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Tierra La atracción de la Luna toma diferentes valores según los puntos de la masa terrestre donde se ejerce, regida por las leyes de Newton Es es mayor que en y en este mayor que en lo cual provoca el desplazamiento de la masa líquida y produce el fenómeno de la marea.
LAS MAREAS Luna B cargar y descargar directamente en los camiones. Muchos de esos barcos tienen portalones en sus proas, que al abrirse y posarse sobre el suelo de la playa, permiten que las operaciones mencionadas puedan realizarse con toda facilidad. Las travesuras de un dios pagano Todo aquel que haya estado algún tiempo en la costa del mar, habrá tenido oportunidad de contemplar uno de los fenómenos más sorprendentes que ofrecen los océanos su nivel sube y baja alternativamente dos veces al día. Como consecuencia de ello, el mar avanza o retrocede sobre la costa.
Los antiguos chinos conocieron, sin duda, ese movimiento periódico de las aguas, atribuyéndolo al pulso y a la respiración de la Tierra. En los países escandinavos, los legenda rios relatos contenidos en las sagas (escritos tradicionales que comprenden la historia, la religión y las costumbres) representan al dios del trueno y de las fuerzas aéreas, al dios Thor, aspirando las aguas del mar a través de un cuerno para, después, dejarlas caer.
Sin embargo, cuatro siglos antes de Jesucristo, los griegos ya habían advertido la influencia que tenía la Luna en el proceso de las mareas.
Quizá fue Piteas, navegante y astronomo, el primero que lo descubrió.
Pero debemos llegar a nuestros conocidos Kepler y Galileo para referirnos a los grandes hombres de ciencia que se ocuparon de este asunto.
Kepler pensaba que las aguas eran atraídas por el Sol y la Luna; Galileo opinaba que las marcas estaban relacionadas con la rotación de nuestro planeta. Ninguno de los dos explicó sus teorías. Fue Newton, el padre de la gravitación universal, quien dio las bases verdaderamente científicas del problema, haciendo este razonamiento. La Tierra decía atrae hacia sí a todos los cuerpos, y en consecuencia, también a las masas de agua de los océanos. Más aún, precisamente por ello las masas líquidas permanecen adheridas al globo.
También la Luna, por su parte, ejerce una fuerza de atracción que, aunque débil, llega hasta la Tierra. Las mareas constituyen el fenómeno más visible de la atracción lunar.
Pero el fenómeno de las mareas es bastante más complejo. Para citar un solo dato, diremos que, si las cosas fueran tan sencillas, solamente habría marea alta en los oceános que están en la dirección de la Luna ello no es así. Después de Newton, otros muchos científicos realizaron notables investigaciones sobre esta apasionante cuestión, contribuyendo a la explicación matemática del fenómeno de las mareas. Cómo se manifiesta el fenómeno de las mareas Un observador que contemple con alguna paciencia el mar cuando éste baña la costa, en una playa, notará que en determinado momento las aguas empiezan a avanzar, y poco a poco, van cubriendo mayor extensión de arena. Si inició su observación en el instante en que el mar estaba más bajo, podrá ver que el crecimiento dura exactamente horas, 12 minutos y 30 segundos.
Después, las aguas comienzan a descender lentamente, como si se alejaran de la costa. El descenso también comprende un intervalo de horas, 12 minutos y 30 segundos!
Así sucesivamente, el mar crece y decrece por períodos exactamente iguales, desde hace miles de siglos Cuando alcanza su máxima altura se tiene la marea alta o pleamar: el movimiento de elevación se llama marea ascendente o flujo. la inversa, la marea baja o bajamar indica el nivel mínimo de las aguas, y el movimiento de bajada se conoce con el nombre de marea descendente o reflujo.
Entre dos pleamares (o dos bajamares) transcurren 12 horas y 25 minutos (6h 12m 30s 6h 12m 308. lo que significa teóricamente que el fenómeno se va retrasando 50 minutos por día. Si en determinado lugar de la costa las aguas comienzan a subir hoy, por ejemplo, a las horas, mañana lo harán a las horas 50 minutos. Tablas confeccionadas anualmente permiten determinar con toda precisión la hora de las mareas en cada lugar de la costa.
Factores locales y accidentales de las costas pueden interferir en la hora de lan mareas y en su amplitud. En los océanos abiertos, las diferencias de nivel son mucho más grandes que en los mares cerrados, donde a veces apenas se perciben: mientras en las costas de la Patagonia argentina esa diferencia alcanza a 15 metros, en el mar Mediterráneo no llega a metro, y en el Báltico no pasa de 10 centímetros.
Asimismo, en el centro de los océanos, la diferencia de altura entre el momento máximo de la pleamar y el de la bajamar es muy pequeña en relación con lo que ocurre en ciertas costas, particularmente cuando son muy accidentadas.
En las inlas Hawaii, en medio del océano Pacífico, esa diferencia apenas llega a 50 centímetros.
En el canal de Bristol (Inglaterra. el desnivel es, en cambio, de unos 10 metros. en el golfo de Saint Malo, en la costa normanda de Francia, el célebre monte de Saint Michel en cuya cúspide se levanta una famosa abadía se convierte en una isla dos veces al dia, pues la marea llega a los 15 metros, inundando una gran extensión de tierras. Durante la bajamar, el lugar vuelve a unirse al continente. El desnivel más notable se observa en las costas de Nueva Escocia, en Canada: en la bahía de Fundy llega casi a 20 metros.
