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LA AMARGA CRISIS DE UN PRODUCTO DULCE La tendencia progresiva que caracterizó a la agricultura e industria de la caña en el período 1950 1960, se sustituyó por el estancamiento que privó en el lapso 1970 1980 y cuyo origen fue la carencia de una adecuada rentabilidad para esas actividades.
Como esa causa persistió y ahora más agravada la década que comienza en la zafra 1980 1981, será la de la ruina de la agricultura e industria de la caña, si no se adoptan, con urgencia, los correctivos necesarios. Precisamente, dicha zafra fue la más baja en producción en los últimos cinco años y la actual ya registra una disminución de 750. 000 kilogramos de azúcar con respecto a aquella.
Pero mientras ocurre lo anterior, el consumo nacional pasó de 41 kilogramos al año por habitante en 1970, a 64, kilogramos en el presente, lo que significa un exceso de 24 kilogramos al consumo promedio o de saturación en países como los Estados Unidos de América y los más desarrollados de Europa.
Es importante mencionar que las zonas que tradicionalmente producen el azúcar blanco para el consumo interno, ubicadas en el Valle Central y San Carlos, han reducido y su producción en 40. 000. 000 de kilogramos de azúcar en las últimas cinco zafras. La importación de 100. 000 kilogramos, efectuada en 1981, es una secuela de lo expuesto.
También consecuencia del dramático deterioro de las citadas actividades, es la disminución ocurrida en el porcentaje de la producción de azúcar destinado a la exportación, el que sólo ascenderá en 1982 al 22. en tanto que en 1972 llegó al 54.
Para agravar más la situación de la agricultura de la caña en nuestro país, han aparecido dos temibles enfermedades: la roya y el carbón, cuyo control exige onerosos e ingentes esfuerzos.
La agricultura de la caña ocupa lugar preferente en la economía nacional y en la estabilidad social del país. Participan en ella miles de pequeños y medianos productores; robustece el ingreso de divisas; aporta millones de colones al Fisco; asegura elevada ocupación permanente y transitoria en las zonas rurales; suministra materia prima para un vasto sector industrial y proporciona uno de los alimentos más baratos.
Para evitar la desaparición de la agricultura e industria de la caña es imperativo hacerlas rentables, para lo cual se requiere, fundamentalmente, incrementar el precio del azúcar de consumo interno, en la medida justa para alcanzar aquel vital objetivo.
El Gobierno de la República está estudiando, con el mayor detenimiento, los problemas expuestos, para lo cual se ha presentado toda la información pertinente.
La Federación de Cámaras de Productores de Caña, que representa a más de 14. 000 cañeros, al agradecer vivamente al Gobierno la cuidadosa atención que está dedicando a la grave situación mencionada, lo insta, en la forma más respetuosa, a acoger favorablemente la solicitud de revisión del referido precio que se le ha planteado.
a FEDERACION DE CAMARAS DE PRODUCTORES DE CANA Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.
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