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Si ganara, Lula gobernaría con un congreso adverso

Brasilia. Reuters. Si el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, ganara las elecciones en segunda ronda, el escenario surgido de la votación del domingo tampoco preanuncia un fácil segundo gobierno.
El derechista Partido del Frente Liberal (PFL) se convirtió en la primera minoría en el Senado de 81 miembros, con 18 bancas, y según Dias ese cuerpo podría elegir como nuevo presidente a un feroz adversario del presidente, Antonio Carlos Magalhaes, veterano caudillo del estado de Bahía.
En la Cámara de Diputados ganó espacio el dividido Partido del Movimiento Demócratico Brasileño (PMDB) y lo perdió el PT, lo que pondría otra vez a Lula ante la necesidad de dar cargos a esa agrupación para lograr apoyo a sus proyectos, según analistas.
El surgimiento de un panorama político más complejo, en una nación acostumbrada a turbulencias en el poder, no es nuevo en Brasil, sobre el que el legendario músico Tom Jobim decía que "no es para aficionados".
Sin embargo, una novedad, para muchos inquietante, apareció en el panorama: la amenaza de una derrota, no prevista, del mayor mito político moderno de Brasil, el exlíder sindical Lula da Silva.
Lula comenzó ayer a enfrentar una endurecida segunda campaña electoral.
Según analistas, su ausencia en un debate televisado entre los candidatos, el jueves, y un nuevo incidente en un escándalo de corrupción en su Partido de los Trabajadores (PT) causaron un cambio de humor del electorado en la recta final, en contra de Lula.
“Si yo tuviera una bola de cristal que dijera lo que debería hacer o no para ganar voto, lo haría”, dijo Lula interrogado sobre si lo perjudicó ausentarse del debate.
Lula convocó a sus asesores para discutir la situación y encarar la estrategia para la nueva campaña electoral.
En el comité de su campaña se adjudicó la responsabilidad del revés a una “banda de locos” del PT, como definió antes el propio Lula. Miembros del PT intentaron a dos semanas de la elección comprar un dossier que vincularía a candidatos del PSDB con casos de corrupción.
Pero, Lula dijo que “no tenía la elección ganada” en la primera vuelta, asegurando que “no puedo culpar al PT” por ese escándalo.
“El PT es muy grande. No se puede culpar a una familia porque un miembro cometa un desatino”, dijo sonriente.
“Faltaron votos para vencer en la primera vuelta, no nos van a faltar en la segunda”, sostuvo.

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