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¿Cómo se vincula usted al Saprissa Basket?
Hace dos años Henry Martínez, quien es un buen amigo mío, me pidió que le ayudara a P. J. (Palmieri) y Sean (Karros) con la franquicia. Este año, cuando las cosas no funcionaron con Blas (Martínez), me hice cargo. Yo he sido coach toda la vida, soy adicto al baloncesto. Estoy acá desde hace cinco años y desde entonces soy parte de la comunidad del baloncesto del país.
¿Qué cambió del equipo?
En Costa Rica hay un tremendo talento para el baloncesto, pero les falta confianza, mejor dieta, más gimnasio y entrenamiento. Nosotros en la franquicia estamos tratando de cambiar eso, todo eso hace diferencia en el juego. Todos son importantes, todos juegan...
Desde la gradería, a uno le parece que la fortaleza de Saprissa es su juego de conjunto.
El que va a los juegos ve eso: nosotros hablamos, nos comunicamos, hacemos cosas como un equipo. Es un concepto.
¿Está satisfecho con la profundidad de la banca?
Sí, estoy muy feliz con mi equipo, cada jugador ha mejorado. El jugador cree en el coach y el coach cree en los jugadores. En Costa Rica los jugadores se molestan cuando salen de cambio..., no en mi equipo. Yo hablo con ellos, los veo a los ojos y saben que los necesito en otro momento del juego. Yo creo en mis jugadores.
¿La barrera del lenguaje ha sido un problema difícil?
Fue complicado al principio, pero aprendí las palabras claves para comunicarme. (El jugador) Blake Andrews, quien es predicador, me ayuda con la traducción; Eladio (Trejos) me ayuda con los faules y cosas así, Dedrick (Dye) es una gran ayuda.
¿Está Saprissa lo bastante fuerte para el playoff y una eventual final?
Soy realista: ganar es una curva de aprendizaje y a veces se necesita tiempo para llegar al siguiente nivel. El playoff es diferente a la temporada regular, tenemos la ventaja de casa y eso es una gran ventaja. No puedo predecir el campeonato, pero me gustan mis chances.
Para muchos, Saprissa es una sorpresa...
Para mí no, porque creo en mis jugadores y estoy muy contento con ellos: tienen la voluntad y la confianza de ganar.
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