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Viena. EFE. El Partido Socialdemócrata Austríaco (SPOe), liderado por el poco carismático Alfred Gusenbauer, salió ayer vencedor en las elecciones legislativas en contra de los pronósticos y será el encargado de formar el próximo gobierno.
El Partido Popular Austríaco (OeVP), encabezado por el canciller, Wolfgang Schüssel, sufrió un retroceso del 8% por la poca capacidad de movilización que ha tenido entre su electorado el continuismo de su propuesta electoral.
El OeVP personificó su mensaje en la figura de Schüssel, inundando las calles con mensajes como "Él puede hacerlo" o “Nuestro canciller”, sin exponer políticas novedosas, salvo promesas de reducción de impuestos.
Frente a esto, el SPOe, cuyo candidato siempre ha sido cuestionado por su falta de carisma, preparó una campaña basada en una clara agenda social, con la mejora de la educación y el alza en pensiones.
Gusenbauer, un hispanófilo que habla un buen castellano y es declarado admirador de la actriz española Penélope Cruz, ha superado con éxito los reveses de un escándalo financiero en las filas de su partido en el que se ha centrado gran parte de la campaña.
A sus 46 años, Gusenbauer ha liderado el partido socialdemócrata desde 1999, con escasa fortuna hasta ahora, mientras sus críticos le reprochan su escaso atractivo mediático y capacidad de convicción.
Él es oriundo del estado federado de Baja Austria y se le conoce por su gestión en economía.
El nivel de participación en los comicios se situó en el 74,2%, más de 10 puntos menos que hace cuatro años, cuando llegó a los 84,5% del electorado.
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