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Página LA TRIBUNA Domingo 14 de noviembre de 1920 0104 La Zagala EL INCENDIO DE ANTIER Was somebody asking to see the Soul? Seel your own shape and countenance. persons, substances beasts, the trees, the running rivers, the rocks and sands.
WALT WHITMAN.
DESTED 0 01 0 0. cir que Ecos del incendio Encuentro (Fragmento)
Iba esgrimiendo el tosco bordón del peregrino allá en las soledades del desierto argentino, Avenida frente al Mercado Lugar donde principió el incendio sio más castillos regios para mis ambiciones que las cumbres andinas y los agrlos torreones de hielos que al Sol bruñen su esquife de topacio cuando los Andes le abren su nocturno palacio.
Chacay, corcel de Arauco, enarcaba su cuello porque allá eo la hondonada vió serpear el destello del río Limay; la espuma, cual rebaño de pascua le ensanchó el corazón; su piel tornóse en ascua de ámbar, en onduloso satío crepuscular. era que ya su instiuto pregustaba el chanur.
Así opulento erguía su penacho de crises tascaudo iluso el freno cual si allá en los confines mordiera extensos prados de aciduladas lilas; Mercaderias salvadas en la calle frente a La Violeta Tienda John Bull o al oir tras de las lomas el són de las esquilas maceraba el tomillo bajo sus herraduras. 0 0 0 0 0 0 0 0101010101010 0 0 0 0104 goloso de retoños, sediento de aguas puras.
Las escuadras de patos tendieron torpasoles a Europa, Talero habló para de atenuaban sin desaparecer del lo que debería hacerse todo, cuando como en Ecos de guiroaldas sobre el cielo gris; y en los caracoles con los poetas no era, como de ausencia colección de parrade guljarro, la noche tañó sus ocarinas cía Platón corcnarlos de rosas ciones colombianas Impregoadas Ayer reciblmos la visita de y el aire bramó salmos y sollozó sordinas.
y arrojarles de la república, sivo de una evocativa nostalgia el distintos comerciantes a quienes Ante esas voces graves medité que el proscríto coronarles de rosas y porerles escritor explotaba temas más se les quemó en el incendio de debe irse a los desiertos; y como un pajarito en la selva nativa, para que alli, sentimentales y subjetivos. En anteayer sus comercios. Vepían vivir agazapado bajo humilde follaje libres de afecciones decadentes conjunto, su obra de prosista se a pedirnos que aclararamos datos y bacerse lego de esa basílica salvaje.
y urbanas oyeran las grandes nos antoja superior a la que pro errados dados en nuestro númevoces de la naturaleza y aprendujera en verso, por más que en ro de ayer. Con gusto lo hace. fué la noche aquella cuando temblo en mi carpa la misma brisa dulce que resono en el harpa dieran a cantar sencilla y espon Avies de fuegos. colección de mos.
del vagabundo Ercilla; y fué la noche aquella El doctor Berrocal en que un fogón campestre me iluminó la estrella Nos manifestó que sus asegude ensueños apagados por una bota herrada; LA ZAGALA ros ascendían únicamente a la y allí, sobre la hierba de reflejos estriada, suma de 22. 000, distribuídos bajo los aderezos de la grao Cruz del Sur así: 20. 000 por la botica y y ante tisones de oro recamados de azur. 000 por su oficioa profesio.
me dije: no más penas, en adelante no hay ol Dice que estos aseguros no sino hacerse una chacra a orillas del Limay, le cubren las pérdidas.
Un viejo vasco serio, sarmentoso y membrudo, con ojos de alborada y gesto sacro y rudo Fernando Castro Avilés de sembrador, fué el hombro de tui convalescencia Se quejó de que nosotros hapara entrar a esos huertos de la vida; su ciencia bíamos dicho que el fuego se eran la luz y el aire y el vino y el capdor; y era sablo: la borla de un losigae Doctor había podido localizar muy junto a sus fábricas de cacao y café valía menos que un gajo de rosas, las espigas inolido. Le explicamos que en le éxcitabao cual a otros los encajes y ligas, escuchaba los roces del maizal que se eoreda manera alguna hablamos querl.
do en nuestra crónica señalar a como otros escuchamos los de faldas de seda; nadie como responsable del tedudaba de los hombres pero amaba los perros EDUARDO TOLEROI rrible Incendio. Que sólo habíay era su amor el mismo para hijos y becerros; mos recogido el decir de los tessiempre halló analoglas raras entre las pomas y el seno de sus hijas y el perfil de las lomas; 04040404 tigos. Repetimos que a nadie 4040404040 acusamos, a nadie señalamos coeran sus telescopios los arcos de sus cejas táneamente, como las aves. Este poemas que inspiró la guerra mo incendiario.
y allá entre los bellones de las blancas ovejas amor del paisaje y de las cosas mundial, haya composiciones lle Por otra parte nos pidió que pulsaba el ritmo oculto del misterio pascual; autóctonas, lo expresó Talero nas de un vasto soplo lírico. El especificáramos así sus aseguros: en la viña exprimían sus dedos el lustral en libros tan origio ales y de tao poema del árbol que escribió en la Commercial Union 500, jugo teñido de oro por el piocel solar; brioso acento como La voz del anteriormente, es tal vez su me donde Cañas Hermanos 800, o loclinado a la tierra, con gesto apostolar desierto. en que describe sus jor página poetica.
donde Pradilla 700.
sus dedos hechos garfios de las fuerzas profundas visiones pampeanas en una pro Las últimas producciones de Queda complacido el señor arrancaban del surco las esenclas fecundas.
sa que parece henchida por los Talero fueron dos hermosísimas Castro Avilés.
