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KAN APRENDAMOS con la República NUMERO 764 Asesoría técnica: Lic. JORGE MORA VIDA EN EL GALLINERO Parecerá extraño, pero el gallinero, el pequeño gallinero cuyo bullicio inunda toda la granja, es un auténtico estado, gobernado por leyes particulares y curiosas. Nos demuestra la existencia de un orden social muy desarrollado, basado en lo que se define como el derecho a dar picotazos. En el gallinero hay animales de rango superior que tienen derecho a dar picotazos a los inferiores sin recibir réplica alguna.
En suma, existe allí una ley de soberanía y subordinación.
Una gallina picotea a todas las demás, sin que éstas se tomen el desquite: se trata de la dueña y señora, la déspota. Otra es picoteada por la dueña, pero a su vez pica a las compañeras, que no se atreven con ella. Una tercera, picoteada por la primera y la segunda, pica a las demás, pero no a las dos primeras. así sucesivamente. La misma escala jerárquica puede aplicarse a todas las demás cosas: el acceso a la comida, a subirse a la alcándara, a entrar en el nido. En resumen, las gallinas que en su estupidez nos parecen desvinculadas de toda regla, tienen su sistema gubernativo. en cuyo vértice se encuentra la que picotea a todas y en la base la que es picoteada por las demás. veces, sin embargo, el ordenamiento se viola cuando una gallina sometida se insubordina y la emprende a picotazos con la reina.
Este orden social se establece el día en que las gallinas comienzan En los primeros encuentros individuales a veces luchan, o una obtiene el predominio sin tener necesidad de luchar, porque las otras se someten pasivamente; de este modo, siempre hay una victoria física o psicológica. En ambos casos, la cuestión se decide rápidamente y, desde ese momento, la gallina vencedora tiene derecho a picotear a otra sin que ésta se rebele.
Las rebeliones son raras, y las que tienen éxito, las que dan lugar a un cambio en el orden social, todavía lo son más.
La gallina que en un gallinero numeroso ocupa un puesto bajo, y por tal motivo ejerce su predominio sobre unas pocas congénres, las trata mucho peor que la que gobierna sobre muchas.
La observación atenta y continua ha demostrado que la organización social tiende al bienestar de sus componentes, da lugar a una disminución en la producción de huevos y en el peso de las gallinas. Hasta la infeliz que ocupa el último puesto de la jerarquía y se gana los picotazos de todo el resto es digna de ser tomada en consideración, pues es una especie de válvula de seguridad, que sirve de desahogo a la agresividad de sus compañeras.
Naturalmente, las de elevado rango no sólo tienen derecho a picotear a las otras, sino a elegir los mejores alimentos y a comer las primeras, hasta quedar satisfechas. Cuál es la causa que determina este orden social? Unas sustancias químicas: las hormonas. En las aves, como en los mamíferos, los órganos masculinos o femeninos producen hormonas, que circulan por la sangre. Además de poseer las hormonas, correspondientes a su sexo (masculinas si son machos; femeninas si son hembras. llevan también en la sangre una pequeña cantidad de hormonas del sexo opuesto. Pues bien, el grado de agresividad de una gallina hacia sus compañeras está determinado por la cantidad de hormonas masculinas que tiene en la sangre. Se han hecho numerosos experimentos inyectando en las gallinas pequeñas cantidades de hormonas masculinas. El efecto ha sido un aumento en el desarrollo de la cresta y una disminución en la producción de huevos.
Tales inyecciones de hormonas masculinas aplicadas a gallinas de bajo nivel social hicieron que éstas mejoraran al cabo de breve tiempo su posición en la sociedad, hasta que terminaron por ostentar la posición más alta en cada grupo.
En los gallineros destinados a la reproducción su majestad el gallo, es el jefe supremo del gallinero. No siempre es el déspota absoluto de sus gallinas; las vigila, las defiende, las llama para reunirse cuando encuentra buena comida, pero no piensa ni en el nido ni en los polluelos. Es la gallina la que se preocupa de todo, dando pruebas de un profundo amor materno.
Cuando la gallina ha elaborado y constituido la más rica de las reservas nutritivas en torno al óvulo fecundado y ha puesto unos quince huevos, se dispone a empollarlos.
Durante tres semanas mantendrá sobre los huevos un calor suficiente para el desarrollo de los polluelos, comiendo apenas para no abandonar la nidada.
Una vez nacidos, resguarda a los pequeños bajo las alas, los acompaña a todas partes, alisa el suelo para que pasen, los llama y los reúne, pronta a defenderlos contra todo peligro. iHay que ver cómo se excita cuando los amenaza un perro o una ave de presa! Extiende las alas, levanta la cola, eriza las plumas: deja de ser una insignificante ave doméstica para adquirir un aspecto feroz. La anima el más noble de los instintos. bien sabemos con qué intrépido coraje, con qué ardor y con qué cólera se precipita contra un niño que intenta quitarle uno de los polluelos.
La gallina come continuamente.
Se dice que vive para comer. Qué es lo que motiva este insaciable apetito? La imitación. Una gallina completamente satisfecha se pone a comer si se le acerca otra ham brienta, porque imita instintivamente a la compañera.
Otro hecho curioso: las gallinas que se alimentan en terreno blando comen el doble que las que lo hacen en una superficie dura, porque el picotear sobre una superficie dura produce en su pico molestas vibraciones, que aumentan en intensidad cuanto más come.
Al igual que las demás aves, la gallina carece de dientes. Las funciones masticatorias las realiza la llamada molleja. Para ayudar a que este órgano macere las gruesas y duras semillas de que se nutre, la gallina ingiere piedrecillas que actúan como trituradores.
Cuando un polluelo sale del huevo, picotea por instinto cualquier menudencia que esté a su alcance.
piedrecillas, granos, clavos, etc. Pero aprende muy pronto, por propia experiencia, que el grano es bueno para comer y los clavos no, y no olvida la lección. Si le damos gusanos que tengan (para él) un sabor agradable y otros desagradables, en principio no es capaz de distinguirlos, y los picotea indistintamente. pesar de lo que suele creerse, las gallinas tienen un olfato más o menos sensible. Diversos experimentos han demostrado que las gallinas habituadas a comer carne perciben perfectamente el olor de los trozos depositados sobre una mesa, y acuden con el fin de comérselos.
a vivir Las gallinas son muy apreciadas, tanto por su carne como por sus huevos.
o 1os al le 0000 eeir se to OS 1у el zo on an al 10co lion se teore no el seSe observa en esta ilustración, las fases men, la pequeña masa clara de su superfi el embrión necesita una temperatura casi sucesivas a través de las cuales se forma cie. Del germen sale el embrión que se nu constante de 390, motivo por el cual las el cuerpo del polluelo. Debe saberse que trirá de las ricas sustancias alimenticas nul gallinas empollan el huevo.
en la yema del huevo se encuentra el ger contenidas en la yema. Para desarrollarse, Al vigésimo primer dia el pequeño Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y juventud, Costa Rica.
ser agujerea su estrecha prisión; a continuación, tras hacer un corte semicircular, levanta la cubierta y sale, triunfante al mundo.
Este documento no posee notas.