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Domingo de Junio de 1924 LA TRIBUNA Página PAGINA LITERARIA DEL DOMINGO Arboles viejos Romanza de Junio Hasta el árbol tronchado en el camino, sin hojas, y sin frutos, y sin flores, puede prestar asiento a los pastores y un báculo prestar al peregrino.
Dueles, Musa, lo mismo que una herida.
Por ti doliente el corazón sincero, sediento de las aguas de un lucero se perdió entre la noche de la vida.
Cuando no me quieras.
Dueles, canción! Apenas presentida, en tu embriaguez de acur me desespero: pena de octubre, cuando Abril espero, más dolorosa mientras más vivida.
Así el anciano de experiencia y tino, máximas dá que evitan sinsabores; y sin savia, ni aroma, ni colores, cumple su ley y tiene su destino. Oh labrador! Escucha mi consejo. te debes resistir cual me resisto a cortar ramas aunque estén desnudas, porque puede salir de un árbol viej.
quizá la cruz en que sucumba Cristo, quizás la rama en que se cuelgue un Judas!
Oh Paz! Todo el candor de tus belefoos em piece ya a caer sobre mis sueños, que en mi psiquis dejaron los placeres, bas anormalidades voluptuosas, de añorar en las rosas las mujeres, y en las mujeres añorar las rosas.
Partió en linea recta, giró 60. Belleza hondas y sentidna, santa y bre sí misma produciendo relám purísima del amor de mie emorea, pagos de luz, y en la mitad del co en gloriosa, Agcención, tena do po razón en rojo clavose la daga clous la blancura de tu rostro quo I6nUna.
ruscaban las lágrimas de tu sha Preciosa arma! La empuñadu Igual ventura. Después abart Ta preciosamente cincelada simbo mnl cabeza sobre tus pibe, y un per lizaba al Dios Amor coronado de fume de nardos místicos hizo bro mirtos y de pie sobre su arco fletar aquel beso que en ellow deposi chero. En le bruilda boja, peroep tara tible apenas, podssse leer: Cuan Comprend en aquellos instando no me quieras, no llera. tes que era esa la finalidad de mi Mata!
vida: llenar do sonrisas y do be Regalo fue de aquella ou Terda fos la existencia tuya; sembrar de dera pasión. Elena Nibal; dor tem flores tus caminos Dranera que al embriagarlo en sus De besos y de nores.
Iragancias, borró de su loca jayen bécil!
tud las huellas de las que en ella ¿Cómo y por qué? no sé, lo fueron Bien recordaba: No se cierto es que te fuiste para no vol que tienes que nunca he gustado; ver. Brutalmente lo decía no sé que me seduce en tí, que no quel oleaje de espumas, aquel.
JOSE SANTOS HOGANO JUAN SANTAELLA ilm POEMAS DEL HOGAR LUNA DE ABRIL LA LAMPARA Lana de Romeo y Julieta, Idilica luna de abril: hora del ruiseñor poeta y la primera novia gentil.
Canta el dulce coro infantil en la sombra de la glorieta el romance del rey galán, y alguinn binnea adoiescente al besar un clavel presiento cómo es el beso de Don Juan, al Pálidos fantasmas errantes Werther y Figaro suspiran junto a los desdeñados amantes que bajo la luna deliran.
Las lindas coquetas Inspiran pensamientos alucinantos.
El primer romantico ardor su veneno en el alma vierto. Es muy bello entrar en la muerte por una quimera de amor!
оо ¡Bendita sea mi lámpara! No me ojos de las lámparas. Quién será este humilla, como la llamarada de sol, y muerto que está mirándome con tan catiene un mirar humano de pura suavi llada dulzura. dad, de pura dulcedumbre.
Si fuese humana, se fatigaría antes Arde en medio de mi cuarto: en su de mi pena, o bien, enardecida de solialma. Su apagado reflejo hace brillar citud, que aun estar conmigo cuanapenas mis lágrimas, y no las veo co do la misericordia del sueño llegue.
rrer por mi pecho.
Ella es, pues, la perfecta.
