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1924 Página EDICION NACIONAL DE LA TRIBUNA LA CIUDAD DE SAN JOSE (Capítulo del libro titulado La República de Costa Rica. publicado bajo los auspicios del Comité France Amérique Traducción de Alejandro Alvarado Quirós. La lines férrea sube desde Cartago hasta la estación de El Alto, a mil seiscientos metros sobre el nivel del mar, punto en que se hace la demarca.
ciou de las aguas, para bajar despues hacia San Joge, la capital actual de la República de Costa Rica, situada a mil ciento treinta y cinco metros, más allá del cual surgen majestuosos, cubiertos de vegetación hasta la cima, los poderosos volcanes de Poás y de Barba.
Fue en este sitio, el Alto de Ochomogo, en donde fue derramada por primera vez la sangre costarricense en una corta guerra civil, que puso fren te a frente la capital imperialista decidida a ane.
xarse al Imperio Mexicano de Iturbide y la ciudad de San José, republicana, inclinada a la inversa a favor del gobierno independiente. Durante la no.
che del cuatro de abril de 1823 tres mil soldados josefinos marcharon contra Cartago y vinieron a situarse en las alturas de Ochomogo. Mi soldados salieron de la capital a su encuentro, se tirotearon de ambos lados pero sin ardor y al cabo de tres horas cesó el fuego a ruego del Padre Quintana, sacerdote que se precipitó entre las filas exclaman do: Hijos myos, recordad que esos hombres son vuestros hermanos, terminad vuestro encono. pesar de tanto ruido el número de victimas era exiguo, pues de un lado contaron diez y seis muertoo y veintidós heridos y del otro sólo cuatro he.
ridos mortalmente. Cartago capituló para evitar my hondas discordias y el Jefe Republicano don Gregorio José Ramírez avanzo hacia la ciudad pa.
ra ocuparla y tomar posesión del armamento. despecho del armisticlo este Jefe violento redujo a prisión a los principales caudillos Imperialistas fuerzo de aquellos que en 1856 y 1857 desafiaron la muerte y pagaron su deuda de patriotismo con la mejor moneda, con la de su sangre. sin embargo a los restos de aquellas huestes, a los sol.
dados de entonces, que no vacilaron en morir pa.
ra salvar a la patria, por cuanto no tienen otra riqueza que el recuerdo de las hazañas en las cuales participaron, vamos nosotros a impedirles que se acerquen a las urnas electorales como indignos do velar por los destinos y la suerte del país.
Si yo fuera uno de esos veteranos, a la autoridad que me preguntara. Cuál es vuestra fortuna? le contestaría tengo esta medalla de oro que la pa tria agradecida prendió sobre mi pecho. Cuenta 38ted con otras joyas? Descubriendo el lugar de la vieja herida, agregaría al punto, sí, conservo esta cicatriz gloriosa. ero la juventud no olvida y está lista a los mismos sacrificios que se hicieron antaño antes que perder la libertad. Fué al pie del monumen.
to de las gloriae nacionales que lo juró enfáticay cignamente en la manifestación reciente de protesta contra las insinuaciones del Secretario de proximidad de Cartago, Heredia y Alajuela, unida por vía férrea a las costas de ambos océanos, San José es el corazón mismo del país y se anima por el tráfico constante de los pasajeros que a ella acuden por razones diversas. Las mañanas son siempre admirables aún en la estación lluviosa y el movimiento de las calles es intenso. Las gentes apacibles, sencillas cultas, gesticulan poco al ha blar y cuando conversan no se detienen brasca.
mente en la acorn a riesgo le impedir la circula.
eien para acentuar mejor el peso de sus argumen tos. El aspecto general es correcto; los campesi nos se visten a la europea aunque muchos conser.
van el hábito de no calzarse. La mayor parte son de buena estatura, sanos y robustos, de mirada franco y de fisonomía expresiva. Acostumbran lle.
var sus alforjas un saco especial del país en extremo práctico, dos bolsas de cuero fuerte unidas por anchas Correas. Cuando marchan a caballo las olocan sobre la silla una bolsa de cada lado, ccando transitan en la ciudad las portan a ma.
no o sus pendidas por alguna de las correas y si el contenido es de mucho peso poenen una alfor.
disposiciones y luego para entregarse a los ine.
vitables placeres del baile. Las comidas no son tan frecuentes como lo desearan quizás las dueilas de casa, debida a las dificultades constantes que ocurren con el servicio doméstico. Muy varia bres y susceptibles los criados a la menor observación se despiden y suelen aprovechar la oca.
sión de una de esas fiestas de familla para pedir al saldo que se les adeuda Es por esta razón que las damas costarricenses se ocupan personalmenle de regir los menesteres de su casa y lo hacen con infinita buena voluntad.
