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El Guanacaste a mediados del siglo XIX a Por FELIX BELLY Llámase Guanacaste toda la region que se extiende desde la sierra del Orosi y del Miravalles hasta el Pacífico, y desde Puntarenas hasta el Pacifico, y desde Puntarenas hasta el Sapok, abarcando el golfo de Nicoya y su península. Es (TRADUCCION DE RICARDO FERNANDEZ GUARDIA)
una meseta en declive de 60 leguas de largo, pa ralelamente al mar, y de 15 a 20 leguas de ancho por término medio, que forma una de las grandes divisiones laterales de Costa Rica. En cualquiera lago y del Pacífico, a través de amontonamientos socorro, cualquiera que sea el precio que se pague otra parte esa meseta sería un reino. Lo fue antes de rocas volcánicas, sin duda vomitadas por el por él. Por lo demás es muy fácil prescindir de de la conquista española, bajo el cetro paternal Orosi en época ignota. La Cuesta. como la lla tal socorro, porque en el mismo puesto avanzado del cacique de Nicoya. Se recuerda que sirvió de man las gentes del país, es singularmente abrup del Sapok todo está a la disposición del viajero, paso a Gil González Davila para penetrar en Nita, sobre todo del lado de Salinas. Se necesita no inclusive la hamaca del oficial que lo manda; y a caragua. Fue por consiguiente la primera zona menos de una hora de esfuerzos y fatigas, con una legua más allá de Santa Rosa hay una tercera invadida por los conquistadores y devastada. Te buenos caballos, para llegar a la cúspide; y el hacienda que se llama El Naranjo, ocupada por nia entonces una población compacta y feliz. Ni mismo clima de la meseta anuncia en el acto que una familia numerosa que parece considerar como coya, situada más allá del golfo, al borde de la no se pisa la tierra caliente de Rivas y del una fiesta recibir a un europeo y de la cual cada peninsula, era una ciudad regia; hoy es un pueblo Realejo miembro femenino viene por turno a consultarle, Indio de cien familias y se ha visto que la provin En efecto, la primera impresión que se tiene asi sea médico o no, acerca de sus más secretas cia entera figura con sólo 000 almas en la esta en esta altura es la de un aire bastante vivo y indisposiciones.
distica nicaragüense de 1846. En el lugar mismo fresco, traído por los vientos alisios del Nordeste En el Naranjo es donde termina la zona de las la he oído calcular en sólo 000, de las que 500 que allí soplan todo el año sin obstáculo. El suelo ciénagas, de las cerezas amarillas y del suelo decorresponden a Liberia, su capital.
de arcilla gris, agrietado por el calor, está bas nudado, que llaman la meseta del Sapoá, y alli ¿Pertenecía el Guanacaste a Nicaragua en tante desprovisto de vegetación para que se pue empieza la vegetación poderosa de la planicie de 1846? La verdad es que nunca le ha pertenecido da seguir con la vista, a la izquierda, toda la sie Liberia. En Santa Rosa, que me parece ser el puncomo no sea nominalmente. Desde la Independen rra de Orosi y del Miravalles, y entrever a la de to donde se dividen las aguas, ya no soplan los alicia, sobre todo, siempre ha hecho causa común recha los recorteg oceánicos de las bahias de Salis sios con tanta fuerza, porque los detiene a su paso con Costa Rica para librarse de la anarquia de la rias y de Santa Elena. Este suelo pertenece a la la formidable valla del Orosí. Desde ese punto se vecina del Norte. Sus habitantes se habían pro.
categoria de las ciénagas de que Costa Rica está penetra en una región especial, dotada de clima y nunciado en forma regular por la anexión desto surcada como Honduras y Nicaragua. En él sólo carácter propios, en que el horizonte está por to1824. La Legislatura de San José la aceptó y el crecen árboles de calabaza falsa y otros arbolillos das partes limitado, al Nordeste, por las pendienCongreso federal de Guatemala, que sabia reapetar achaparrados cubiertos de pequeñas cerezas de tes suaves y cubiertas de bosques de una sierra el derecho popular, consagró esta fusión por de color de oro y de un gusto poco agradable, pero volcanica, de cien leguas de largo En esa zona creto de de diciembre de 1825: pero Nicaragua, que sirven para engañar la sed devoradora que alli tuve que atravesar más de cuarenta rios que badonde el amor propio nacional es tanto más ar se siente. En cambio los bloques volcánicos están jan de dicha sierra y corren hacia el golfo de Nidiente cuanto menos justificado, había hecho de sembrados en todas formas, aqui en colinas, allá coya. En ella el terreno parece dividirse en fajas este asunto del Guanacaste uno de sus fetiches. en fajas negras, más lejos al azar, con una profu que alternan con ciénagas estériles y selvas vírFue durante treinta años causa de irritación y odio sión sin limites. La característica general de Cos genes de una belleza indescriptible y sus dos úlfraternal entre las dos repúblicas. Por más que la ta Rica es la de que todas las altiplanicies acusan timas etapas, antes de salir a la carretera que va asamblea de Liberia reiteró por unanimidad y la vecindad de un volcán dominador, del cual fue de Puntarenas a San José, han quedado en mi de la manera más formal su voto de unión ron en un momento dado el campo de explotación imaginación como la última palabra de la magnide 1824, los hombres de Estado de Grana y que ha suministrado los cimientos poderosos de ficencia tropical.
