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EEUU detiene a un agente iraní y celebra disminución de la violencia en Irak

BAGDAD (AFP) - El ejército estadounidense afirmó haber detenido el jueves en el norte de Irak a un agente iraní, mientras uno de sus generales en Bagdad aseguraba que el país ha salido de la fase más violenta de la guerra.
Un comunicado estadounidense anunció la detención de un oficial de la fuerza al-Qods, una unidad de élite de los Guardianes de la Revolución iraníes, en la ciudad de Suleimaniye, a 330 km al norte de Bagdad, en el Kurdistán iraquí.
"Este individuo está implicado en el traslado a Irak de objetos explosivos y (...) en la infiltración y el entrenamiento de terroristas extranjeros en Irak", precisó el comunicado.
Previamente, un responsable del gobierno autónomo kurdo había informado de la detención de un iraní, miembro de una delegación de hombres de negocios, por los militares norteamericanos en Suleimaniye.
Irán protestó de inmediato a través de su embajada en Bagdad.
El ministerio de Relaciones Exteriores iraní aseguró que el hombre era responsable de "relaciones comerciales transfronterizas" en la provincia occidental de Kermanshá, fronteriza con el norte de Irak.
"Esta clase de acciones por parte de las fuerzas estadounidenses son una clara violación de las convenciones internacionales y una iniciativa injustificable que busca destruir los vínculos de Irán con Irak", explicó el portavoz iraní, Mohammad Ali Hosseini, citado por los medios iraníes.
Washington acusa a Teherán de apoyar a las milicia chiítas que combaten contra el ejército estadounidense, abasteciéndoles artefactos explosivos, capaces de perforar los blindados. Irán ha negado siempre estas acusaciones.
Las fuerzas norteamericana mantienen presos desde el 11 de enero de 2007 a cinco iraníes detenidos en el Kurdistán iraquí y acusados de proporcionar ayuda a los insurgentes. Teherán afirma por su parte que se trata de diplomáticos.
En Bagdad el número dos del ejército estadounidense en Irak, el general Ray Odierno, aseguró que los ataques habían disminuido a su nivel más bajo desde el atentado contra una mezquita de Samarra (norte) en febrero de 2006, que inflamó la violencia entre chiítas y sunitas.
Lugar de peregrinación, el mausoleo chiíta de Samarra, ciudad de mayoría sunita situada a 120 km al norte de Bagdad, había sido dinamitado el 22 de febrero de 2006. Su cúpula de oro, obra maestra de la arquitectura de 1.200 años de antigüedad, fue destruida.
Este atentado había provocado una escalada de violencia entre las comunidades chiíta y sunita que marcó una neta agravación de la situación en Irak.
"Los actos de violencia disminuyeron en un 50% desde principios de año en Bagdad", afirmó el general Odierno. El número de víctimas civiles también "bajó considerablemente, de 32 a 12 por día", agregó.
"Comenzamos a ver una normalización de la vida en Irak y en Bagdad", añadió, reconociendo no obstante "que todavía queda mucho por hacer".
Sin embargo, una bomba estalló en el centro de Bagdad hacia las 08H00 (04H00 GMT) al paso de una patrulla de policía en el barrio de Zayuna. Un viandante murió y otras nueve personas resultaron heridas, entre ellas dos policías.
Más tarde, tres personas, dos de ellas soldados, murieron y once resultaron heridas en la explosión de un coche bomba en un puesto de control a la entrada del barrio de Sadr City, bastión chiíta en el noroeste de la ciudad.
El ejército estadounidense también informó de la muerte de un soldado, aunque no en combate, en Al Anbar (oeste). Con este fallecimiento ya son 3.791 los militares estadounidenses que perdieron la vida en Irak desde la invasión de marzo 2003, según un cálculo de la AFP a partir de cifras del Pentágono.
Por su parte, el presidente estadounidense, George W. Bush, se declaró "entristecido" por la muerte de civiles en un tiroteo ocurrido el domingo en Irak, cuando empleados de la firma de seguridad norteamericana Blackwater abrieron fuego, y dijo querer averiguar lo ocurrido.
© 2007 AFP

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