Salvo algunas oficinas públicas o almacenes recientemente construidos, todas las casas son bajas y de un solo piso, muchas amplias con el pa1o español y su estanque rodeado de arbustos y la totalidad provistas de cuarto de baño o duchas enladrillado o cementado. La construcción usual es de ladrillo o de adobes, rectángulos de tierra prensada con paja y son frecuentes las paredes de bahareque, enrejado de cañas cubierto con tezcla, pedazos de ladrillo y repello. Después de los fuertes temblores de 1910 fueron destruidas multitud de las viejas viviendas y reemplazadas por coquetas villas de madera. Los nuevos barrios, especialmente el de Otoya están ornados por her100sas construcciones de madera o cemento armado, rodeadas de jardines de un aspecto muy risueño y confortable.
Por distintos rumbos y por encima de la planta un forme de las casas surgen edificios Importantes, por ejemplo: la Biblioteca, que no contiene menos de cuarenta y tres mil doscientos cincuenta y seis volúmenes empastados y que recibia em 000000000000000000000000000 2000200000時06satocoooooooo Bainenas 230. 000ooo y para castigar a la vieja ciudad se le arrebató Estado señor Bryan, al declarar que los Estados ja sobre la espalda y otra sobre el pecho, sirvien 1912 diez y nueve mil trescientos veintinuevo loe su titulo de Capital del Estado de Costa Rica, pa Unidos accederían a extender su protectorado en dose de las correas como si fueran tirantes.
torus, sea por término medio cincuenta y le a Ta olorgárselo a San Jose, los países de América Central, a condición de que Las mujeres pasan en gran número, a menudo dia; entre las obras solicitadas comprobamos on Desde que el tren llega a la Estación del Atlán.
éstos lo solicitaran. Nosotros no somos, dijo un bonitas, casi siempre graciosas, con sus cabellos esa estadistica 9152 en español, 1494 en franoge, Lico una nube de muchachos entran a los carros orador, de los que esperan el golpe para llorar, bien peinado, su talle envuelto coquetamente en 1265 en inglés y 125 en alemán. Visitamos tamy Olicitan con gritos atiplados Dermiso para sa. sino de los que preparan sus armas cuando el ene. los mantones de seda de colores vivos y los pies bien el Museo, los Archivos Nacionales, la Cate.
car los equipajes, cuando no ponen mano por su miso inicia sus movimientos. agrupada al re. pequeños calzados con zapatillas para realzar la dral, el Seminario, el Palacio Episcopal, que concuenta y riesgo en las valijas. Afuera esperan nu dedor del monumento, símbolo de la patria cen neza que poseen. Los ojos negros o azules de tiene la espléndida colección de antigüedades cos merosos vehículos muy trajinados y poco confor trongericana, en filas compaccas, con calma apa. mirada ardiente, los rasgos del semblante delica.
tarricenses recogida por el sabio obispo señor tables tirados por caballos desiguales, unas cuan. rente pero vibrante, toda la juventud costarricen Jos, la piel blanca y el ávalo de la cara muy puro, Thiel y que el actual prelado conserva con delo y tas victorias modernas, limpias con bestias de se entonó el Himno Nacional que fue escuchado determinadas horas se animan las calles con el mucetra con gran atabilidad a las personas intbuen porte y algunos automóviles.
como un reto y como una profesión de fe.
paso de los risueños grupos de alumnas del Cole. cadas en esta clase de estudios. En el Palacio Una hermosa avenida se extiende desde la esLa ciudad de San Jose está situada en el risue gio Superior de Señoritas, encantadoras con su Nacional se hallan instalados los diferentes Mitación hasta el centro de la ciudad, dejando a la no valle del Abra entre los ríos Torres y Maria uniforme de buen gusto: enagua azul oscuro, blu nisterios y la Sala de Sesiones del Congreso, adorizquierda un parque pintoresco y bien trazado, Aguilar y las calles regularmente construídas son sa blanca con rayas azules y sombrero alón de pa nada con los retratos de todos los Presidentes de ornado de plantas exóticas, que desgraciadamente paralelas y perpendiculares, con dos avenidas prin Ja negro con cinta del mismo color. Es una lás la República; en el Edificio Metálico se encuen.
