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Domingo 18 de mayo de 1924 LA TRIBUNA PAGINA NUEVE PAGINA LITERARIA DEL DOMINGO LA CANCION DEL SILENCIO El silencio. Buscar el silencio en la Naturale de aire, por ligero que sea; no importa que los nidos matices. Hay silencios ligeros, casi alados, durante za. Pero. qué es el silencio Dónde está el silen estén vacíos desde el fin del otoño; no importa que los cuales nos figuramos ver en un ángulo de nuestra cio. ninguna rama se mueva. Allá arriba, muy arriba, estancia a un ángel sonriente que, con el índice en los queda siempre, entre la sombría verdura del árbol labios, nos ordena que callemos para no interrumHay, sin duda, un silencio angustioso de noches doliente, algo que es una queja infinita, in suspiro pir la vasta armonía muda de los minutos que pasan; interminables y febriles, durant cuales el rumor interminable y hay un silencio, que es un paréntesis entre dos tude la existencia no parece callar sino para dejamos ¿Y en los parques, en los viejos parques desier multos, y que no nos inspira ni simpatía ni confianY sentir mejor el horrible vacío de nuestro corazón; y tos, donde ya ni el sátiro clásico sonríe en su zócalo za; y otro silencio que es vacío, que es incoloro, que hay un silencio de duelo y de muerte, un silencio que enmohecido. Allí, al amanecer, en los días de in es mustio: un silencio que parece aburrirse, y que no parece eterno y que nos rodea, nos penetra, nos hiela; vierno, cuando los troncos sin ramas parecen más tiene ni siquiera la conciencia de su grandeza; y hay un silencio en cuyo reino la vida, más que suspen arruinados aun que las columnatas derruidas; allí, un silencio grave, tranquilo, el más bello tal vez, de dida está agotada: es el silencio de las almas aban donde ya no quedan sino los mármoles rotos de algu seguro el más raro, un silencio en que hasta nuestro donadas.
una glorieta donde todo es muerte, donde todo es pensamiento calla para dejarnos ver la vida en amPero no son esos, no, los silencios que anhelamos. melancolía, donde todo es abandono; allí, en fin, plios frescos de suaves matices, con horizontes muy donde los poetas edificarían el templo simbólico del tiernos, con lejanías muy celestes o muy rosadas; y veces vamos a buscar el silencio bajo las bóve silencio, algo hay que murmura también una canción hay silencios nostálgicos, silencios nerviosos, silendas frescas de alguna iglesia antigua, a la hora en perpetua. Qué. Nadie lo sabe a punto fijo. Tal cios inquietos; y hay grandes silencios místicos, a las que los fieles están ausentes. Al entrar experimenta vez el alma de los surtidores, secos desde hace si horas del crepúsculo, en los campos sin árboles, sin mos la deliciosa sensación de un callar profundo, glos. Tal vez las cortezas de los árboles, donde se murmullos de fuentes, sin trinos de pájaros; silenapenas oloroso a incienso. Nada se mueve en el santo ven iniciales grabadas con cuchillos silvestres. Tal cios absolutamente sublimes, durante los cuales nues recinto. En sus nichos, los santos de piedra parecen vez los boscajes que sirvieron de alcobas idílicas. tra alma se baña en claridades sobrenaturales y nuescerrar los ojos. Los oros mismos de los altares están es que es muy difícil encontrar en el mundo tro amor se eleva hacia el cielo en un vuelo, sin el como adormecidos en la suave penumbra. Y, sin un silencio completo.
menor rumor de alas.
embargo, algo hay que canta en el espacio vacío al Aun en el desierto, en medio de esas in Pero todos estos son silencios relativos; todos, go que es cual un eco cual una larga nota tembloro mensidades de piedra en las cuales no se ve ni una hasta los que más completos parecen.
ca que va desde las vidrieras historiadas del coro has mata seca que pueda ser sacudida por el aire, en ta el rosetón de la fachada, y que envuelve el santua que el aire mismo parece ausente, hay, durante las En cuanto a los verdaderos silencios, son aquerio entero de una deliciosa vibración.
