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Oaxaca, México. AFP. La rebelión de maestros y de numerosos simpatizantes, en especial de grupos de indígenas, es la expresión pacífica de un profundo descontento social en el estado de Oaxaca (sureste), el de mayor población indígena y uno de los más pobres de México.
"Oaxaca es un estado que siempre ha padecido la pobreza y la injusticia social, lo que genera una gran cantidad de movimientos sociales, pero ninguno alcanzó esta magnitud", subrayó Porfirio Santibáñez, del Instituto de Investigación en Ciencias Humanas de la Universidad Benito Juárez de Oaxaca.
El gobernador Ulises Ruiz, del Partido Revolucionario Institucional (PRI), es el blanco de rencores acumulados y los manifestantes reclaman su cabeza a cualquier precio.
Elegido gobernador por un periodo de seis años en 2004 durante una controvertida elección, Ulises Ruiz está acusado por sus detractores de desviar fondos para la campaña presidencial del 2 de julio, enriquecimiento ilícito, corrupción y autoritarismo.
Incluso aunque no haya acciones judiciales ni pruebas en su contra, la población de Oaxaca lo culpa de todos sus males.
En medio del conflicto, el gobernador no oculta su alto nivel de vida que contrasta con las condiciones de insalubridad y extrema pobreza que padecen los habitantes del estado, en particular los indígenas.
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