Debido a los elevados costos del mantenimiento de las imágenes, se ha restringido su acceso solo para las personas registradas en PrensaCR.
En caso de poseer una cuenta, hacer clic en “Iniciar sesión”, de lo contrario puede crear una en “Registrarse”.
Pekín. Usain Bolt se convirtió ayer en el súper hombre del atletismo mundial y en una de las dos figuras clave de Pekín 2008 al ganar los 200 metros con un registro histórico de 19:30 segundos.
"La medalla en los 200 metros, !ese era mi sueño!", dijo el jamaiquino, que minutos después de su triunfo (medianoche de ayer en Pekín), cumplió 22 años.
El tiempo de Bolt puso fin al fabuloso récord mundial de 19:32 instaurado por el estadounidense Michael Johnson el 1.° de agosto de 1996 en los Juegos de Atlanta.
Con el oro y récord mundial en los 200, que se suma al oro y récord mundial en los 100 logrado el sábado, Bolt se instala junto al nadador estadounidense Michael Phelps como mega-héroe de Pekín 2008.
En la carrera de ayer hubo un mundo de diferencia entre Bolt y el resto. Tras sucesivas descalificaciones del estadounidense Wallace Spearmon y de Churandy Martina (Antillas Holandesas), ambos por abandonar sus calles, el podio se cerró con Bolt seguido de dos estadounidenses, Shawn Crawford (19:96) y Walter Dix (19:98).
Hay que remontarse a Los Ángeles 84 para encontrar un atleta ganador del oro en los 100 y los 200 metros. Aquella vez fue el estadounidense Carl Lewis.
Bolt, un gigante de 196 centímetros, reaccionó veloz mente en la largada –su punto flojo–, y a partir de entonces ya no tuvo rival.
A diferencia de la final de los 100 metros, en los que se frenó antes de la meta para rebajar el récord mundial “solo” hasta 9.69, Bolt hizo esta vez las cosas en serio hasta el final, y estiró el cuello en la meta para ganar preciosas centésimas. Es el segundo jamaicano en ganar los 200 metros olímpicos desde que lo lograra Don Quarrie en 1976.
Bolt electrizó a los 91.000 espectadores en el Nido de Pájaro . En una noche húmeda, pegajosa, el jamaiquino corrió inmaculado, inabordable, invulnerable.
El estadio tronó en un “ooohhh” unánime al ver que el récord de Johnson era historia.
Bolt se dejó caer de espaldas al piso y luego comenzó una pausada vuelta al estadio en la que nunca dejó de estar protegido por la bandera de su país.
“¿Pareció fácil? No, no lo fue! Me sentí como si nadara, y solo me decía a mí mismo, ‘no mueras, no mueras’. Dejé todo en la pista”.
Este documento no posee notas.