pero la violencia, la drogadicción y la inseguridad les preocupan cada vez más desde febrero del año pasado.
Lo demuestran así los criterios recabados por la encuesta de Unimer, realizada en todo el territorio nacional y con gente de todos los estratos socioeconómicos.
Mientras tanto, un fenómeno que se muestra en picada entre las preocupaciones de los costarricenses es la corrupción, que tuvo su punto más alto hace dos años, cuando dos exmandatarios fueron detenidos por supuestos actos irregulares.
El alto costo de la vida, la queja más persistente de los ticos durante los últimos años, ha disminuido en su valoración y compite hoy como principal inquietud con el crimen y la violencia.
Los líos de seguridad tienen otro condimento, también señalado por los encuestados: la drogadicción, cuya valoración se disparó de noviembre a esta fecha.
Solo en San José, en lo que va del año, los ladrones asaltaron a 46 personas en las afueras de bancos y han atracado y retenido a más de 120 personas en sus propias casas.
Además, los asesinatos se presentan con más frecuencia y cada vez más ticos son presa de la drogadicción y el narcotráfico.