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México D. F. EFE y Reuters. El Gobierno de EE. UU. reconoció ayer que la decisión de su Congreso de autorizar la construcción de un muro en la frontera con México es impopular, pero pidió paciencia a los países para que vean que su política migratoria será "integral" .
“Es importante entender el compromiso del presidente, George W. Bush, con una reforma migratoria integral”, afirmó el secretario de Estado Adjunto de EE. UU., Thomas Shannon, en la inauguración de la 62.° Asamblea General de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), que se celebra en la capital mexicana.
El viernes, el Senado de Estados Unidos aprobó erigir en varios tramos de la frontera con México un muro con una extensión total de 1.140 km para impedir el paso de inmigrantes indocumentados, medida que ha sido criticada por el Gobierno mexicano.
Según el funcionario estadounidense, la intención última de su Gobierno es crear un sistema migratorio que “facilite el movimiento de personas a través de la frontera”.
La reforma migratoria “integral” tiene dos componentes: seguridad y reconocer el importante papel que desempeñan los inmigrantes en la economía de los Estados Unidos”, sostuvo.
Canales legales. La administración Bush está interesada en “crear canales legales, a través de programas de trabajo temporales, para que los trabajadores vengan a EE. UU.”, indicó Shannon.
Añadió que la reforma “aumentará nuestra seguridad, al reconocer que de los muchos millones de indocumentados en Estados Unidos, la vasta mayoría no representa una amenaza de seguridad para el país”.
Sin embargo, Estados Unidos necesita de un mecanismo para “reducir el número de personas sobre las que se enfoca por razones de seguridad”, y también para percatarse de que “hay un componente humano en todo esto”.
Shannon hizo los comentarios en el marco de la reunión de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), luego de que el Gobierno de México declaró que su relación con EE. UU. resultó “lastimada” con la decisión del Congreso de aprobar la construcción del muro.
México expresó su “enérgico rechazo al establecimiento de muros”, y considera que su aprobación “lastima la relación bilateral; es contraria al espíritu de cooperación que debe prevalecer para garantizar la seguridad en la frontera común”, dijo el portavoz del saliente presidente Vicente Fox, Rubén Aguilar.
Aguilar dijo que México pedirá al presidente Bush que vete la ley.
“La Cancillería mexicana, a través de los canales diplomáticos correspondientes, habrá de solicitar al presidente de los Estados Unidos que vete esta ley (...) porque no resuelve los problemas ni de seguridad ni relacionados con el problema migratorio”, dijo Aguilar, en rueda de prensa.
Más tarde, el propio canciller, Luis Ernesto Derbez, dijo que la posibilidad de que Bush vete la ley es muy débil dado que el propio mandatario dijo que no pensaba tomar ese camino.
“La probabilidad es baja”, dijo Derbez. “Nosotros queremos (con la nota diplomática), simplemente, dejar muy claro las razones por las que sentimos que no resuelve el tema”, añadió.
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