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Bogotá. AFP. El gobierno del presidente Álvaro Uribe dio un primer paso hacia un acuerdo humanitario con la guerrilla de las FARC, al aceptar ayer desmilitarizar dos municipios del suroeste de Colombia, tal como ha pedido esa guerrilla marxista para negociar un canje de secuestrados por rebeldes presos.
El ministro de Defensa, Juan Manuel Santos, señaló que es una nueva "demostración al país y a la guerrilla de la voluntad para buscar un acuerdo humanitario", aunque indicó que hace falta definir los detalles logísticos.
“El Presidente ha aceptado y tiene la voluntad política para realizar el despeje en los municipios de Florida y Pradera”, señaló el exministro Alvaro Leyva, que promovió diálogos con las FARC en anteriores gobiernos y a quien Uribe encomendó facilitar acercamientos.
A la región de donde saldrían las tropas se dará el nombre de “zona de encuentro” durante 45 días, en los cuales se negociaría el intercambio de 58 rehenes por 500 rebeldes presos, dos de ellos en Estados Unidos, dijo Leyva.
“Ahora necesitamos buscar unas reglas de juego serias, que se pongan unos términos de tiempo que se respeten y unas condiciones mínimas que garanticen que todo va a salir bien y no va a haber confrontaciones que se pueden evitar”, agregó.
Uribe dijo ayer que tras el anuncio obrará con prudencia. “El comunicado da unas características suficientes para el análisis de todos los que tienen que intervenir”, declaró.
A su vez, el vicepresidente Francisco Santos pidió moderación, y sostuvo que las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia) deben nombrar a un delegado para que discuta las condiciones de la zona con el alto comisionado para la paz, Luis Carlos Restrepo.
El gobierno había aceptado una propuesta de Francia, España y Suiza para retirar al Ejército de una zona de 180 km2 en la misma región, pero las FARC insisten en el despeje de los dos poblados.
Uribe anunció en la noche del miércoles su disposición a acordar con las FARC una región para dialogar, bajo ciertas condiciones.
“No podrá ser una zona de refugio del delito, no podrá ser un campo de recuperación militar para el terrorismo, presionado por la guerra política. Debe ser una zona de encuentro que pruebe a nacionales y a la comunidad internacional que existe buena fe para la paz”, dijo.
El embajador francés en Colombia, Camille Rohou, se declaró a la espera de respuesta de las FARC al “gesto positivo” de Uribe.
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