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Lo normal y la Patria

Sepamos ser libres –con afán de superación– en todas las dimensiones de la vida humana

L a Nación informa de que, en el mundo de las noticias y del espectáculo, concretamente en México, varias mujeres, distinguidas o en todo caso destacadas (¡no es lo mismo!), se están prestando para posar con poca (o nula) ropa en revistas para caballeros. Se cita a dos jóvenes que, "famosas" por aparecer en pantalla, también podrían hacerse “ricas” de este modo. Se da como argumento que el mercado de las revistas para caballeros ha crecido, y lo más sorprendente es la mezcla de categorías que se maneja de parte de estas personas.
Su justificación: el desnudo y el semidesnudo se ven ahora como algo más natural, y una criatura en cuestión desea inmortalizar su figura en fotografías que muestran de manera atrevida un poco más de lo normal. ¡Por favor! Desde luego, la desnudez es natural y normal…, pero estas categorías las determinan también, y sobre todo, las intenciones de los participantes.
Surge por allí un olorcito a billete verde (un literato español, que ya sabía de América, anticipó que poderoso caballero es Don Dinero). Suena también la voz de otra hermana mexicana, Juana Ramírez de nombre original, un poquito más interesada en valores que no son de la bolsa, sobre la que peca por la paga [y] el que paga por pecar.
Confusión mental. Pero eso no es todo. Al mareo de categorías se añade una doble ensalada de muy dudosa categoría: una doncella argumenta que santo que no es visto no es venerado, y se adelanta que se verá divina: ¿se me catalogará como reaccionario si señalo que en lo “normal” y “natural” de categorías a que se alude, este tipo de vocabulario se reserva más bien para otros contextos? Luego, el clímax de la confusión mental de parte de una: “Quería dar un regalo a los caballeros y a mis seguidores. Es un halago ser la imagen de una revista [alude concretamente a FHM (For Him Magazine) del país azteca] durante setiembre porque es un mes patrio y porque soy mexicana”. ¡Bravo por la educación cívica y los valores patrios!
Apaga y vámonos porque es una verdadera lástima utilizar tanto signo, tanta fotografía estética, tanto arte… para la insignificancia. Utilizo el vocablo en el sentido preciso de Cornelius Castoriadis, filósofo y sicoanalista griego, en su último libro: El avance de la insignificancia, publicado en 1997.
García Márquez afirmó que las mujeres siempre han empujado el carro de la historia. Quizá convenga ir a pie, en este caso. Tenemos un explícito caso de la mujer víctima y cómplice, según el elocuente título de nuestra Yadira Calvo.
Sepamos ser libres –es decir, con afán de superación– también en esta dimensión. Contra este muro de interesadita confusión mental, tenemos el deber de pensar y de actuar los que pretendemos el nombre de educadores. Ese término refiere a conducir, que, desde Aristó-teles –se supone– va en un camino de superación; pero, claro, también puede ser que ese viejo no haya sido normal ni natural.

  • POR Víctor Valembois
  • Opinión
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