Brasilia. AFP y Reuters. El presidente Luiz Inácio Lula da Silva se impuso ayer en las elecciones brasileñas, pero con 98% de votos escrutados, no pudo evitar una segunda vuelta contra el socialdemócrata Geraldo Alckmin.
Lula obtenía 48,79% de los votos válidos frente a 41,43% para Alckmin, tras el escrutinio del 98% de los sufragios, informó la justicia electoral.
La reelección de Lula parecía fácil, pero se complicó hace dos semanas, cuando allegados suyos y miembros del PT fueron involucrados en una tentativa de compra de informaciones supuestamente comprometedoras sobre Alckmin y José Serra, el candidato socialdemócrata a la gobernación de Sao Paulo.
Serra, que fue rival de Lula en el 2002, obtuvo una victoria contundente, con 58% de los votos, según las encuestas a boca de urna.
Una segunda vuelta, necesaria si ningún candidato obtiene la mitad más uno de los votos válidos, se realizaría el 29 de octubre.
Lula, en su quinta campaña electoral, lideraba en forma holgada las encuestas, pero la ola de escándalos socavó su ventaja.
Unos 126 millones de brasileños estaban inscritos para elegir presidente y vicepresidente, a los gobernadores de los 27 estados, a sus 513 diputados federales y a 27 senadores (un tercio del total), así como a los miembros de sus cámaras regionales.
Lula, de 60 años, dijo confiar en ganar en la primera vuelta, al votar temprano en Sao Bernardo do Campo, la localidad del entorno industrial de Sao Paulo donde nació a la vida pública como líder sindical hace tres décadas.
Confianza. "Estoy confiado en que vamos a ganar esta elección de hoy (ayer)", declaró Lula, antes de regresar a Brasilia para esperar los resultados.
Alckmin, un médico anestesiólogo de 53 años, habitualmente poco expresivo, dio rienda suelta a su optimismo al votar en una escuela de la ciudad de Sao Paulo y mostrar sus pulgares en alto con una sonrisa de oreja a oreja.
“Las encuestas ya señalan que habrá segunda vuelta”, afirmó.
La quinta elección directa desde el retorno de la democracia en 1985 transcurrió sin mayores incidentes, como no fuera la detención de algunas decenas de personas por realizar propaganda política a proximidad de los locales de voto y la sustitución de unas 2.400 urnas electrónicas de las 432.000 distribuidas en todo el país.
La jornada cívica fue también de luto, por la caída el viernes de un Boeing 737 en la selva amazónica con 155 personas a bordo. Lula decretó el sábado tres días de duelo nacional por el percance aéreo, el peor en la historia de Brasil.