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Poesía para niños EL TIOVIVO SI TIENE CORAZON No cabe duda: el tiovivo sí tiene corazón.
Un negro corazón requemado de diesel; mas, de todas maneras, es un corazón Pero eso no le importa: él ríe con los niños, él sueña con los niños.
Por eso digo, insisto: el tiovivo sí tiene corazón.
Míralo como chirria de alegría al girar, mientras entona su choc choc sonoro (viejo canto aprendido de un añoso motor de auto cansado. Cuando ya la feria ha terminado hay que ver lo triste que se queda; semeja un anciano derrotado, un albatros con las alas ya plegadas, en tierra, LAS MANOS DEL ABUELO Parece una enorme flor de pétalos rojos y amarillos, un gigantesco quitasol playero, o la carpa de un circo de aldea, venido a menos.
Cuando llegan los niños con sus risas y gritos azuzan los potros de madera, y el tiovivo se vuelve también niño y gira y gira en circular carrera.
Es que su vida es girar, girar cargar risas, gritos, ilusiones, en cada vuelta. cuando se halla solitario, como ahora, en esta plaza, sufre su negro corazón ahumado y anhela llegar pronto a la otra aldea. Qué hermosas son tus manos, abuelito. Qué hermosas son tus manos con arrugas!
Son manos que me cuentan una historia de sudores y penas y dulzuras.
Han trabajado mucho y han sufrido.
y Saben de la alegría y de la angustia.
Supieron dar el pan, plantar el árbol, cultivar el rosal, dar la ternura. en cada vuelta, como ellos, va soñando inmensidad verdegueante de praderas, galopes vigorosos y ondulación de lomos poderosos, y crines despeinadas y belfos espumantes y horizontes lejanos, muy lejanos, en donde esperan frenéticos aplausos y premios increíbles, fabulosos.
No quiere estrellas ni quietud, ni perros aullando allá a los lejos en la noche con luna; él necesita llenarse de risas y de gritos, oir su viejo choc choc de motor viejo, su estridente chirrido de hierros ayunos de trapos y de aceites para ser él mismo: un niño grande, mecánico, que gira y gira y gira, que sueña y ríe, que ríe y sueña.
Algún día lejano. dulce díatendré, abuelo, las manos con arrugas. la gente dirá. Qué hermosas manos!
iCómo saben de glorias y de luchas!
El tiovivo sabe ya, por experiencia, que sus caballitos de madera son infantil pretexto para montar corceles de ilusión.
No cabe duda: iel tiovivo si tiene corazón! un nietecito mío, puro, alegre, de alma empolvada con blancor de luna. Abuelo me dirá también mis manos serán, alguna vez, como las tuyas.
José Alberto Aguilar Soto (Costarricense)
Gervasio Melgar REPASO (Argentino)
Al solito mañanero sus plantas, al pasar dejan cose mi madre la ropa obre el cristal el reflejo olorosa de romero.
y orillas de arroyo pintan Sobre la nieve del lienzo junto a los montes de invierno, su mano revolotea que sus dedos picotean como un pajarillo tierno. aguja pico de acero)
Por la entreabierta ventana Mientras cose, va mi madre, el pregón del jardinero, rotas memorias zurciendo.
María Luisa Muñoz de Buendia (Española)
MARIA SU OVEJA María tiene una oveja como la nieve de blanca que cariñosa la sigue por dondequiera que anda.
Al ver esto, conmovidos los escolares exclaman. Por qué así quiere a María la bella ovejita blanca?
La siguió a la escuela un día y allí la ovejita blanca estuvo triste y paciente hasta que salió su ama. el profesor les responde. Porque María cuida y trata con amor a su ovejita y amor con amor se paga.
Ann Taylor (Inglesa. Trad. de Fernández Juncos. Puertorriqueño)
bien por orluu.
Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.

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