da y de León, republicanos a la moda del señor sus eminencias y promontorios.
Liberia, su cabecera y la residencia del goberde Bismarck, no dejaban de proclamar su derecho Caminando media hora escasa en dirección del nador costarricense, resume perfectamente la fisopersonal; y no fue hasta 1858 cuando ese triste golfo de Nicoya, se encuentra la primera estación nomia de toda la provincia. Bañándome en el Saconflicto, del cual se originó más de un amago de militar de la República. Consiste en un simple poá pregunté a un miliciano si en Liberia había guerra, quedó resuelto por la razón superior del rancho guardado por unos pocos soldados y sito también un rio.
General Martinez y el espíritu conciliador del se a sólo diez pasos del curso superior del rio Sapoa. Hay once, señor me contesto.
for Mora, en virtud de la misma convención de del cual lleva el nombre. Este rancho colinda con Lo cierto es que tuve que atravesar varios para Rivas.
una hacienda de ganado perteneciente a un nica llegar allí y que la ciudad toma de esta abundanPor lo demás, basta llegar al Guanacaste por ragüense y conocida en toda la América Central cia de aguas un sello de frescura y de eterna juNicaragua para reconocer que allí existe un limi por la brutalidad salvaje de su mandador. Com ventud. Esta ciudad de tres o cuatro mil habitan te natural, una linea divisoria cuyas extremidades parte esta fama de inhospitalidad con la de Santa tes en que ondea la bandera de Costa Rica, es son la desembocadura del Sapoá y la isla que está Rosa, situada doce leguas más allá, donde se li todavía muy nicaragüense en su costumbres y moa la entrada de la bahía de Salinas. La meseta bró la primera batalla contra Walker. Estos son do de ser. Viniendo de San José, sobre todo se costarricense, de una altura de 300 metros por los dos únicos puntos del Istmo que han perma reconoce en ella a Nicaragua por la falta de catérmino nedio, se detiene de golpe en esta linea necido fieles al odio implacable contra el extran minos, el calor intenso, la desnudez de las mujeideal y baja casi a tajo hasta el doble nivel del jero. En ellos no se puede esperar recibir ningún res, el. far niente de los hombres, la ligera indiferencia de todos y también un poco por su alegria. Liberia es quizás la ciudad más alegre de América. En ella se baila casi todos los dias, ya propósito de cualquier cosa, a los acordes de una orquesta local compuesta de una flauta, una guitarra y de la marimba, cuyas teclas de acero golpeadas con un martillo de caucho resuenan con un ruido metálico de los más irresistibles. Este plano indio, bastante portátil para poder acompañar al músico a todas partes, es en verdad el mueble que más se usa en el distrito. Es preciso que haya un duelo muy profundo para que pasen ocho dias sin que se le ponga a funcionar.
Toda la población está invitada de derecho a todas las fiestas y toda ella concurre; pero como los cuartos de las casas no son bastante grandes para contenerla, y como hay, por otra parte, cierta desigualdad social en tre los que llevan botas y los que no las tienen, los primeros bailan adentro y los segundos en la calle. Es una división que se hace por si sola, sin gendarmes. sin policia, sin que nadie se mezcle en el asunto. Los vecinos traen sus bancos o sus sillas de vaqueta; la calle queda cerrada por los invitados, la marimba preludia con algunas notas vibrantes, empieza la polca y la cosa dura hasta la mañana siguiente con el mismo entusiasmo y el mismo abandono de ambas partes. Para la renovación de los trajes es una gran dicha que éstos sean tan ligeros y tan poco complicados como es posible.
