Río Jiménez, Guácimo. La Policía Judicial aceleró ayer su trabajo tendiente a lograr la pronta liberación de una madre y su hija, de siete años, secuestradas por hombres armados quienes –el miércoles en la noche– las sacaron de una casa de esta comunidad limonense.
Pese al hermetismo de la Policía, se conoció que agentes especializados en secuestros del Organismo de Investigación Judicial (OIJ) retomaron la mañana de ayer el caso después de conceder unas horas a la familia de las víctimas para que intentaran "arreglar las cosas" con los plagiarios.
Esa información la confirmaron en San José, vía telefónica, jerarcas del OIJ quienes dijeron estar preparados para encausar las investigaciones y, eventualmente, liberar a las rehenes.
Las víctimas son Sonia Beatriz Cordero Delgado, de 31 años, y su hija Mónica de los Ángeles Ugalde Cordero, de 7, quienes, de acuerdo con informes policiales, están en poder de al menos cuatro hombres en un sitio no precisado en la provincia de Limón.
Las autoridades sospechan que los secuestradores, todos costarricenses, se mantienen ocultos, con sus víctimas, entre Guácimo y Pococí, en una zona de difícil acceso por las condiciones de los caminos y la lejanía de los caseríos.
El OIJ no ha determinado aún si se trata de un secuestro extorsivo (para obtener dinero) o de un “cobronazo” (para exigir dinero que allegados de la familia Ugalde Cordero presuntamente adeudan a desconocidos).
Estas dos posibilidades las esbozó el viernes el director del OIJ, Jorge Rojas, ante consultas hechas por La Nación .
Sin embargo, el funcionario manifestó que a menudo las personas “no hablan con la claridad que requiere la Policía para enfocar la investigación”.
Más tranquilidad. En la localidad de Río Jiménez, Guácimo, familiares de Sonia Beatriz Cordero y de su hija Mónica de los Ángeles Ugalde reiteraron un vehemente mensaje a los secuestradores para que “se comuniquen”. Recordaron que Cordero fue sometida a un trasplante de riñón, hace siete meses, y necesita, urgentemente, tomar los medicamentos cada ocho horas.
Anoche, la Policía se mantenía expectante y, supuestamente, pidió refuerzos a San José.