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PAGINA DOS EN CELEBRACION del ANIVERSARIO de HOY El Armisticio de Villa Giusti y la Capitulación de Alemania (En homenaje de simpatía a la Colonia Italiana y con motivo del aniversario de hoy en que se recuerda el armisticio de Villa Guisti entre Italia y Austria, publicamos el siguiente muy interesante artículo del escritor Aldo Valori, que ha sido especialmente traducido para La Tribuna. El acuerdo entre las operaciones en el frente italiano y los otros frentes, no se mantuvo casi nunca de un modo absoluto, a pesar de que cuando alguna relación hubo, fue con más ventaja para los Aliados, que para nosotros. Si se euentan las víctimas de las inútiles acciones cumplidas solamente para debilitar la presión (como se decía, en frase ban convencional cuanto falta de sentido) en el frente serbio o en el ruso, se llegaría a cifras espantosas. Al contrario, raras veces los Aliados intervinieron directa o indirectamente para ayudarnos, y si ello fue alguna vez, podemos, dadas las circunstancias, eximirnos de rendirles exageradas muestras de gratitud. Hagamos un corto resúmen de dos de los episodios más conocidos: la acción de Brussiloff, en Volinia y Galicia en el año 1916, y la ntervención de fuerzas franco inglesas en Italia desués de la retirada de Caporetto.
En el primer caso, es cierto que el movimiento de Brussiloff dio a los italianos una verdadera ventaja, no porque contribuyera a detener la irrupción en los Altiplanos, que ya había sido resistida, sino porque impidió al Courad volver a empezar la ofensiva en breve tiempo como lo podia haber hecho en el verano en condiciones estratégicamente peligrosas para nosotros. Pero si se observa bien, la ventaja mayor fue para los rusos mismos, que en aquella circunstancia justamente obtuvieron, la más grande, por no decir la única de sus victorias. Ahora, es curioso observar que el triunfo ruso fue debido, por tanto. al hecho de que Brussiloff, atendiendo las solicitudes italianas (se sabe entre otras cosas que el Rey Víctor Manuel telegrafió personalmente al Czar. anticipó la fecha en que debía iniciar las operaciones. La ofensiva, que debía comenzar el 1o. de julio, comenzó el del mes anterior, cuando los austroalemanes no estaban preparados y las miradas del Estado Mayor austriaco estaban fijas en los Alpes Vicentinos. Los rusos vencieron, al fin, sin muchos esfuerzos; lo dijo el Falkenhayn. Después de breve preparación de artilleda los rusos habían salido de sus trincheras y se adelantaron simplemente un poco. Ellos no habían pensado er constituir grupos de ataque ni en recober reservas. Sin embargo el ataque tuvo resultados grandiosos. SemeJante resultado no había sido calculado por el Estado Mayor. Evidentemente, el frente austriaco de Galicia no sólo había sido debilitado, dificultando el envío de refuerzos al frente italiano, sino que se le habían restado gran parte de la artillería y buen número de contingente entre las mejores de sus tropas. Es claro, por tanto, que el peligro corrido por los italianos en la batalla de los Altiplanos influyó favorablemente sobre la victoria de Brussiloff, tanto más cuanto que ésta no influyó en la ineficacia de la ofensiva austriaca en el Trentino Saltemos un año. En 1917, de nuevo se discutió entre los Aliados convenía un fuerzo colectivo contra Austria para liquidarla y aislar de esta manera a Alemania. No se hizo nada, en parte por razones estratégicas bastante aceptables y en parte también porque en aquel entonces hervían las intrigas para una paz separada entre Austria, Francia e Inglaterra. Eran los famosos tratados del principe Sixto, en marzo, y aquellos del misterioso Conde Armand, en agosto noviembre. Por medio de este equí.
voco personaje, nuestros aliados trataron con Austria no solamente hasta Caporetto, sino también después. sobre qué bases? Nada menos que con objeto de hacer salir a Austria de la cuádruple imperial, se le ofrecía Polonia, Baviera y la Silesia; en recompensa tenía que ceder el Trentino a Italia y hacer de Trieste un puerto libre. De licado pensamiento.
Pero la conservación iy qué decimos! el engrandecimiento del impetrio Austro Húngaro era un axioma paa muchos hombres políticos de Londres y París, ayudados en esta opinión por otros personajes altísimos, entre ellos, por ejemplo el Rey de España, quien también se ofreció más de una vez para servir de mediador; naturalmente, no con la bárbara Alemania, pero sí con la muy civilizada Austria de Carlos y de Lang.