el público no frecuenta porque lo considera muy cipales cruzadas por tranvías eléctricos en las que tima en verdad, que tanto las damas jóvenes como tran dos escuelas una de varones y otra de niñas alejado. En el centro del parque está situado un se han estabecido los almacenes má importantes las niñas se crea obligadas por un sentimiento Debemos citar también el Colegio de Señoritas, el hermoso monumento consagrado al recuerdo de bien surtidos. Los tranvías atraviesan la ciudad de coqueteria mal entendido a emplear a menudo Liceo, el Banco de Costa Rica, la Fábrica Naciola Campaña de 1856 y que se debe al cincel del en los dos rumbos tocan en las estaciones del fe artificios de tocador, la mayor parte de las veces al de Licores y en el camino de Guadalupe, el escultor francés Carrier Belleuse.
rrocarril al Atlántico y del Pacífico y se prolon. exagerados, que por lo mismo borran o disminu. Kisilo de Incurables, lugar de refugio de la ancia Este grupo de mujeres que por todo vestido tie.
gan hasta las poblaciones de San Pedro y Gua yen los encantos que con tan generosa mano les nidad desvalida.
nen una simple túnica y que muestran sus senos Jalupe. Las calles son limpias, desgraciadamente prodigó la naturaleza.
El Hospital de San Juan de Dios fue construido firmes y armoniosos, simbolizan con acierto la res aeterioradas por las lluvias, lo que obliga a la Durante el medio día todo el mundo evita el en 1852. ha pasado por algunas vicisitudes, perpuesta sublime del pueblo costarricense al grito de Municipalidad a reconstrufrlas alternativamente ardor del sol o los aguaceros torrenciales en la maneció cerrado durante algunos años y fue la patria en peligro, el esfuerzo expontáneo, una según el sistema Macadam. Las aceras resultan estación lluviosa; por las noches pasean las gen abierto de nuevo en 1863. Está hoy bien admi.
uime de los campesinos transformados en soldados realmente muy estrechas, especialmente en este tes frente a las tiendas brillantemente iluminadas nistrado con sus dos servicios de Medicina y Clpara rechazar al enemigo invasor capitaneado por pals a donde perdura aún el respeto a la mujer y y los días de retreta en el Parque Central y de rugia y en cada uno dos departamentos: el de Walker, filibustero norteamericano. Es un monu. dada la costumbre que exige tomar el lado de la preferencia en los jardines de Morazán. Bajo los hombres y el de mujeres, con su sala de operamento glorioso que entretiene en el corazón de las calle para dejarla pasar, aunque se trate de una resplandores de potentes focos eléctricos los ca ciones y otro de auptopsias, un pabellón para in nuevas generaciones el culto de la patria y de la campesina.
balleros y las señoritas pasean en sentido inverso curablee y el Departamento de la Maternidad, con Ilbertad, recordando a las que tuvieran tentación Cuando el viajero se despierta en las mañanas, en las avenidas embaldosadas y según la costum la secuela Anexa de Obstetricia de olvidarlo, la abnegación y el valor de sus an en esta atmósfera tan pura, bajo el radiante sol bre forman grupos separados que entrecruzan Entre todos los edificios públicos construidos tepasados, los héroes de Santa Rosa, Rivas y San que colora el anfiteatro magnifico de montañas miradas de inteligencia o saludos discretos con un en la pequeña capital de Costa Rica, los que Juan que rodea a la pequeña ciudad, no puede sustraer gesto respetuoso de las manos. menudo en lu. más la enaltecen son el Teatro Nacional y Durante las últimas elecciones cuando un indi se a un vivo sentimiento de simpatía y esta im. gar de salir las jóvenes permanecen en sus casas Asilo Chapul. El Teatro no es solamente el mis viduo de una Junta vacilaba y no sabia si debfa presión ha sido duradera en cada oportunidad que asomadas a las ventanas en conversación con los bermoso de América Central, sino que podría ocu.
Inscribir en la liste de sufragantes a un veterano he tenido de visitar a Costa Rica. San José tlene cortejantes, estacionados en la acera.
par el primer puesto en muchas grandes capitadel 56 que por todo recurso contaba con la pen. su encanto especial, reune la tranquilldad de una En la vida social resultan muy agradables las les de Europa. La fachada principal con sus gransión del Estado, el Presidente don Ricardo Jimé pequeña ciudad de provincia y el movimiento de recepciones celebradas con un tono de intimidad des ventanas y su fina ornamentación es de gran nes respondía lleno de indignación: Si vivimos una capital. No cuenta sin embargo más de trein. cordial. No son raras las reuniones de familia pa efecto. El vestíbulo realzado con columnas de en un pass autónomo y si los costarricenses po. ta y cinco mil habitantes (en 1913. pero como ra escuchar trozos de música y canto ejecutados demos hoy verificar elecciones, es gracias al es. Estęgagumentus iropiedad de la Bibligigca, Nacioral Miguellingen, Lizano del Sistema Narshalds Bibliotecas del Ministerio de lug y genrustiesta Rica. Pasa a la 8a página)

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