Sin embargo, todas aquellas gentes son pobres, si es que se puede ser pobre cuando no se tiene necesidad de nada. El dinero es raro en Liberia, pero qué importa! Hay alli más plátanus, mangos, aguacates, piñas y zapotes que los que es posible comer, y el maiz que se siembra en esa tierra grasa, espolvoreada de arena micacea, rinde siempre en la cosecha de 1500 a 2000 por uno.
La ciudad se parece a Chinandega y, lo mismo que en ésta, el campo la invade por todas partes.
En este campo se desborda una exuberancia nicaragüense. Sus guanacastes asumen desarrollos de baobas y sus frutas son enormes. Volví allá una vez en el momento de la mayor frondosidad de esta vegetación copiosa, en junio de 1863. LOS naranjos en flor, grandes y tupidos como nuestros castaños saturaban la atmósfera con su perfume penetrante. En el aire habia realmente algo que embriagaba; y viendo pasar las morenas liberianas con sus ánforas rojas puestas en la cabeza, como estatuas de bronce dorado y tan frondosas como los árboles de sus jardines, se comprendían los arrebatos de los sentidos en esos climas ardientes.
No siempre es fácil salir de Liberia cuando se está allí. Los guías son raros, muy caros, a menudo no muy amables y poquisimos los que se (Pasa a la página 53)
GUARIAS DEL CREPUSCULO unidas a mis inmortales horas de amor en la mágica En la iglesia de Nuestra Señora de los Angeles, ciudad, a mis remembranzas y a mis ilusiones, en caEternamente mientras palpitante mi alma so en los rezos de la tarde, inmensos ramilletes de gua da minuto de aquellos dulces días que jamás bre la tierra vivireis en mi memoria, con vuestros rias de colores exornaban los altares. Languidecían volverán. en el recinto sagrado; y confundido con el humo del fulgores quiméricos, anocheceres de Cartago.
Os unís en mi espíritu al melancólico recuerdo incienso su olor evocaba el fúnebre olor de los cipre Jóvenes amigos que suspirando mis versos me de las guarias, que en esa hora profunda aromaron ses y las imágenes del Silencio y de la Muerte. conducireis mañana en vuestros hombros a la región mis días fantásticos.
de la perenne paz: no me prodigueis tardíos elogios, En la serena belleza del valle del Guarco, en la mansión de las nieblas errantes, frente al Irazú, moGuarias de Turrialba, de pétalos de color de oro ría yo de amor en mi última primavera florida. antiguo, de amarillas sedas venecianas, que esparcís en la noche vuestro aroma de ensueño. en grandes jarrones os ví brillar en las estancias de los hogares venturosos. Guarias blancas, de un sonrosado rubor de doncella, de hojas amplias y suaves, que floreceis junto al mar: manos ducales que se os parecen, en canastas de frágiles mimbres cuidan de vuestra vida fugaz. Pero las que yo amo sois vosotras, tiernas, primorosas, lánguidas guarias moradas, más humildes que todas, más sencillas y más tristes.
Os ví en las tardes frías de marzo, próvidas de inverosímil abundancia, cubrir en el monte las ramas de poró; balanceándoos en ligeras guirnaldas en los corredores de los suburbios; prendidas, como inmóviles mariposas de amatista, sobre los senos cándidos y las oscuras cabelleras de las muchachas de los campos.
Moría de intensidad feliz y de encendido soñar, y de emoción sobrehumana, con el alma suspensa en Guarias amarillas, sonrosadas y blancas, símlo infinito y con el pensamiento saturado de eterni bolos fragantes de la plácida vida familiar en la inoldad. todo se revestía ante mis ojos de formas vidable tierra de Costa Rica: vivís en mi corazón ni con vanas palabras exalteis mi obra y mi vida; no irreales, de perfiles vagos, de misteriosas ensoñacio como si fuerais parásitas de mi corazón, adheridas a cubrais mi féretro de rosas purpúreas ni de románnes. Lo móvil y lo inerte, el ser y el objeto, me da mis recuerdos como las yedras a los árboles.
ticos laureles. Ni lágrimas, ni oraciones, ni dolientes ban la absoluta expresión de su sentido recóndito.
músicas. Nada de homenajes banales, ni de fórmulas las voces amigas, y los encajes de las nubes, y la efímeras; sólo quiero sobre mi sepulcro un fresco visión azul de las montañas, y el perfume de las Pero mi sentimiento más hondo, mi emoción ramo de guarias moradas.
guarias eran um mismo ritmo de placer y de música más íntima es para vosotras, guarias moradas, huen la plenitud amorosa de mi corazón, Este documento es propiedad de labialdea auartas de los repúsculoa meistaisesstrechamenteultura y Juventud, Costa Rica.
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