Todos estos embrollos fueron desechos y esquivados por el tenaz Sonnino, y por la lealtad del viejo hombre de Estado francés Ribot, a quien los italianos deben serle gratos. La presencia de semejantes elementos de la diplomacia secreta debía influir en la marcha de la guerra; así se explica, en parte a lo menos, la inacción casi absoluta de las divisiones franco inglesas enviadas a Italia después de Caporetto. Hasta entonces los tratados se habían basado por lo mismo sobre el hecho que ninguna verdadera enemistad existia entre Austria y Francia y que el estado recíproco de guerra entre ellos, era solamente una formalidad. Estas expresiones son las del año 1917. No había que romper el encanto! Sólo con el nuevo presidente del Consejo, Clemenceau, poco amante de enredos, la situación cambió algo; las tropas francesas entraron en linea y entonces hubo la acción del Monte Tomba y lo que siguió.
Sin embargo, no se puede decir de verdad que los auxilios aliados hayan decidido la salvación de Italia, que se debió el heróico sacrificio de nuestros soldados y también a la enorme equivocación del Gran Estado Mayor alemán que retiró en el acto sus tropas, creyendo que Italia había sido liquidada justamente cuando estaba por resurgir moralmente y por ser un factor decisivo de la guerra.
Puestos en claro estos puntos, que hasta ahora fueron desnaturalizados o escondidos para el público, hablemos un tanto del armisticio de Villa Giusti y de sus repercusiones sobre la capitulación que ocho días después, Alemania debía suscribir en Rethundes, en plena floresta de Compiegne, en el vagón del tren donde el General Foch residía.
Antes que todo, hay que precisar que los tratados para los dos armisticios, uno con Austria y el otro con Alemania, se desenvolvieron simultáneamente, pero la finalización del segundo fue artificialmente retrasada porque se quiso que el primero comenzara a hacer sentir todos sus efectos. El objeto de los Aliados era, desde luego, obtener de Alemania una verdadera verdadera rendición; pero como el ejército alemán, si bien se retiraba, no podía decirse que estaba derrotado, al contrario, parecía que pudiera oponer una larga resistencia, se buscó la forma de influir en la opinión pública alemana y en las mismas esferas gubernativas de Berlín para que llegase al convencimiento Alemania de su completo y absoluto aislamiento. Cada uno puede ver cómo la victoria italiana constituyó el elemento esencial de esta maniobra psicológico dplomática que economizó a los ejércitos aliados combatientes en el frente francés durante muchas semanas y evitó tal vez muchos meses todavía de lucha sangrienta. Véamos, pues, precisamente, como se desarrollaron los hechos.
Las condiciones del armisticio que debía imponerse a Austria Hungría y luego a Alemania, fueron concertadas en los días 31 de octubre, 12 y de noviembre, en Versalles.
En la mañana los miembros del Consejo Superior de guerra se reunían en la casa del Coronel House, el conocido hombre de confianza de Wilson, para un intercambio de ideas preliminares. Por parte de Italia participaron en las reuniones los señores Orlando y Sonnino, el General Di Robilant y el almirante Grassi. Naturalmente, el dominador de la situación era el héroe del día, el Mariscal Foch, quien por una imprescindible ley histórica, estaba aureoleado, además de la justa gloria de sus éxitos en Francia, por las victorias obtenidas en Italia, merced a nuestras armas y de aquellas otras conseguidas en Macedonia en virtud de los dólares en gran cantidad regados en las retrovias búlgaras.
Demasiado largo sería poder reportar textualmente las discusiones sobre las condiciones para el armisticio que debía imponerse al Austria derrotada, la nostalgia austrófila de nuestros mayores aliados encontró durante las primeras sesiones una nueva manifestación, pero fue sofocada por el interés común de poner lo más pronto posible aquel Estado fuera de combate. Habiéndose llegado al fin al sewerdo, el texto del armisticio fue trasmitido al General Diaz, y en espera de la aceptación austriaca, se dió principio por discutir el plan de armisticio con Alemania. aquí comenza la parte interesante.
En la última faz de la guerra, y especialmente en los preliminares del armisticio, las divergencias entre los intereses de los Aliados se habían acentuado, de lo cual se encuentran señas evidentes en el texto estenográfico de las discusiones de Versailles. Los representantes de Estados Unidos no tenían ningún interés en participar en los sucesos que estuvieran por venir; su ejército entraba justamente entonces en plena eficiencia y había tenido apenas 50. 000 muertos, cifra ridícula para un pais de 110 millones de habitantes.
Pero por lo mismo, el temo: que los americanos conquistaran dentro de breve una parte preponderante en ke guerra, aconsejaba a ingleses y franceses concluir la paz con Alemania lo más pronto posible.
Conviene agregar que los combates desarrolladog durante la persecusión de los alemanes, no eran tan de poco sacrificio; el mismo Lloyd George llegó a decir que las pédidas inglesas en las últimas semanas superaban a aquellas de las fases más críticas de la guerra y que el ejército británico estaba maltratado. Foch no dijo lo mismo del ejército francés, pero sí lo pensaba.
