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"El resurgimiento de América Latina visto desde el FMI"

América Latina está disfrutando de su período de expansión más largo en varias décadas. Muchos países se están beneficiando de más estabilidad y un mayor crecimiento. La inflación ha caído y, desde el 2002, millones de personas lograron salir de la pobreza.
El reto que enfrentan los gobiernos ahora es consolidar esos avances y mejorar las condiciones de vida de todos los segmentos de la población.
Para esto será clave elevar la inversión y la productividad a los niveles que exhiben otros países con un crecimiento dinámico, así como adaptar las políticas para reducir aún más la pobreza y desigualdad.
La expansión actual tiene una base mucho más firme que en el pasado. Ahora, los saldos de las cuentas públicas y externas son más sólidos, las reservas internacionales son más elevadas y hay más países con regímenes cambiarios flexibles que ayudan a amortiguar choques externos. La estructura de la deuda es menos riesgosa, y la competitividad se ha mantenido. El FMI documenta estos avances en "Perspectivas Económicas para las Américas" ( www.imf.org ).
La región, por lo tanto, está preparada para seguir creciendo. Aún con cierta desaceleración en Estados Unidos, se espera que América Latina crezca alrededor de 4% en el 2006 y más de 4% en el 2007.
En Centroamérica, el crecimiento esperado es de 5% y 4%, respectivamente. La inflación sigue cayendo: para el 2007 se espera un promedio regional del 5%.
Con las oportunidades que brinda el favorable entorno económico mundial, América Latina puede progresar aún más.
La región se está preparando, dando prioridad a tres objetivos: consolidar la estabilidad económica al fortalecer las instituciones de política económica; adaptar las políticas presupuestarias para que protejan más efectivamente a los pobres; y eliminar las barreras a la inversión y al crecimiento.
Estas acciones son complementarias, lo que hace posible iniciar un círculo virtuoso de mejoras económicas y sociales que se refuerzan mutuamente. Existe un consenso claro en la región a favor de la estabilidad, que reconoce que la inflación es un obstáculo al crecimiento y un impuesto que perjudica sobretodo a los pobres.
También existe una convicción creciente de que la reducción de la desigualdad y la pobreza puede tener efectos poderosos para sostener el crecimiento y la estabilidad.
No sorprende entonces que la región haya seguido combatiendo la inflación durante el reciente período electoral. Las elecciones además parecen demostrar que las políticas deben apuntar hacia una sociedad más equitativa.
De esta concepción mancomunada de los objetivos está surgiendo una agenda de políticas. Primero, América Latina ha fortalecido sus instituciones económicas, dotando de mayor independencia a bancos centrales y cada vez más países han adoptado regímenes de metas de inflación. Conforme aumenta la credibilidad de las instituciones y se desvanece el riesgo de inestabilidad, se reducirán las tasas de interés y aumentará la inversión.
La política presupuestaria desempeña un papel crucial para promover la estabilidad, el crecimiento y la reducción de la pobreza. Estos objetivos no son incompatibles. Las reformas presupuestarias que estimulan un crecimiento sostenido deberían promover también una mayor equidad. Esto resalta la importancia de contener el aumento del gasto público durante la expansión actual, de ahorrar para la época de las “vacas flacas”.
Para avanzar en esta dirección, es esencial flexibilizar el presupuesto, reducir la proporción de los ingresos con destino específico, eliminar exenciones, y mejorar la administración tributaria. Así, los gobiernos podrán enfocar mejor la política fiscal, concentrando el gasto en infraestructura, educación y protección social.
En muchos países, programas focalizados de asistencia social ya han logrado canalizar los beneficios directamente a los pobres. Costa Rica está introduciendo un programa de transferencias condicionales para familias pobres con niños en edad escolar. El desafío es reasignar el gasto público hacia ese tipo de programas.
Para estimular el crecimiento y los ingresos fiscales, los países están enfatizando en la necesidad de bajar las barreras a la inversión y aumentar la productividad. La experiencia internacional indica que la apertura al comercio internacional y a la competencia, la flexibilización del mercado laboral y el mejoramiento de los marcos regulatorios estimulan la inversión y la productividad.
En Centroamérica, la implementación del Tratado de Libre Comercio entre República Dominicana, Centroamérica y Estados Unidos, las futuras negociaciones comerciales con la Unión Europea, y los esfuerzos hacia una integración regional más profunda, son componentes importantes de la estrategia para aumentar el crecimiento.
América Latina ha recorrido un largo camino y los frutos de la reforma pueden apreciarse hoy en una expansión económica más fuerte y mejor cimentada que en el pasado. Los gobiernos intentan llevar adelante el tipo de reformas que les permitirán aumentar el crecimiento y la equidad. El FMI sigue plenamente comprometido con los países de la región, brindándoles asesoramiento económico, asistencia técnica y, de ser necesario, respaldo financiero.

  • POR Anoop Singh
  • Economía
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