La venta de servicios a instituciones públicas encienden la esperanza de Radiográfica Costarricense (Racsa) de levantar sus débiles finanzas.
El anuncio lo hizo la entidad la tarde de este viernes en un comunicado de prensa.
Según el documento, el giro en en los negocios implicará ponerle fin al servicio de Internet residencial, que ofrece a cerca de 4.000 abonados; no obstante, los clientes que deseen seguir en la plataforma podrán hacerlo.
El gerente de la entidad, Francisco Calvo, argumentó en el comunicado que el plan estratégico para los próximos tres años consiste en "crear un portafolio de productos integrados" con el que pretenden superar las pérdidas.
La meta es alcanzar ¢61.000 millones de ganancia en el 2018.
Entre los sectores a los que ofrecería servicios se encuentran transportes, banca y finanzas, salud y seguros, entre otros; para lo cual seguirán utilizando la infraestructura del Instituto Costarricense de Electricidad (ICE).
La institución pretende negocios con el Consejo Nacional de Vialidad (Conavi), el Consejo de Seguridad Vial (Cosevi), el Banco Popular o el Ministerio de Hacienda, además de municipalidades, asociaciones y cooperativas.
Los contratos incluirían operación en estaciones de peaje, cobro electrónico de buses, plataforma para medidores de agua y luz, huella digital y el sistema inteligente en licencias de manejo.
Calvo anunció que durante el proceso de transición (2015-2018) Racsa mantendrá las empresas que hoy forman parte de su cartera de clientes empresariales y que, paulatinamente, dejará de atender los servicios masivos tradicionales para enfocarse en el sector público.
Los problemas financieros de institución se agudizaron con la apertura del mercado de las telecomunicaciones, en el 2008, pues le trajo una desbandada de clientes de Internet, servicio que había liderado desde 1994.
En los últimos años, intentó negocios, también con entidades públicas, la mayoría de los cuales fracasaron. Por eso requirió una inyección del ICE de $15 millones en el 2011.