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Heredia. Apenas habían pasado unos minutos de la eliminación del Liceo, a manos Barva, cuando el coach rojo, Alejandro Fernández, se asomó por la puerta del vestuario de su equipo.
"Nos ganó un buen equipo. Nosotros, a pesar del esfuerzo que hicimos, desgracidamente fuimos muy irregulares.
“Yo creo que está bien merecido y le deseamos suerte a Barva, que tiene todo para ser campeón", expresó Fernández.
Tranquilo y resignado, tenía el trago amargo de la derrota todavía pintado en el rostro. Pero la llegada de una sus hijas le estampó una sonrisa.
Con ese mix de emociones, el técnico liceísta comentó: “Uno siempre quiere ganar. Antes de empezar esto, nadie creía en nosotros. Tuvimos muchos problemas de lesiones este año, y para coronar se lesionó Iván (Jaén) en el juego.
“Con un poco de suerte –no sé si habrá suerte en esto– habríamos dado más”, agregó.
Si bien el Liceo “murió con las botas puestas”, el hecho de fallar 17 tiros libres –en un juego que se pierde por nueve puntos– conspiró contra sus intereses.
“El problema no es tanto fallarlo, si no que los fallamos al hacerlo en momentos decisivos, cuando el juego estaba apretado.
“Habrá que ver qué pasa el año entrante, lo que decide la directiva acerca de la continuidad o no”, concluyó.
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