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El trailero costarricense Edwin Rodolfo Solís Jaén, asesinado el martes pasado en Honduras, temía morir por los asaltos en las carreteras centroamericanas.
Así lo hizo saber a su madre, Mireya Jaén Villagra, el viernes 22 de setiembre, poco antes de emprender el viaje, desde Pavas (San José), a fin de dejar telas para camisetas a una empresa maquiladora en San Pedro Sula.
"Me dijo que ya era uno de los últimos viajes. Pensaba trabajar viajando a Centroamérica hasta diciembre. Decía que había mucho peligro. Quería seguir trabajando, pero aquí", dijo su madre.
Agregó que el temor surgió porque en dos ocasiones anteriores lo habían asaltado.
Una de ellas ocurrió hace dos años en El Salvador, cuando lo amarraron y lo dejaron sin nada.
“Él siempre me pasaba llamando. El lunes me llamó: ‘Mami, estoy aquí, por la frontera (entre Nicaragua y Honduras). Cuando llegue a descargar, la vuelvo a llamar”, recordó Mireya Jaén.
“El martes, como al mediodía, llamaron y me dijeron que estaba desaparecido. Eso me preocupó, y el jueves nos volvieron a llamar para decir que lo habían encontrado muerto”, añadió la señora.
“Él me pidió antes: ‘Mami: si yo muero antes que usted, quiero que me entierren a la par de donde está mi abuela’. Siempre lo pasaba diciendo en son de broma”, relató.
Para cumplir con su deseo, el funeral de Edwin Solís, de 43 años, será hoy en la localidad de Vigía de Nicoya, en Guanacaste.
Solís tenía diez años de manejar tráiler por Centroamérica.
“A él le gustaba su trabajo. Era buen hijo, buen esposo, mejor padre y compañero. No sé qué pasó. Ahora solo deseo que se haga justicia, que el crimen no quede impune”, concluyó Mireya Jaén.
Sin móvil. Edwin Solís fue asesinado junto a su compañero de trabajo, el nicaragüense Reynaldo Centeno Obando. Ambos laboraban para Transportes Modernos TMT, con sede en el Barreal de Heredia.
Solís salió el viernes 22, y Centeno el sábado 23 de setiembre, pero se juntaron el lunes 25 en la frontera entre Nicaragua y Honduras.
Los traileros pasaron la noche en un predio llamado El Cafetal, en Honduras, a unos 80 kilómetros de la frontera con Nicaragua.
Se supone que interceptaron los dos furgones entre las 7 a. m. y las 8 a. m. y que los transportistas fueron asesinados ese día alrededor de las 9 a. m.
Aunque la policía hondureña presumía que el móvil era el robo, los dos camiones fueron localizados intactos. “No robaron nada de la mercadería”, expresó Edwin Chaves Miranda, gerente de la empresa transportista.
José Leandro Osorio, director de investigación de la policía de Honduras, declaró al diario La Prensa de ese país que este caso es atípico pues hubo homicidios, pero no robo.
“No descartamos otros móviles, pero debemos seguir con las averiguaciones para determinar si hay otras causas en el doble crimen”, manifestó José Osorio.
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