Según el sueño que está en mi cora Desde afuera no se adivina, y mis zón, mudo su cabezuela de cristal. Pa enemigos, que pasan me creen solo. ra mi oración, le doy una lumbre azul, todas mis posesiones, tan pequeñas coy mi cuarto se hace como la hondura mo ésta, tan divinas como ésta, voy del valle. ahora que no elevo mi ple dando una claridad imperceptible, pagaria desde el fondo de los valles. Para ra defenderla de los robadores de dila tristeza, tiene un cristal violeta, y chas.
hace a las cosas padecer conmigo. Basta lo que alumbra su halo de resplandor. Caben en él la cara de mi maMás sabe ella de mi vida que los pe dre y el libro abierto. Que me dejen chos en que he descansado. Está viva solamente lo que baña esta lámpara. de de haber tocado tantas noches mi co todo lo demás pueden desposeerme!
razón. Tiene el suave ardor de mi he Yo pido a Dios que en esta noche no rida íntima, que ya no abraza, que pa falte a ningún triste una lámpara suara durar se hizo suavisima.
ve que amortigue el brillo de sus lágriTal vez, al caer de la noche, los muer mas!
tos sin mirada vienen a buscarla en los GABRIELA MISTRAL Bajo la luna, los jardines se pueblan de espectros galas: Ofelia deshoja Jazmines cantan sus arins añorantes con sus blancos dedos fragantes: los románticos violines.
Es que ya Hero Margarita bajo el dulce claro lunar a ofrendar sus flores de azaher en el extasis de una cita. Luna de abril! En la avenida se embriaga do aromas nupciatos una pallda prometida que sueño bajo los rosales.
Estos sueños primaverales valdrán más que toda su vida! el ruiseñor en el jardin dico una oración dulce y queda por la Teresa de Espronceda y la Elvira de Lamartin PATLIO DARBU OO En el mar Pandereta de Zingaro tuvieron las do mi aver.
vuelto mar de encajes y bedas de que yo te quiero como no te ban tus piezos Intimas que asaltó el bo querido.
clo de tu alcoba preferida.
La galgale evocacion, de sutull. Pero, todo está igual La ha sima crueldad, le hizo plegar los cerrado con tu llavecite de oro que Izbios en pietus irónico; apretó dejaste olvidada. Algún dsa los párpados reconcentrando el cul tu sangre teñira etag espums, EBO gor de sus pupilas y. arrancando revuelto mar en que se abogaron la hoja, vibrante aún, llevosela al mis eneuecos corazón. Mata!
Mata, sf: por ello todas las ma La vio reir risag locas extrañas fianas al saltar del lecho hacia yo on su boci, rieng de alcohol. Llela el arma traidora de un corazón varse la copa de champagne a los on pog. y rein, refa cads vez labios, escancaria de una vez, y pe Tardo bella de maizol. El mar que tugo que el acerado flo hundíase en. dirin llena.
Haz de cuenta que tu alma lo lgnora en su lecho de perlas y esmeralda; quella mancha escarlata.
No pudo más. Abandonó su sly mis labios lo quieren callar. Asf, parn que no vuelvas a ser tio, acercóse a ella, se la arrancó y en su epllopsla eterna, por su espalda mientras llega tu barca, señora, maia; para que no profanes Jura de las mano y violento la rompió Las ondas corren en sonoro empujo.
montos que consagran la vida y so enriza de encajes el mar.
sobre la mesa. Miró retador, silen los amores.
closo, definitivo La tomó en IA racha marinera, al pasar, mago; los brazos y salió del cabaret.
Trashumanto Princesa Dastora, y en el cielo hay vlolets, rojo y gualda. Una tarde quite la virgen del allí, er aquel oleaje de espuVa esta rima tu seno a buscar: el mar riza sus ondas, y en su falda altar y con el te coloqué para ado s, sobre el revuelmo mar de enclara perla del mar de Bassora ratio consacra unción que me eajes y nedas de sus piezas intrlarga y estrepitosamente, cruje.
o de Arcadla fragante azhar.
legaron mis mayores, con ese oul mas. ierma tranquila.
to que tomaron mis ilusiones Las muchachas asidas do la mano, mis esperanzas a tu calor naci Cuando so me quieras, no nieTu alma triste presionte el olvido?
Juegan con los valvenes del oceano das Deshice a tus piatalos ras. Anta. in quo dolce pas me has querido, cantando sus canciones más nmdas: lirios que crecieron Orlllas de los Partió en línea recta, giró sobre queal mirarto me quiero acordar aurtidores del jardin puse sí misma produciendo relampagon sobre tu belleza desnuda, por unt de luz, y en mitad del. botón En tanto que las olas nuansamento co ropajo, el velo de portela que do un jardin y una fuente cantora?
en rojo, desprendido de un rocal mueren, y dejan en la playa arllente luotas cunndo Dios y los sobre el césped del jardin!
Haz do cuenta que tu alma lo lgnora alfombra do conchas nacuradas.
bres testigos fueron de que te hica olavose la dagn florentina, y mis labios lo quieren calar.
mola y, sonador, enamorado, Cobarde? No; humano, hombre SALVADON WRAZO, fontil como ninguno, tuſ desgra nada man!
JUAN SANTAELLA nando el maravilloso rosario de mi Lentimentalismo, La secara de Santiago Jorge Blain Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.
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