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APRENDAMOS Asesoría técnica: Lic. JORGE MORA La noche del 21 de mayo de 1927 LITARIA EL AGUILA miles de personas se agolpaban en el aeropuerto de Le Bourget, en las afueras de París. Estaban expectantes, con la mirada fija en el oscuro firmamento; en alguna parte de aquel mar de espacio vasto y negro, un solitario aviador norteamericano se dirigía hacia París en un frágil monoplano de un motor.
Iba conduciendo el aparato el intrépido as de la aviación Charles Lindbergh, hijo, de 25 años de edad y rostro aniñado, que había sido piloto del correo aéreo y piloto acrobático. La pregunta que se hacían todos era. Lograría Lindbergh su propósito. Completaría con éxito su vuelo transatlántico de Nueva York a París?
La muchedumbre reunida en Le Bourget creía que el afortunado Lindy como lo llamaban los periódicospodía lograrlo. Pasaron varias horas, y a pesar de que la noche se puso fría, la gente seguía esperando.
De pronto se oyó el ruido de un motor. Unos reflectores gigantescos iluminaron el cielo, y se oyeron fuertes aclamaciones de la muchedumbre al avistar el avión gris plateado. Poco después, a las 10:24 de la noche, Charles Lindbergh posa ba el Spirit of Saint Louis sano y salvo en tierra. La gente no pudo contener su entusiasmo; una marea humana rompió el cordón de agentes de policía y soldados, y se precipitó desordenadamente hacia la nave.
Los franceses, a los gritos de ¡Lindbergh. Viva Lindbergh. sacaron de la cabina al esbelto y alto norteamericano y lo llevaron triunfalmente en hombros. Pálido y con muestras evidentes de fatiga, el joven aviador apenas pudo esbozar una sonrisa; declaró sencillamente. Vaya. Lo he logrado!
Sí; lo había logrado. Aquella memorable noche de 1927 Charles Lindbergh se convirtió en la primera persona que completaba sola el vuelo transatlántico sin escalas. Apodado El Aguila Solitaria. con esta proeza se convirtió en un instante en héroe mundial y figura legendaria de su época.
En 1977 los Estados Unidos y Francia celebraron el quincuagésimo aniversario de la increíble hazaña. Hubo ceremonias especiales, se emitieron sellos de correos conmemorativos y una copia exacta del Spirit of Saint Louis despegó de un aeropuerto de Long Island, en una repetición del histórico vuelo. El Spirit of Saint Louis original se exhibe actualmente en Washington, CINCUENTA ANOS ANTES 000 metros de altitud para esquivar las tormentas. En una de esas subidas llegó tan alto durante la noche, que empezó a acumularse hielo en las alas, pero Lindy lo advirtió antes de que disminuyera la velocidad del avión hasta la mínima de vuelo, y bajó adonde el aire era más caliente.
Hacia la hora 24 de vuelo, Lindbergh iba medio dormido, tenía el cuerpo entumido por la fatiga y le dolían las articulaciones; sin embargo, al disiparse las tinieblas y surgir la luz la mañana del día 21 de mayo, sintió que le volvían las fuerzas; por la tarde le levantó el ánimo avistar una lancha pesquera. Descendió con su avión y pasó casi rozando la pequeña embarcación. Un hombre lo miro desde una de las portillas; el aviador le grito. Hacia dónde está Irlanda? El pescador quedó demasiado asombrado para contestarle; así pues, lo único que podía hacer Lindbergh era confiar en que su nave estuviera volando en la dirección correcta. Y, en efecto, así era; poco después de aquel encuentro avistó una línea costera. Irlanda!
Alrededor de las de la noche pasó sobre Cornualles, Inglaterra. Una hora después estaba sobre la costa francesa.
Había logrado su objetivo; en aquel punto pudo haber aterrizado y reclamar el premio, pues las reglas de la competición especificaban que el piloto sólo tenía que llegar a las playas de Francia. Mas Lindy deseaba completar todo el trayecto, hasta París. Por tanto, siguió volando y aterrizó en el aeropuerto de Le Bourget, poco después de las 10 de la noche, tiempo local. Había hecho su vuelo de Nueva York a París en 33 horas y media.
Había terminado para Charles LindEspíritu de San Luis Charles Lindbergh bergh larga y penosa prueba; empezaba para él una vida presidida por la fama. Condecorado por los gobiernos de Francia, Inglaterra y Bélgica, regreso triunfalmente a los Varios millones de neoyorquinos asistieron al tradicional desfile bajo una lluvia de confeti y papelitos, y a la recepción que se le brindó en Broadway. Hasta su muerte, en 1974, Lindbergh siguió siendo el ídolo de millones de personas.
