Guardar

de 19 EDITORIAL SPENTAGRAMA Duele confesar que hay costarricenses que están destruyendo al país.
No señalemos ya la destrucción que se ha hecho en lo económico, lo político y lo social De nuevo en discusión lo relativo a las presidencias ejecutivas No señalemos más el mundo de desbarajuste en que nos pusieron a vivir, los que hasta el viernes pasado reinaron en las alturas del poder.
Hablemos de lo que hacen algunos cuantos inconscientes que nos están dejando sin agua, sin bosques, sin recursos naturales.
De los que van asesinando las selvas al norte de la Cordillera Volcánica del Centro.
Los que van asando las cuencas hidrográficas de los ríos que suplen a las principales redes de distribución de agua potable en el Valle Central 0Hablemos de los que intensifican la labor de convertir a Guanacaste en un desierto.
Acusemos a los que han declarado la guerra al árbol.
Digamos algo de los que intentan zurcir carreteras en los parques y reservas nacionales.
Condenemos a los que han acabado, bajo el imperio del Rifle Calibre 22, con algunas especies animales de nuestros bosques.
Con motivo del firme propósito del nuevo Gobierno de devolver al Banco Central de Costa Rica su total autonomía, que con tanto éxito tuvo en sus primeros veinte años, está de nuevo en debate lo relativo a la Presidencia Ejecutiva, que el Lic. Malavassi suprime en su proyecto de ley, alrededor de lo cual se han levantado muchos sofismas y especulaciones que tienden a confundir y podrían llegar a comprometer una decisión inconveniente.
Si consideramos que las presidencias ejecutivas se crearon con el propósito de extender las manos de la Presidencia de la República hacia los institutos autónomos, en un mecanismo diseñado para lograr el total dominio de éstos, hay desde luego abundante justificativo del enorme prejuicio que han creado, particularmente a la luz de los graves problemas surgidos en el ámbito monetario. Sin embargo, después de la Ley de la Administración Pública, promulgada en mayo de 1978, ese punto carece de relevancia toda vez que de acuerdo con las disposiciones de ese código, todas las instituciones del Estado quedan sometidas al manipuleo del Poder Central. De manera que con las presidencias ejecutivas o sin ellas, los entes autónomos del Estado fueron privados de su independencia constitucional al aprobarse la mencionada ley.
No tiene importancia, por otro lado, el nombre que se dé al jefe ejecutivo de un organismo; su autoridad proviene de la estructura jurídica correspondiente, llámese Presidente Ejecutivo, Gerente, Director o simplemente jefe. Por consiguiente, si el nombramiento de gerente de una institución estuvie.
se sometido a idénticos mecanismos de origen puramente político, como las actuales presidencias ejecutivas, sería igualmente inconveniente. Lo malo está pues en que el jefe ejecultivo de una institución estatal sea nombrael cargo, en virtud de una disposición legal que permite al Gobierno de turno asumir el dominio del respectivo cuerpo directivo.
Debe tenerse muy presente que la descentralización de actividades públicas y su independencia del Gobierno Central, se hizo con el claro propósito de objetivar las acciones a esos organismos encargadas y prevenir que las mismas fuesen alteradas por consideraciones de tipo político. La sabiduría del legislador al pensarlo y disponerlo así, se ha confirmado una vez más con la catástrofe monetaria que ha creado el actual Gobierno, gracias a su dominio del Banco Central.
El frío no está pues en las cobijas. Devuélvase la autonomía al Banco Central y entonу ces será intrascendente que su jefe ejecutivo se llame presidente o director o gerente: lo importante está en que el directorio tenga independencia total de criterio a la hora de fijar las políticas a su cargo y para nombrar la persona a quien se da la plena responsabilidad en la ejecución de las mismas. Tampoco es necesario que el jefe ejecutivo sea Presidente de la junta Directiva.
No obstante lo anterior, es importante adoptar el nombre de Presidente Ejecutivo, diferente desde luego a Presidente de la Junta Directiva, en el caso concreto del Banco Central de Costa Rica, pues ello le da un grado mayor de representación en el ámbito internacional, en donde ese es el título universalmente aceptado y diferente en importancia al de Gerente, función ésta que existe simultáneamente con la de Presidente. Siendo así las cosas, si el primer ejecutivo del Banco Central de Costa Rica tuviese el nombre de Gerente, su categoría internacional se vería mermada y en consecuencia sus gestiones carecerían de la fuerza negociadora y autoridad que en ese ámbito corresponde al Presidente Ejecutivo. Sería por tanto conveniente dejar ese título. Lo importante es suprimir las normas jurídicas mediante las cuales el Banco Central de Costa Rica perdió su autonomía. quienes machetearon hasta el último de los manaties de Tortuguero, destruyeron la frondosa población de quetzales en las inmediaciones del volcán Poáas, aniquilaron los venados guanaeastecos y casi han hecho desaparecer a las dantas que pueblan las selvas cordilleranas.
Apuntemos con el dedo a los que han creído que el fuego es la única alternativa para el progreso agrícola. los que han convertido eriales en carboneras y jardines en estercoleros.
Invitemos a la reflexión a quienes sostienen que el potrero es la salvación de Costa Rica.
Llamemos a la cordura a los que se han dejado llevar por la neurastenia de declarar la guerra a lo verde.
do para Marin repitamos que duele confesar todo esto, pero que son verdades que hay que revelar cada vez que se pueda, a fin de lograr por la fuerza de la repetición, algún cambio en nuestra manera de ser.
CARESTIA PESIMISMO Publicado por Editorial La Razón Turth MA DEVALUACIÓN Director: Lic. Joaquín Vargas Gené Subdirector: Yehudi Monestel ETC Gerente General: Eugenio Pignataro Pacheco Jefe de Redacción: Luis Cartín Sánchez Gerente Administrativo: Carlos Gerardo Orozco Gerente de Ventas: Javier Odio Gurdián EMPOBRECIMIENTO Jefe de Circulación: Alfredo Brenes Beita ល lalon Central telefónica: 23 02 66 y 22 28 14 Télex: 2538 Publicidad: 22 92 15 Circulación: Apartado: 2130 23 88 85 BUENA SUERTE, IMPRESO POR 1561 roid Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.
stus DON LUIS ALBERTO! nema em IMPRESORA COSTARRICENSE IMCOSA TEL: 22 91 66s09e Oshosti no

    Notas

    Este documento no posee notas.