En cuanto a los ríos, las mareas que en ellos se producen por efecto de la atracción son insignificantes.
Pero las ondas de las mareas del mar se introducen en los grandes estuarios, avanzando río arriba y ocasionando oscilaciones en el nivel de las aguas que, en ciertos casos, es realmente notable.
El ejemplo más extraordinario se puede observar en el río Amazonas en Brasil, donde la onda marina se propaga hasta 800 km. de la desembocadura, tierra adentro, elevando las aguas en o metros. También se manifiesta en el río de la Plata, en el río Azul de la China, en el Sena (Francia) y en el Támesis (Inglaterra. En las costas, patagónicas, en la República Argentina, la amplitud de las mareas es también muy pronunciada. En río Gallegos (provincia de Santa Cruz. los barcos entran durante la pleamar, y aprovechan, más tarde, la marea baja para Origen de las mareas.
Para explicarnos el fenómeno de las mareas debemos referirnos, como ya lo adelantáramos, a la atracción esencialmente lunar, y también solar. Sorprende el hecho de que sea en especial la Luna, pequeño cuerpo celeste, el que tiene una influencia tan grande, capaz de elevar a varios metros de altura millones y millones de toneladas de agua. el Sol?
El sol, cuya atracción es tan poderosa que nos obliga a seguirlo allá donde él va, interviene también en ese proceso de las mareas. En verdad, la atracción ejercida por la Luna es el doble, aproximadamente, que el efecto del sol. pesar de su gran volumen, la acción del sol es más débil porque está 400 veces más lejos de nosotros que la Luna.
La influencia de la Luna es increíblemente importante, a tal extremo que no sólo los mares resultan atraídos. La parte sólida de la Tierra se levanta. casi un metro! dos veces por dia. Parecería que nuestro planeta pulsa, tal como lo suponían los antiguos chinos.
En el fenómeno de las mareas intervienen otros factores, como la inercia de las aguas, algo más difícil de explicar. La fuerza centrifuga que desarrolla la rotación de la tierra tiende a acumular el agua tangencialmente. Dada la inclinación del eje terrestre sobre la eclíptica se produce, entonces, el corrimiento periódico de las aguas oceánicas, Volviendo a la atracción que ejercen la Luna y el Sol, cuando ambos astros están en oposición o conjunción (es decir, cuando la Tierra, la Luna y el Sol se hallan en linea recta. las atracciones lunar y solar se suman, produciendo sobre las aguas flujos y reflujos más prog nunciados, cuyos resultados son laš llamadas mareas vivas o de sicigiaz Esto ocurre con la Luna nueva (non vilunio) y con la Luna llena (plenič lunio. En los cuartos crecientes y meno guantes cuando la Luna está en cuas dratura (el Sol y la Luna formar con la Tierra un ángulo recto. lag atracciones se restan en lugar de sus marse, y se producen mareas de inj tensidad mucho menor, llamadas mareas muertas. Rozamiento y energía.
Es fácil comprender que las in mensas masas de agua puestas en movimiento por las mareas se desli zan con fuerza incalculable por fondo y las orillas de los océanos penetrando en los golfos y bahías, ya chocando contra las costas. Se pro ducen en esta forma enormes rozamientos y se pierden cantidades fa bulosas de energía. Se trata de una cuestión de mecánica que los geofi; sicos han estudiado muy bien. Auno que ese rozamiento y la pérdida de energía pueden ser adyertidos fácil; mente, su cálculo es casi imposiblea de establecer. Algunos sostieneng que es del orden de los 000 millož nes de caballos de fuerza, energia pequeña en verdad con respecto a la energia de rotación de la Tierra Dado que ese rozamiento actúas contra la parte sólida de nuestros planeta, actúa como un freno de fricción, oponiéndose al movimiento relativo de la Tierra respecto delo mar. Las fuerzas que constituyen ele rozamiento retardan algo, muy pop co, la rotación terrestre, puesto ques la Tierra no tiene libertad absolu ta para girar dentro de la masa de agua.
La consecuencia inmediata es el alargamiento progresivo del día terrestre. Pero no nos alarmemos, pues cada día es sólo cien millonésimos de segundos más largo que el anterior.
Desde hace tiempo se ha pensado on emplear la fuerza del mar para producir energía útil, en aquellas costas donde la gran amplitud de las mareas permite aprovecharlas con ese fin. En las costas atlánticas francesas ya hay instaladas centrales mareomotrices para la producción de electricidad.
La marea consiste en el desplazamiento de la masa de los mares, provocada por la atracción de la Luna y del Sol; la atracción lunar es casi el doble de la atracción solar. En punteado, la marea muerta, cuando el Sol se halla en cuadratura; en trazo lleno, la marea viva, cuando el Sol se halla en oposición. Es dable observar las dos ondas de mareas diarias, diametralmente opuestas, que acompañan al desplazamiento de la Luna en su órbita.
Tierra Sol Luna 26 LA REPUBLICA. Viernes 14 de octubre de 1983
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