Estadísticas recientemente publicadas confirman este hecho que puede parecer fuera de quicio. Desde luego, en los primeros seis meses del 1918, esto es, durante las grandes ofensivas de Ludendorff, los ingleses habían perdido 723. 346 hombres, cerca de 120. 000 al mes. Ahora, en el mes de octubre, las pérdidas inglesas sumaron 120. 837 hombres! Se ve los alemanes se defendían bastante bien, a pesar de que se replegaban con prontitud hacia la frontera. En cuanto a los franceses, si en julio habían perdido 207. 300 hombres, en octubre, a dos pasos de la victoria final, perdían nuevamente 133. 000, que ya es una considerable cifra. El deseo de la paz de parte de sus representantes no era una hipocresía. Mas los ingleses y franceses ro iban muy de acuerdo en un punto: el destino de la marina de guerra alemana. Lloyd George, acuerpado por el Almirantazgo, quería incluir, sin más ni más, en las las condiciones de armisticio el internamiento de toda la flota alemana (2 de noviembre. Los franceses temían que esta cruel imposición ao fuera aceptada por los alemanes y que al contrario sirviera para estimular a resistir con más empeño. El Mariscal Foch tuvo a veces palabras vivísimas contra el egoísmo británico.
Lloyd George, con su consabida ductilidad, encontró una fórmula conciliatoria. Es claro, dijo, que las condiciones que hoy se imponen a Alemania dependen en gran parte de lo que hará Austria. Si Austria acepta nuestras condiciones, si los sucesos italianos siguen su curso, podremos imponer a los alemanes condiciones si se quiere más fuertes. No se puede decidir nada sin la respuesta austriaca. Bajo la presión irresistible de nuestras armas, e! frente austriaco se derrumbó y en Villa Gusti, el de noviembre, fue firmado el armisticio que decidía el retiro de Austria de la lucha. Inmediatamente los ingleses se apresuraron, no obstante alguna otra protesta de Foch, a hacer incluir en las condiciones del armisticio con Alemania la fórmula que decretaba el completo sacrificio de toda su flota de guerra!
Era un regalo verdaderamente real que nuestros pobres infantes del Grappa y el Piave han hecho, sin siquiera imaginárselo a la soberbia Albion!
Alemania sufrió la dura imposición. La sufrió a causa de que estaba sacudida en el interior por una pasajera idea de revolución. Pero si no hubiera aceptado, los aliados sabían a qué medios recurrir. No estaba Austria ya en medio, y se podía gritar el hallali contra el último enemigo superviviente. Ya Foch había preparado su famoso plan para la ofensiva de Lorena, que debía iniciarse con un preparado grupo de armadas franco americanas al mando de Castelnau, en dirección de la Sarre y del Reno, hacia la cabeza del puente de Magonza. Pero después de Villa Guisti, otras posibilidades se delineaban en el horizonte. El de noviembre, en la casa del Coronel House, Foch explicaba así sus nuevos planes. El armisticio con Austria nos permité, ahora sí, atacar a Alemania por el Sur. Con los Generales Blişs, Wilson y Di Robilant (italiano. hemos pensado en una acuión concéntrica sobre el Mónaco de Baviera, que partiera de la región de Imsbruk, al Sur, y de la línea Salzburg Birnau, al Este. En los alrededores de Innsbruk reuniremos una fuerza italiana de 10 divisiones; y entre Salzburg y el y Danubio dos ejércitos de 20 divisiones compuestas por tre pas italianas, inglesas y francesas. El comando en jefe de este ejército correspondería al General Díaz.
La propuesta de Foch tenía, sin duda, un carácter winepático para Italia, pero es bueno que se sepa que, si biex por la fuerza de los hechos, fue del todo platónica. Desde luego, Alemania aceptó el armisticio y siete días después, firmó todo lo que quisieron los Aliados. Pero de lo que he mos sacado en limpio de todo esto, resalta la importancia excepcional de la victoria italiana en la faz final de la gaerra: lo que fue y lo que pudo haber sido. Esto es lo que se ha querido demostrar.
REMATE DE MERCADERIAS El miércoles de noviembre a las dos de la tarde remataré en la bodega de los señores Juan Knohr hijos, en esta ciudad, un lote de mercaderías, entre las cuales hay céfiros, mantas, lienzos, etc.
San José, de noviembre de 1922.
Jorge Saurez Corredor Jurado.
mostrar una prebon Baños termales de Agua Calientes La Municipalidad de Cartago abre licitación para el arriendo y explotación de ese balneario y oirá propuestas hasta el ocho de diciembre próximo. Los pliegos deberán dirigirse al suscrito Apoderado Municipal JENARO LEIVA.
La Pensión Italian a de FELIX VALLINI.
El mejor Restaurant de San José Los domingos: Menú especial.
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