Kabul. AFP. Los derechos de los niños son violentados frecuentemente en Afganistán. Los abusos son tales que este país se convirtió en el peor del mundo para los menores de edad.
Ocho años después de la caída del régimen talibán y pese a los miles de millones de dólares de ayuda internacional recibidos desde ese momento, Afganistán sigue siendo un país devastado.
La peor parte de esta destrucción la enfrentan los pequeños.
Así lo denunció ayer una representante del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) en una rueda de prensa.
Mortalidad infantil, trabajo infantil, matrimonios precoces, niños soldados o utilizados como kamikazes... todos estos males aquejan a Afganistán.
Cantidad. La mitad de los 27 millones pobladores del país tiene menos de 15 años de edad.
"Según nuestras investigaciones, la tasa de mortalidad infantil es la más alta del mundo, en un país donde el 70% de la población no tiene acceso al agua potable.
“Un 30% de los niños afganos trabaja de una u otra forma, 43% de la niñas son obligadas a casarse antes de los 15 años", afirmó Catherine Mbengue de Unicef.
La situación de los menores no cesa de degradarse pese a que en 1994 Afganistán adoptó la Convención de los derechos de los niños.
“La violencia contra los niños en Afganistán es generalizada”, denunció, por su parte, Hamida Barmaki, miembro de la Comisión Independiente Afgana de los Derechos Humanos (AIHRC).
“Hoy Afganistán es el peor lugar del mundo para los niños”, subrayó, mientras tanto, la diputada afgana Fawzia Kofi.
Por su parte, el responsable de la delegación de la Comisión europea en Afganistán, Hansjörg Kretschmer, enumeró que el año pasado hubo 1.459 casos censados de abusos sexuales contra niños.
“Hay progresos especialmente en materia educativa, con 6 a 7 millones de niños escolarizados. La mortalidad infantil retrocedió de 2,5 a 1,9%, y la mortalidad de los niños de menos de cinco años pasó de 1,6 a 1,3%”, destacó Kretschmer.
Insuficiente. Para el funcionario, la ayuda económica internacional es insuficiente para atender las necesidades de los niños de ese país.
“El porcentaje que se destina a los niños es apenas una gota de agua en el océano, comparada con las enormes sumas gastadas en el sector de la seguridad o de la reconstrucción”, dijo Kretschmer.
Afganistán es el quinto país más pobre del mundo.
Como otro logro negativo de este empobrecido país, la ONG Transparencia Internacional ubicó a dicha nación en el segundo lugar entre los países más corruptos.
Esto lo hizo para la clasificación divulgada el martes pasado.
En este ranquin, Afganistán solo fue superado por Somalia.