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Pedido de perdón

La elección de Obama es un reconocimiento público de esa lucha que inició Lincoln

Cuando Obama, primer presidente afroamericano de los Estados Unidos, fue elegido, muchos nos alegramos por lo que suponía de superación práctica del racismo, de esa lucha a favor de la no discriminación de los seres humanos. La elección de Obama era el reconocimiento público de esa lucha que Lincoln, el presidente más popular de los Estados Unidos, inició hace casi 150 años para abolir la esclavitud.
A Obama le honrará que bajo su mandato se haya pedido disculpas formales a los negros estadounidenses por la esclavitud y la segregación racial. Doscientos cuarenta y seis años fueron los años en los que se permitió la esclavitud en EE. UU. y casi ciento cuarenta y cinco han sido necesarios para pedir perdón formalmente desde las más altas esferas políticas. Es un gran paso adelante.
El texto de petición de perdón reconoce "la injusticia, crueldad, brutalidad e inhumanidad de la esclavitud" y solicita “un nuevo compromiso con el principio de que todas las personas son creadas iguales y dotadas con los derechos inalienables de la vida, libertad y la búsqueda de la felicidad”.
Cuando ocurren estas cosas, hay que saber despegarse del momento histórico, analizar el fondo de la cuestión y sacar consecuencias prácticas que puedan aplicarse ahora y no tengamos que esperar siglos para darnos cuenta de la injusticia e inhumanidad que conllevan determinadas leyes y acciones.
La historia cuenta con momentos vergonzosos de exclusión de aquellos a los que les faltaban las capacidades o el físico requerido y se pensaba que no eran dignos de respeto: esclavos, negros, mujeres, judíos, personas con discapacidad, etc. Hoy en día, en EE. UU. se permite que algunos seres humanos, no nacidos, por el hecho de no haber alcanzado un determinado tamaño físico, queden privados de un derecho inalienable, como es el derecho a la vida, y no tendrán la oportunidad de llegar a ser libres ni, por supuesto, a buscar la felicidad.
Los grandes de la historia fueron capaces de liderar el cambio de algo asumido históricamente también. Lincoln abolió la esclavitud. Juan Pablo II catalizó la recuperación de la libertad en Polonia.
Esperemos que no tengan que pasar siglos para que nos convenzamos de que a un ser humano no nacido no se le puede tratar como un medio, como un algo, como una cosa, como lo fue en su día a los afroamericanos. Esperemos que fruto del buen ejercicio político podamos también erradicar la incoherencia entre los gestos y las acciones de los políticos.

  • POR Federico Ortolá
  • Opinión
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