largas horas del día, una vibración, al principio im llos durante los cuales nuestro corazón, aun en meY es que los órganos no duermen nunca por comple perceptible, luego clara, muy clara y muy sonora. dio del tumulto, no oye sino la voz de una pena, de to en las viejas iglesias milagrosas.
la vibración de la luz.
una angustia, de un luto. es que, ayl, más que En los cementerios de aldea, donde tambien busel paisaje, el silencio es un estado de alma.
camos a veces la paz silenciosa, son los cipreses los Pero, entonces, e no hay silencios.
que cantan. No importa que no haya un solo soplo Sí, sí los hay. Los hay de mil especies, de mil ENRIQUE GOMEZ CARRILLO OFRENDA Cuido mi cuerpo moreno como a un suntuoso marful Ouido ml cuerpo moreno para que de gracia lleno sen de ple basta el perfil.
Copa con vino de vida, VASO con miel do pasión Copa con vino de vida, y una ASCHA viva encendida en lugar del corazón!
CARNAVALESCA DEMI MONDAINE En el Palais de Glace. Vamos al baile me dijiste, poniendo risas en tu faz. como esta noche estoy muy triste, quiero que ría mi antifaz.
Quiero reir, y hacer que ría la multitud al par de mí: ser su bufón. qué, alma mía. conseguirás? té respondí.
Quien tiene un alma de poeta, nada consigue al ser bufón. qué reir con la careta, si adentro llora el corazón Oh, mi amante, te lo ofrenda como un regalo de amor Oh, ml amante, te lo ofrendo on el engarce estupendo te mil chal multicolor!
Quizá te parece extraño que yo te conozca a tí, pero perdone el engaño la Rosa Coral de antaño que es hoy madama de Lhy, Sangre. fuego, carne cera.
or a sol y a panal.
Bangre. fuego, carcers.
Te lo doy como foera Umro bronce oriental!
Sé que este encuentro te atrista, pero dada mi promesa, no puedes temer que insista en denunciarte modista cuando te mientes condesa.
JUANA DE BARBOUROU Noble eres por la hermosura, que es la mejor distinción, mas no era tanta tu altura en aquella casa oscura de la plaza del Panteón.
Quiero beber. me repusiste, y emborracharme de placer. No. La ebriedad es cosa triste. no hay alegría en el beber Quiero aturdirme con la danza; ver lo que es una bacanal. Oh, no! Perded toda esperanza. que es un Infierno el Carnaval.
Quiero abrasarme en sus ardores; sentir el fuego del amor. Ay! Toda llama, si es de amores, ila extingue el soplo del dolor.
DE MI COFRE Amor! Por si vinieras esta noche.
abierta he de dejar la cerradura; y entrarás a robarme lo que quieras envuelto en el cendal de la penumbra.
No olvides, musa altanera, aquel idilio radiante que juntó en una quimera tus besos castos de obrera y mis besos de estudiante.
Eu mi tálamo blanco de azucenas roto mi cofre por tu mano Intrusa te ofrecerá mais perlas, mis zafiros y mis rubíes de encendida púrpura.
Recuerda el bello pasado que hoy el presente disipa: tu taller, mi libro usado, el viejo hotel amueblado, tu botín roto y mi pipa. Llévame al baile. Estoy muy triste. Por qué has de estarlo junto a mí. No sé gimiendo, respondiste Yo, al ver tus lágrimas, cedí.
Tú recogiste de los suelos el antifaz y el domino, que eran azules. cual los celos que te causaba entonces yo!
Fuimos, en fin, cual tú querías, juntos al baile. Y, al volver, tú de dolor te sonreías.
iy yo lloraba de placer!
Yo, mientras tanto, me estaré on tun Angulo del camarin, sobrecogida y muda, con la embriaguez que me produzca el verte robar todas mis Joyas una a una cuando pases triunfal del brazo de tus amantes, no olvides Rose Coral que he sido el padre oficial de tu primer par de guantes. después, cuando el rayo de la aurora foresen en mis kimonos y en mis tandas, soñar que te alejas en pantillas te sando, ya al partie, la cerradure!
CARLOS MIRANDA MANUEL UGARTE CLEMNOLA ISAURA Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.
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