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Moscú. AFP. El asesinato de la periodista de investigación rusa Ana Politkovskaia, prácticamente la única reportera en su país en informar sobre las violaciones de los derechos humanos en Chechenia, levantó la indignación en Rusia y en el extranjero.
Estados Unidos y el Consejo de Europa se unieron a políticos rusos, periodistas y activistas de derechos humanos en su condena del asesinato de Politkovskaia el sábado en su domicilio en Moscú.
El expresidente Mijail Gorbachov, accionista de la publicación bisemanal en la que trabajaba Politkovskaia, Novaya Gazeta , calificó su muerte de "salvaje y golpe a la democracia y a la prensa independiente", según la agencia Interfax.
En Rusia, el asesinato de la periodista, cuyo funeral se celebrará mañana , era la portada del domingo de todos los informativos televisados. Por el contrario, la élite del poder, empezando por el presidente Vladimir Putin, no había reaccionado 24 horas después.
A mitad de la jornada, varios centenares de personas se reunieron en la plaza Pushkin, en el centro de Moscú, una concentración notable en un país en el que manifestaciones por los derechos humanos rara vez congregan más de unas decenas de personas.
En las pancartas se podían leer lemas como “El Kremlin mató la libertad de expresión” o “Putin, responderás por todo”.
Politkovskaia, de 48 años, fue abatida a balazos en su casa cuando salía del ascensor para ir a recoger unas bolsas en su auto. El asesino le disparó primero en el pecho y luego la remató apuntando a la cabeza, según fuentes policiales citadas por agencias rusas.
Según indicaron ayer algunos de sus colegas, Politkowskaia estaba actualmente preparando un reportaje investigativo sobre la tortura en Chechenia.
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