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APRENDAMOS con la República 713 Asesoría técnica: Lic. JORGE MORA BRENDA GRAFICA Las velas y el viento Hubo una vez, hace muchos siglos, un hombre que iba a ahogarse en un río crecido, y se aferró a un tronco flotante; así llegó río abajo y se salvó. Fue el primer marino del mundo, aunque tal vez él no lo supiera.
Si aquel hombre era inteligente, debió ocurrírsele una idea brillante: puesto que un madero no se hundía aunque tuviera que soportar el peso de una persona, podría unir un par de troncos y, montado en ellos, cruzar el río cuando le conviniera, e incluso dejarse arrastrar por la corriente y viajar hasta lugares lejanos. Si ocurrió esto, fue dueño del primer barco que existió. Luego, el mundo tuvo que esperar mucho tiempo, hasta que alquien pensara en ahuecar el tronco y convertirlo en una canoa; y, mucho más tarde, apareció la primera embarcación hecha con varios tablones sujetos entre sí. Entre tanto, ya habían aparecido los remos y el timón.
La vela fue el gran invento que surgió luego. Tan notable adelanto merece exponerse con cierto detalle, ya que no es posible menospreciar su importancia: como se verá el genio desconocido que inventó la vela contribuyó poderosamente a convertir el mundo en un lugar distinto. Hizo historia. lo que debió suceder fue poco más o menos lo siguiente: ese desconocido antepasado notó, como muchos otros antes que él, que el viento empujaba su bote hacia adelante o de costado, como lo hacía la corriente o la acción de sus remos. que, cuando se paraba en la embarcación, el viento la empujaba con más fuerza.
Si ponía en el bote un grueso arbusto, esa fuerza se acrecentaba; y más aún, si estiraba alguna piel sobre un mástil del bote. Entonces, avanzaba con gran velocidad.
LA PRIMERA VELA Esa piel fue la primera vela, porque fue la madre de todas las grandes superficies de lona con que han sido aparejados, desde entonces, los buques, del mismo modo que el bote que la llevaba fue el padre de todos los veleros que viera el mundo. Las grandes realizaciones logradas con velas y veleros durante los siglos siguientes sólo han sido mejoras de aquella primera vela y del bote que la llevaba. El hombre hizo sus velas mucho más grandes, numerosas y de mejores materiales; descubrió muchos medios de aparejarlas y manejarlas; las adaptó a toda clase de vientos, desde la suave brisa hasta el huracán; y construyó barcos mucho mayores, para llevar cada vez más velamen. Pero, en el fondo, su objetivo fue siempre el mismo: colocar velas que pudieran obtener el mayor impulso posible de cualquier viento que soplara.
Pero para que el hombre pudiera obtener verdadero beneficio del viento, le restaba descubrir un ardid muy importante. El viento sopla a donde quiere. dice la Biblia. En cualquier momento, puede soplar exactamente en la dirección, contraria a la que se quiere que siga el barco. cambia de dirección constantemente: cada día, cada hora o cada minuto. veces, uno tiene que esperar días enteros antes de que el viento sea propicio para cruzar un río. Podría soplar alguna vez, durante suficiente tiempo, en la misma dirección, para permitir que un navío recorriera todo el Mediterráneo, por ejemplo? Eso, prácticamente, no sucedería jamás. aunque sucediera, lo más probable sería que desviara la ruta del barco varias docenas de kilómetros del punto de su destino. QUE ES VIRAR. Por eso, el hombre necesitaba alguna forma de usar el viento sin estar a su disposición. No se sabe muy bien cuándo la encontró, pero debió de ser hace mucho tiempo. Simplemente, descubrió la manera de virar con el viento. Apenas supo qué era virar, pudo usar cualquier viento para que lo llevara en cualquier dirección. Pudo navegar con exactitud hacia el punto que se proponía, viajando con el viento o contra el viento, o de costado al viento, según como quisiera hacerlo.
Virar es simplemente el recurso de colocar las velas y manejar el timón en forma tal que el viento, sea cual fuere la dirección en que sople, impulse al barco en la dirección que se desea. Con frecuencia, desde luego, no se puede lograr que el viento lo lleve a destino en línea recta; pero siempre es posible obligarlo a avanzar en línea zigzagueante hasta allí. Si se sabe la manera de virar. y es tan sencilla que hasta un niño puede aprenderla. uno es el dueño de todos los vientos que soplen, y puede ir a donde quiera, con una vela.
Los hombres habían descubierto todas esas cosas desde hacía mucho tiempo.
na moet snel Al conocerlas, estuvieron en condiciones de cruzar todos los mares. Los empujaba no el poder del viento, en vez del poder de sus músculos en los remos; sabían virar, y les estrellas los ayudaban a orientarse. La historia de la exploración, del comercio Este doctrinas ostaba va en marcha.
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