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Bérgamo, Italia. EFE. El italiano Stefano Garzelli, del equipo Acqua Sapone, arrebató en el último metro a su compatriota Gilberto Simoni la victoria en la decimocuarta etapa del Giro de Italia, de 192 kilómetros entre Cantú y Bérgamo.
El también italiano Danilo di Luca conservó la maglia rosa que distingue al líder.
Simoni atacó con fuerza en la subida a la ciudadela de Bérgamo, a cuatro kilómetros de la meta, y dejó momentáneamente atrás a Garzelli, pero el jefe de filas del Acqua Sapone aún tuvo fuerzas en los últimos metros para regresar y batirle sobre la misma línea.
Di Luca, que entró con el grupo principal a 38 segundos del ganador, conserva el liderazgo con 55 segundos de ventaja sobre su compatriota Marzio Bruseghin, quien corre para Lampre.
La jornada, considerada de transición antes de las Tres Cimas del Lavaredo, prometía, sin embargo, lucha con el ascenso de 26 kilómetros al Passo di San Marco y la subida posterior a La Trinita-Dossena, a 40 kilómetros de la meta, pero el primer ataque consistente tuvo que esperar dos horas.
El alemán Sven Krauss (Gerolsteiner) se aventuró en el kilómetro 80 y formó una escapada de 11 hombres.
Entre los fugados había gente importante: Paolo Bettini (Quickstep), Michael Rasmussen (Rabobank), Iván Parra (Cofidis), Pietro Caucchioli (Crédit Agricole), José Luis Rubiera (Discovery Channel), Alberto Losada (Caisse d'Epargne), Marco Pinotti (T-Mobile) e Iban Mayo (Saunier Duval), pero este último recibió la orden de esperar a su jefe de filas, Simoni, que venía por detrás.
A 48 kilómetros de la llegada se fundieron los dos grupos que iban por delante para formar uno de 16 corredores, mientras que el líder, Di Luca (Liquigas), y Damiano Cunego (Lampre) ordenaban la caza en el pelotón, que estaba a 1:10 de los fugados.
El ascenso a La Trinitá, de segunda categoría, desgranó el grupo delantero (Mayo se quedó a 3 kilómetros de la cima) y el pelotón del líder mantuvo las diferencias en apenas 1:04.
El tramo que faltaba hasta la meta (15 km de descenso y 25 llanos) se convirtió en una carrera de persecución entre los dos grupos. Por delante ya solo quedaban siete (Garzelli, Parra, Bettini, Savoldelli, Mazzoleni, Simoni y Baliani). Atrás, el Lampre corría con casi todas sus fuerzas gastadas. El equipo Liquigas estaba diezmado.
El Liquigás, con la llegada de dos corredores al grupo de Di Luca, colaboró con intensidad en la caza durante los últimos 15 kilómetros pero su esfuerzo fue insuficiente.
La breve pero intensa subida a la ciudadela, a cuatro kilómetros de la meta, ofreció un bello duelo por la victoria entre Simoni, Garzelli y Bettini. Este último, actual campeón del mundo, fue el primero en ceder, y después lo hizo Garzelli, pero las fuerzas de Simoni se agotaron poco antes de la meta y se le escapó el triunfo.
Hoy, la decimoquinta etapa llevará a los corredores desde Trento a las Tres Cimas del Lavaredo, un recorrido de 184 kilómetros hasta los Dolomitas que se presume decisivo para la victoria final.
Tres puertos (San Pellegrino, Giau y Tres Cruces) preceden a la subida final, una de las más célebres en la historia del Giro, con una altitud de 2304 metros.
Por lo pasado en ediciones anteriores, la 15ª etapa del Giro es considera la más complicada para los caravana ciclística.
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