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En el ICE, les ha costado adivinar que Internet no es un lujo, sino una necesidad. La prueba de su incomprensión está en que, para el muy anunciado servicio de Internet en celulares, quieren cobrar $10 al mes, una tarifa bastante alta y que en nada contribuirá a ampliar el imprescindible acceso de los costarricenses a la red.
Antes que pretender dar solo a unos cuantos clientes este servicio, las jefaturas del ICE deberían ver, en esta plataforma, un potencial para popularizar la Internet en el país. Para esto, deben conocer un poquito más a los ticos; deben darse cuenta de que, si para algo tenemos plata –o crédito–, es para comprar un celular de último modelo, con cámara, con acceso a la red.
Entonces, si la Internet nos costase no $10, sino $1, miles, en masa, contratarían el servicio y la rentabilidad sería mucho mejor que la prevista con los $10 y 19.000 clientes, de aquí al 2010.
Es más, con esta tarifa, el ICE estará causando la subutilización de su infraestructura con capacidad para 200.000 clientes de Internet celular, la misma subutilización que se da con las 40.000 conexiones de Internet rápida –o Acelera– que están disponibles por falta de clientes.
Es cuestión de sentido común: no es que la gente rechace Internet, es que el ICE debería –y tiene la capacidad para hacerlo– ofrecer tarifas más bajas.
Otro punto: esos $10, incluso, en nada son compatibles con el modelo de "gobierno digital" que promueve esta Administración pues más bien nos aleja del objetivo de acelerar los trámites, evitar filas eternas, ir de un lado a otro y mejorar nuestra calidad de vida.
Falta, entonces, que las jefaturas del ICE den un viraje en su concepto de Internet celular, para valorarla como una herramienta de desarrollo económico y social, como un instrumento para aumentar la producción del país, para disminuir gastos, y olvidar que se trata de un lujo para unos pocos.
Hay que tener claro que, si los costarricenses pagamos poco por una llamada de celular, por el envío de un mensaje de texto, no es porque las jefaturas del ICE lo hayan querido, sino porque la Autoridad Reguladora de los Servicios Públicos (Aresep) ha rechazado las pretensiones de que una llamada cueste más de ¢28 por minuto o de que cada mensaje valga ¢2 ó ¢5.
Una vez más, la Aresep tiene la decisión: o Internet celular es para unos pocos, o se convierte en un asunto de masas.
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