Tanta sabiduría vientos libérrimos de las tierras conferencias, una sobre Alma.
fué allá eo la Patagonia mi redentora guía, del sur. No eran el gusto alqui fuerte y otra sobre Amado Ner Los Hermanos Grillo tarado ni la delicadeza de los to vo. Dejó ademáy una numerosa fué el texto luminoso de esos claustros celestes que la verdad custodian en sus pozos agrestes.
nos, condiciones de su estilo, sl. labor esparcida en diarios y re.
Nos pidieron que especificárano la fuerza y si se quiere, la vistas.
mos así sus aseguros: Por la carudeza viril, tan adecuada sin Era, pues, un artista de mar.
sa 22. 000 y 000; por la EDUARDO TALERO botica 15. 000 y 000.
duda a los asuotos que gustaba cada personalidad el escritor que Buenos Aires, 1909.
cultivar.
acaba de desaparecer. Unia a Complacemos a los Hermanos Tenía su lenguaje algo del ello rasgos morales relevantes y Grillo. Cuantos estimaban en Eduar vida de ésta, su patria de adop brillo salvaje de las hachas, hen un gran don de simpatía. Su do Talero al escritor fuerte y ción, Talero se había vinculado diendo los troncos robustos y sus muerte provocará legítimamente Brochas, pinturas, tintes y esmaltes para sano y al hombre hidalgo y bon a ella por fuertes lazos morales Imágenes violentas sugerían la un movimiento de dolorosa sor Incautos. Arango Co.
dadoso han de recibir con ver y materiales. Fué durante mucho aspereza de los montes no des presa entre todos los que le ad dadera compunción la noticia tiempo alto funcionario en el bastados. Estas características se miraron y quisieron.
Del Cantón de su muerte a caecida Ministerio de Justicia. Poseía en de Moravia ayer en San Martín. El doctor esta Se solicitan maestros Talero, colombiano de origen, se La proviocla de Guanacaste Para el slete y ocho de Dihabía establecido desde hace gala, donde acogía con amable abrirá el mes entrante sus escue ciembre, los vicentinos se promucho tiempo en nuestro país, hospitalidad a los viajeros amiTres Ríos interesa las y le hace falta maestros en podea celebrar el primer aplverlocorporándose a su vida inte gos y eo cuyo retiro se complalos siguientes lugares: La Sierra sario de la fundación del Club lectual y conquistando, merced a y cía su espíritu enamorado de las En adelante no tendremos de Abangares, un maestro auxi Sport Moravia. para lo cual su talento y sus altas cualldades cosas silvestres, de la caturaleza agente en Tres Ríos, por haber Har; Las Juntas de Abangares, haceo grandes preparativos.
morales, simpatías y afectos fir primitiva y bravía. Porque Ta renunciado la agencia el señor dos maestros; San Juan de las Este club es un centro social mes y sinceros. La Nación le lero, tan culto y gestil en la vl Próspero Rodríguez. Ponemos Juntas, un maestro; Cañas, es eu el cual se reunea los jóvenes contó entre sus colaboradores da ciudadana, era ante todo un esto en conocimiento de nuestros cuela central, dos maestros; Tila durante las horas que el trabajo más estimados y Eduardo Tale poeta geórgico, que sentía pro suscritores en aquella localidad rán, un maestro; La Cruz, un del dia les deja libres y, en lugar ro ha dejado en esta casa, que fundamente las bellezas de la a fin de que se sirvan entender maestro.
de pasar el tiempo en las taqui.
últimamente frecuentaba poco, a tierra y las trasuntaba en se directamente con nuestro Ad Las solicitudes deben ser di llas, como simples monigotes, se causa de las dolencias que le te versos o en su prosa con un vi ministrador en esta ciudad. rigidas por los interesados, dedican a entretenimientos be.
nían alejado del comercio social, gor y un colorido extraordina En cuanto consigamos va acompañadas de buenas referen neficiosos que dicen mucho de recuerdos muy gratos y dura. rios. Recordamos que cierta vez, persona activa la nombraremos cias, al Inspector del Circuito, sus afanes de cultura.
deros.
en ua banquete en que se des de Agente y avisaremos a los don Edgardo Baltodano, residen Un pueblo así tiene que ser Aslmllado por completo a la pedía a Ricardo Rojas, en viaje suscritores.
te en Liberia progresivo.
Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.
blecimiento denominado La Za los suscritores del sus