CINCUENTA ANOS DESPUES Hoy, el nuevo avión supersónico Concorde puede hacer el viaje de Paris a Nueva York en sólo horas y media; es decir, en la décima parte del tiempo en que lo hizo Lindbergh. Pero ni siquiera la marca de tiempo de vuelo del Concorde puede empañar los laureles de Lindy. Charles Lindbergh hizo su vuelo transatlántico solo, en un pequeño avión de un motor, sin computadoras y sin instrumentos modernos que lo guiaran.
Su valor y su entereza jamás se olvidarán.
Los sucesos que conmemoran estas actividades empezaron la mañana del 20 de mayo de 1927, cuando Charles Lindbergh subió a su avión plateado y se preparó a despegar del aeropuerto Roosevelt, en Long Island.
Lindbergh era uno de los muchos contendientes que competían por el premio de 25. 000 dólares ofrecido al aviador, o a los aviadores, que volara sin escalas a través del Atlántico, desde Nueva York hasta las playas de Francia.
Desde el momento en que se entero del concurso, Lindbergh decidió aceptar el reto. sus 25 años, el larguirucho nativo del Oeste Medio norteamericano era ya un piloto con experiencia. Sólo le hacía falta un buen avión; gracias a un grupo de hombres de negocios de Saint Louis (Missouri. obtuvo el dinero que le permitió mandar construir uno según su propio diseño. Le puso Spirit of Saint Louis en honor de sus patrocinadores.
Lindbergh tenía dos rivales principales en la competición por el premio de 25. 000 dólares; el comandante Richard Byrd, y Clarence Chamberlain. Estos dos participantes llevaban copiloto.
COM La lluvia y la niebla mantuvieron en tierra a los competidores durante varios días. Por fin, la mañana del 20 de mayo, Lindbergh resolvió arriesgarse. Llevó su avión, cargado con 707 litros de combustible, rodando por la pista. Fue un momento de tensión, pues la lluvia había convertido el campo en un lodazal, y no sería fácil imprimir al sobrecargado aparato suficiente velocidad para despegar. Pero Lindbergh era un hombre de El avión se alzó varias veces con viofirme resolución; tiró de la palanca, y lentas sacudidas, pero volvía a bajar. Por sintió que la nave se estremecía.
último, el Spirit of Saint Louis se remontó por los aires, y al hacerlo pasó rozando una intrincada red de cables telefónicos, al final de la pista. Eran las 7:52 de la mañana.
Lindbergh no llevaba radio a bordo; sus únicos instrumentos de navegación eran una þrújula y un mapa en el que había marcado su ruta cuidadosamente.
Por la manera en que estaba construida su nave con el motor y los depósitos de gasolina enfrente de la cabina. el aviador no tenía visibilidad directa hacia delante. Tenía que asomar la cabeza por la ventanilla lateral, o servirse de un pequeño periscopio que llevaba.
Once horas después de salir del aeropuerto Roosevelt, Lindbergh pasó por la rocosa línea costera oriental de Terranova y empezó a volar sobre mar abierLa última palabra por su ligereza, peso to. Desde ese momento dependería sólo y potencia, era este motor Wright de sus propios recursos; le faltaban Whirlwind 5C de 220 caballos, que 800 kilómetros de vuelo, gran parte llevó a Lindbergh de Nueva York a del cual sería entre espesa niebla y París.
nubes tormentosas.
Otro problema consistía en permanecer despierto durante el largo viaje.
El avión mismo lo ayudaba a estar alerta; no era un aparato estable; si dejaba de sostener con fuerza los controles, se salía de rumbo y las sacudidas lo despabilaban.
Durante mucho tiempo Lindbergh volo cerca del agua, a veces a sólo metros de las olas. Entonces lo atemorizaba El avión correo del capitán Lindbergh, la posibilidad de estrellarse contra un después de estrellarse contra el suelo, témpano flotante o con los mástiles de cuando aquel acababa de saltar en paalgún barco racaídas.
Ocasiones hubo en que subió hasta Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.
La llegada de Lindbergh a las capitales de Europa y luego a las de América, era como ahogarse en un mar humano. He aquí al Espíritu de San Luis.
después de aterrizar en el aeródromo londinense de Croydon.
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