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Uno de los aspectos más interesantes del mundo financiero moderno es tratar de estimar las posibles tendencias de las tasas de interés del mercado local, tomando en cuenta las acciones que lleva a cabo el Banco Central y los comportamientos de una variable similar a nivel internacional.
Una de las teorías más simples en este campo es la llamada "Paridad de tasas de interés internacional" (PTII). Según dicho modelo, el rendimiento esperado de las inversiones financieras locales “i” (en nuestro caso, medido por la tasa básica pasiva) deben tender a igualarse con las inversiones en el exterior “i*” (medido por los bonos del tesoro a un plazo similar), una vez éstas últimas se ajustan por las variaciones (esperadas) en el tipo de cambio nominal “e”. Así, sin contemplar el efecto de posibles coberturas cambiarias, PTII se define como i > i* + e.
En las condiciones actuales de Costa Rica ( i> 7,25%) y de EE. UU. (i*> 5%), el modelo presumiría que se espera una devaluación nominal en la relación colón/ dólar del 2,5%, esto para que los ajustes en la tasa nacional se detengan y no se incentive un arbitraje de dinero entre países. Sin embargo, la realidad nacional es otra. Los estadísticos de devaluación a abril señalan una devaluación anual acumulada del 0,42%, con un nivel interanual del 2,42%, y tendencia a la baja, por lo que se presume que la tasa de ajuste en la devaluación anual del país va estar por debajo del nivel que el modelo de PTII estima.
En términos prácticos, y partiendo de las condiciones hoy observadas, los resultados del modelo sugieren que con la menor devaluación que experimenta actualmente el país, y manteniéndose la tasa de los EE. UU., hay espacio para que el interés nacional baje al menos un 1% adicional. La adopción del sistema cambiario de bandas, la fuerte entrada de capital al sector inmobiliario, la reducción en el déficit fiscal y la mejora comercial inciden en el posible resultado. Queda una variable de ajuste que cierra el modelo que revisaremos en otro artículo: la inflación.
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