Debido a los elevados costos del mantenimiento de las imágenes, se ha restringido su acceso solo para las personas registradas en PrensaCR.
En caso de poseer una cuenta, hacer clic en “Iniciar sesión”, de lo contrario puede crear una en “Registrarse”.
París. La belga Justine Henin destrozó ayer a la serbia Ana Ivanovic por 6-1 y 6-2 en la final del Abierto de tenis de Francia, y se adjudicó así su tercer título consecutivo en Roland Garros y el cuarto de su carrera.
La número uno del mundo apenas invirtió 65 minutos de juego, su partido más corto del torneo, para derrotar a la inexperta Ivanovic, de 19 años, con lo que además se convierte en la primera jugadora que repite la hazaña de la estadounidense Mónica Seles, que ganó tres veces consecutivas en París entre 1990 y 1992.
La morena Ivanovic, que con su 1,83 metros de altura se ha convertido en el antídoto de Adidas contra la rubia rusa de Nike, María Sharapova, empezó la final con unbreak (quiebre) sobre el servicio de la campeona, pero su fulgurante comienzo fue un espejismo y pronto se derrumbaron todas las esperanzas de que la nerviosa jugadora serbia pudiera dar una sorpresa frente a la férrea número uno del mundo.
El segundoset fue más de lo mismo y la belga, de 25 años, cerró elpart de una manera simbólica, con un juego en blanco y una cómoda volea en la red.
Roland Garros no ve una final de tressets en femenino desde el 2001, cuando la estadounidense Jennifer Capriati derrotó a la belga Kim Clijsters por 12-10 en el tercero.
De hecho, Henin, que ganó su primer título en París en el 2003, acumula una racha de 35 parciales ganados consecutivamente en Roland Garros, su torneo preferido.
Ivanovic admitió que no fue su día, pero rechazó que hubiera salido derrotada desde el principio.
Sonriente pese a todo, la serbia, que en su niñez tuvo que entrenar en una pista montada en una piscina vacía, perdió su servicio cinco veces, cedió cinco dobles faltas y cometió 28 errores no forzados, unas cifras demasiado pobres para ganar una final de Roland Garros.
"Mi servicio no funcionó", confesó Ivanovic, que basó gran parte de su éxito en el torneo en la eficacia de su saque.
Emotivo. Henin afrontaba ayer un emocional partido sobre todo por cuestiones ajenas a la pista. Por encima de su cuarto título en París, la belga recordó a su madre al final de un partido en el que por primera vez en mucho tiempo asistieron miembros de su familia, con la que pasó varios años sin hablarse.
Mientras su padre, cuya salud no es la mejor, veía el partido por televisión, su hermana menor Sarah y su hermano mayor David estuvieron en la pista.
“Dedico este triunfo a mi familia. Soy muy feliz”, dijo la belga, que se distanció de su padre y hermanos tras casarse en semisecreto en 2002 con Pierre-Yves Hardenne, quien asumió aspectos comerciales de la carrera de Henin que hasta entonces estaban manejados por su familia.
Ahora, tras la separación de su marido, por la que no acudió al Abierto de Australia, las cosas parecen volver de nuevo a arreglarse entre ellos.
En la otra final disputada ayer el dúo integrado por el canadiense Daniel Néstor y el bahameño Mark Knowles ganó el trofeo de dobles masculinos al derrotar a los checos Luka Dlouhy y Pavel Vizner por 2-6, 6-3 y 6-4.
Hoy tendrá lugar la gran final de individuales masculinos, el tan mentado y esperado duelo entre el número uno mundial, el suizo Roger Federer y el bicampeón defensor del título, el español Rafael Nadal, que se verán las caras por segunda vez consecutiva en esta instancia .
Este documento no posee notas.