Moín, Limón. La huelga que afecta los muelles de Limón y Moín llega hoy a su cuarto día pues anoche la presidencia ejecutiva de Japdeva y el sindicato de trabajadores no alcanzaron un acuerdo para fijar el plazo de pago de un ajuste salarial.
Este último grupo pide a los jerarcas de la Junta de Administración Portuaria y de Desarrollo Económico de la Vertiente Atlántica (Japdeva) una "fecha fija" para percibir los ¢1.200 millones del ajuste, los cuales fueron aprobados por la Autoridad Presupuestaria el pasado jueves 15 de octubre.
La cita para buscar la solución al conflicto –el cual cuesta a Japdeva ¢100 millones diarios –se inició a las 4 de la tarde y se extendió por casi cinco horas, pero sin desembocar en un punto de conciliación.
En la mediación participaron Francisco Jiménez, presidente ejecutivo de Japdeva, y Allan Hidalgo, asesor legal de la entidad.
Por parte de los sindicalistas estuvieron Ronaldo Blear, secretario general de Sintrajap (sindicato); el subsecretario general, Rafael Raudes; el secretario de Finanzas, Luis Castillo, y los delegados Gilberto Franco y Carlos Chavarría.
Mientras ambas partes estaban sentadas ante la mesa de negociación, en las afueras del recinto se hallaban los huelguistas.
Para evitar alguna eventualidad, la Fuerza Pública destacó dos decenas de efectivos en las cercanías del lugar.
Debido a que anoche las negociaciones “quedaron en punto muerto”, según dijo Blear, se espera que hoy por la mañana se realice un nuevo encuentro de diálogo entre las partes.
Inactividad. Mientras ayer en Moín el movimiento de embarcaciones transcurrió con cierta normalidad (Japdeva tiene a estibadores privados operando el puerto), la situación en Limón centro fue totalmente diferente.
Tanto el muelle Alemán (carga y descarga) como el de cruceros estuvieron totalmente paralizados.
En ambos sitios algunos empleados de Japdeva llegaron a su lugar de trabajo, pero no realizaron labor alguna.
Esa situación provoca que en Limón estén dos navíos atracados (sin opción de salir porque las grúas les impiden el movimiento), mientras que en bahía –a la espera– se encuentran cinco embarcaciones de bandera extranjera.