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El juez Gerardo Calero Miranda, condenado a cuatro años de prisión por abusos contra una colegiala, huyó a Panamá, según informes del Organismo de Investigación Judicial (OIJ).
La Policía Judicial recibió, semanas atrás, información sobre el funcionario judicial y actualmente coordina con agentes de la Policía Internacional (Interpol) para su ubicación, captura y envío a suelo nacional.
Calero huyó a través de uno de los senderos sin vigilancia policial que funcionan en el sector fronterizo de Paso Canoas.
Esa información la confirmó ayer la Sección de Capturas del OIJ por medio del jefe de prensa de ese cuerpo policial, Francisco Ruiz Mejía.
Calero desapareció después de enterarse de que la condena en su contra quedó en firme, a mediados de junio.
En ese momento, agentes del OIJ se preparaban para detenerlo en su casa, en Barva, Heredia.
Sin embargo, cuando allanaron la vivienda ya había escapado.
Pese a ello, las autoridades confían en ubicar al juez en cualquier momento con ayuda de la Policía Técnica Judicial (PTJ) de Panamá y la Interpol en ese país.
Calero laboraba desde el 2002 como juez contravencional de menor cuantía en Sarapiquí, Heredia.
Fue sentenciado a cuatro años de prisión por abusos cometidos en perjuicio de una menor de 14 años.
Ese delito lo cometió en junio del 2002 en un gimnasio del colegio de Barva, Heredia, institución donde el juez prestaba sus servicios como profesor de un curso de teatro.
Según la sentencia dictada por el Tribunal de Juicio de Heredia, el 27 de junio del 2005, el juez solicitó a varias colegiales que pasaran al baño, una a una, para someterlas a una especie de audición y escoger a las protagonistas de su obra.
"El ajusticiable le indicó a la ofendida que se fuera para el final del vestidor y se quedara de espalda, momento en el que (...) se le acerca y le quita la blusa, dejándola desnuda de la cintura para arriba", concluyó dicho Tribunal.
Los jueces determinaron que Calero besó a la muchacha contra su voluntad “utilizando para ello la coacción, toda vez que le manifestó que si no lo hace la va a dejar fuera de la obra”.
Inicialmente fue condenado a cinco años, pero un Tribunal de Casación, al confirmar el fallo, fijó en cuatro años la sentencia, siempre por abusos sexuales contra menor de edad.
En el momento de su desaparición, Calero fungía aún como juez contravencional en Sarapiquí.
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