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Castigar a punta de fajazos a dos de sus hijas le valió una condena de seis meses de cárcel a un trabajador de una fábrica de embutidos en Limón .
La sanción quedó en firme luego de que el Tribunal de Casación Penal rechazara una apelación hecha por el afectado contra un primer fallo que lo condenó.
El hombre, de apellido Castillo, había alegado que como padre de familia él "es la máxima autoridad responsable de la guardia y crianza de sus hijos".
Pero para los jueces, el ejercicio de la patria potestad no autoriza a los padres de familia a agredir a los menores de edad.
“Las personas menores de edad son sujetos de derechos y obligaciones y el Estado debe velar por su integridad física y moral”, dice el fallo de Casación.
“Los padres -aunque posean la patria potestad- no tienen ningún derecho de agredir a sus hijos e hijas”.
Este fallo de Casación se emitió el 20 de octubre del año pasado, pero trascendió hace un mes.
Defensa. La agresión ocurrió el 11 de octubre del 2002, en medio de una escena de violencia doméstica que involucró a otros miembros de la familia del afectado.
Castillo alegó que por más de 20 años tuvo la costumbre de utilizar la faja como método de disciplina.
Además, alegó que la correa que utilizó con sus hijas era “suave y sin hebilla”.
Esta, sin embargo, le causó a las muchachas moretones importantes en varias partes del cuerpo.
A Castillo posiblemente se le concederá la ejecución condicional de la pena debido a que no tiene antecedentes penales. Pero su sentencia sienta un precedente importante en materia del ejercicio de la patria potestad.
Mario Víquez, presidente ejecutivo del Patronato Nacional de la Infancia (PANI), afirmó ayer que el fallo es “coherente” con las leyes en materia de derechos humanos de la niñez y adolescencia.
“La resolución del Tribunal de Casación Penal se constituye en un reconocimiento para las niñas y los niños al establecer que frente al ejercicio abusivo de la autoridad parental hay un límite, que es la normativa de derechos humanos y, en especial, de los derechos de la niñez y la adolescencia”, aseveró Víquez.
Consideró muy importante que este tipo de acciones a favor de los menores se fortalezcan con la aprobación del proyecto de Ley de abolición del castigo físico y de cualquier otra forma de maltrato o trato denigrante contra niños, niñas y adolescentes.
El PANI, por su parte, desarrolla programas de sensibilización hacia padres y maestros con el fin de buscar métodos diferentes para disciplinar a los menores.
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