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Paso Canoas. Las personas que viajan hasta esta frontera a comprar se quejan del mal estado en que se encuentra la calle principal: en menos de 700 metros, los conductores de vehículos deben ingeniárselas para no caer en grandes baches.
"He viajado desde Alajuela a comprar ropa, tenis y un teléfono celular. Todo aquí está muy barato en comparación con otros lugares del área metropolitana, pero lo que perjudica al lugar son los cráteres que hay en la carretera", manifestó Ana Ramírez.
“Hemos viajado en auto varios metros y todo es lo mismo: no se puede transitar por acá”, agregó Ramírez, quien tuvo que bordear un gran bache.
Los taxistas también han manifestado su descontento.
“Esta situación es preocupante por la gran cantidad de hoyos que hay en la vía. Cuando uno hace un servicio aquí, debe pasar con mucho cuidado para no golpear el vehículo”, expresó Alexander Gómez Almengor, un taxista de Paso Canoas.
“Cuando realizo un viaje con cuatro personas y debo pasar por los huecos, el automóvil pega por todos lados y se maltrata mucho”, expresó Gómez, de 33 años.
La situación empeora. Las lluvias aumentan el problema de los baches en la zona.
“Al llover mucho aquí, en la frontera, los vehículos deben circular despacio y con mucho cuidado porque en cualquier momento caen en un gran hueco y, al tratar de sacarse el carro se golpea”, añadió Abel Oda.
“La calle principal se transforma en un río y no hay por dónde transitar; a esto se suman los inmensos huecos que ponen en peligro a los conductores”, dijo Oda.
Durante todo el año, un grupo de taxistas de Paso Canoas, La Cuesta y Laurel se han dado a la tarea de tapar los grandes baches de la carretera.
“Hemos pasado casi todo el año haciéndole el trabajo al Conavi: bacheamos un hueco, y al día siguiente aparece otro”, explicó Rafael Arias Castro, taxista de Laurel.
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