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Un día sí y el otro también, siguen destacándose noticias en que los/as adolescentes son protagonistas como víctimas o victimarios y, paradójicamente, seguimos con los ojos bien cerrados.
El último informe Estado de los Derechos de la Niñez y Adolescencia , hace referencia a que la cobertura en salud para la población adolescente es de solo el 30%. Esta cifra no solo es alarmante por su baja cobertura, sino porque los problemas que aquejan a los/as adolescentes son de un complejidad tal, que la solución para ellos no solo es la cobertura, sino la necesidad de intervenciones con modelos no tradicionales para el sector salud.
Múltiples problemas. Menciono enfermedades crónicas, violencia, embarazo y maternidad adolescente, drogadicción, VIH y sida, disfuncionalidad familiar, trastornos de la alimentación, depresión y ansiedad, trastornos conductuales, bajo rendimiento académico, entre muchos otros.
El Plan Nacional de Desarrollo 2006- 2010 planteaba, como una meta, subir la cobertura de un 22% a un 30% en ese período para la población adolescente, lo cual haberlo conseguido en un período menor sería un logro importante y que sorprende a los profesionales que trabajamos en este campo.
La sorpresa es que en el período 2006-2010 no se han creado nuevos servicios diferenciados para esta población y que la cobertura de adolescentes es muy puntual, no integral, a nivel de EBAIS y áreas de salud. Como ejemplo está la carencia significativa de profesionales en Psicología que tiene la institución, indispensables para integrar equipos de atención integral.
Decisiones políticas. Lo nuevamente paradójico de todo esto es que la CCSS tuvo un vigoroso programa para la atención integral de adolescentes, ubicado en todo el país, probado en su impacto positivo y el cual fue progresivamente desmantelado. No hay que inventar nada para ofrecerles a los adolescentes una opción real de prevención, consejería y atención; todo depende de decisiones políticas con los ojos bien abiertos.
Como corolario, diría que una situación similar a la de salud se ha venido acumulando en el sector educación, donde este mismo informe nos vuelve a repetir lo que ya conocíamos, que el 41% de los adolescentes de 16 y 17 años están fuera de las aulas. Además que las causas de lo anterior son la necesidad de trabajar y que el colegio no es atractivo para los/as adolescentes.
Sin embargo, en este caso, el ministro de Educación entreabrió los ojos y ha planteado dos cosas cualitativamente significativas: que vuelva atractivo el colegio y que es un reintento de brindar educación sexual y, a la vez, devolver a las artes y la educación física al rango que les corresponde en la formación integral.
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