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Seúl. AFP. Corea del Norte, que ayer anunció haber realizado una prueba nuclear, es un régimen comunista cerrado cuya ideología oficial ha sumido a parte de la población en la hambruna, el terror y el subdesarrollo.
Más de un tercio de los niños de Corea del Norte sufren de grave desnutrición, advirtió en setiembre el Programa Alimentario Mundial (PAM), que a fines del 2005 cesó sus operaciones de urgencia en el país, por demanda de Pyongyang.
Desde 1995, el país es escenario de hambrunas que probablemente han causado la muerte a cientos de miles de personas y han obligado a los sobrevivientes a alimentarse con hojas o con la corteza de árboles.
Fuera de la capital Pyongyang, donde vive confortablemente la élite del régimen, el país "sufre siempre de carencias alimentarias crónicas y de desnutrición", según del Departamento de Estado norteamericano.
La hambruna obedece a catástrofes climáticas, pero también a una agricultura colectivista y una mala red de distribución.
El balance en cuanto a derechos humanos es todavía más terrible, según Estados Unidos.
“El régimen sigue cometiendo numerosas y graves violaciones” de los derechos humanos, dijo el Departamento de Estado.
Entre esas violaciones, EE. UU. denuncia ejecuciones extra-judiciales, desapariciones y encarcelamientos arbitrarios, tortura, abortos e infanticidios forzados en prisión, la ausencia de libertad de expresión y de religión y las tentativas del gobierno para controlar la información.
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