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Jansel Fabián Guzmán Solano, de 19 años, fue asesinado a balazos, el miércoles anterior, para intimidar a varios de sus familiares quienes figuran como testigos claves de otro crimen ocurrido el 7 de mayo en Los Lirios de Limón.
A esa conclusión llegaron agentes de la delegación local del Organismo de Investigación Judicial (OIJ) tras entrevistar amigos y familiares del muchacho, a quien acribillaron a balazos.
Varios de sus familiares cercanos son testigos en el caso de Daniel Cordero Agüero, asesinado por órdenes de un hombre con quien estaba enemistado.
El presunto autor intelectual del crimen, de apellido Paguagua, se encuentra descontando tres meses de prisión preventiva en la Unidad de Admisión de Moín.
Aunque el OIJ conoce la identidad del delincuente que mató a Cordero, no ha logrado encontrarlo porque huyó de Limón.
Silenciar a testigos. La posibilidad de que Guzmán fuera muerto para que sus familiares no declaren en un juicio que se realizará próximamente, fue confirmada ayer por Guillermo Bermúdez, director regional del OIJ en Limón.
Según dijo, el muchacho abordó un taxi informal en Cieneguita y, de camino, fue perseguido por dos hombres en motocicleta hasta el barrio La Colina, la tarde del miércoles.
Allí le dispararon en seis ocasiones a quemarropa, frente a varios testigos, y se marcharon como si nada hubiera sucedido.
Ayer, no fue posible conocer si las autoridades darán protección especial a familiares de la víctima.
Uno de los pistoleros, solo identificado con el alias de Tatú , con amplio archivo criminal por violentos asaltos callejeros, fue detenido anteayer en Limón.
El otro, cuya identidad conoce el OIJ, está en fuga pero esperan detenerlo en cualquier momento. También ha sido investigado por homicidios, robos y lesiones.
Los dos son vinculados con el asesinato de Alexánder David Araya Madrigal, de 27 años, a quien mataron de tres balazos, el domingo, en Playa Bonita, por pretender a una amiga de Tatú .
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