LAS VEGAS. O. J. Simpson fue puesto en libertad ayer de una cárcel en Las Vegas, luego que un juez le fijó una fianza de $125.000 (¢65 millones) en el caso en que se le acusa de participar en un asalto armado para recuperar sus objetos deportivos en un hotel.
Simpson, quien en 1995 fue absuelto de cargos tras un publicitado juicio por doble asesinato de su exesposa y un amigo de esta, salió caminando de la prisión tras obtener la liberación en una audiencia ante un juez de Las Vegas.
En la audiencia no declaró sobre los 11 cargos que se le imputan y que incluyen robo armado, asalto y secuestro, pero está previsto que se declare inocente en su próxima comparecencia en la corte en octubre. Sus abogados dicen que rebatirán las acusaciones.
El exatleta de 60 años no respondió a reporteros ni a curiosos que aguardaran a que saliera de la cárcel en el centro de Las Vegas y se subió a un auto conducido por su abogado Yale Galanter. Se dirigieron hacia el hotel y casino Palms a las afueras de la ciudad, seguidos por camarógrafos y mientras helicópteros sobrevolaban la ruta.
Bajo las condiciones de la libertad bajo fianza, Simpson, quien vive en el estado de Florida, tendrá que entregar su pasaporte, pero podrá viajar dentro de Estados Unidos sin problema.
Simpson estaba esposado y sujetado en su cintura y llevaba el traje azul de la prisión durante la audiencia de la fianza. Se dirigió a la corte solo cuando el juez Joe Bonaventure le preguntó si entendía los cargos que se le imputaban.
"Sí señor", respondió Simpson con una baja y ronca voz.
Más de 50 periodistas asistieron al proceso judicial de Simpson, junto con su novia Christine Prody, su hija mayor Arnelle, y su hermana Shirley y el esposo de esta. El ambiente era como de un circo en el palacio de justicia.