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inocho tienda de un viejo carpintero, quien tenía el nombre de maese Antonio, aunque todos le llamaban maese Cereza, en gracia a la punta de su nariz que siempre estaba brillante como una cereza madura.
Cuando maese Cereza vio aquel pedazo de madera se puso muy alegre y, frotándose suavemente las manos, dijo entre dientes. Este leño ha aparecido a tiempo: lo aprovecharé para hacer las patas de una mesa.
Dicho y hecho, cogió en seguida una afilada hacha y empezó a quitarle la corteza y a afinarlo, mas cuando estaba a punto de descargarle el primer golpe quedóse con el brazo suspendido en el aire porque oyó una vocecita muy fina que le imploraba diciendo. No me pegues tan fuerte. Figuraos cómo se quedaría el buen viejo maese Cereza! Giró los extraviados ojos a su alrededor con el fin de ver de dónde podía salir aquella vocecita, pero no vió a nadie. Miró debajo del banco, y nadie; miró dentro de un armario que estaba siempre cerrado, y nadie; miró en el cesto de las virutas y del serrín, y nadie; abrió la puerta de la tienda para dar una ojeada también a la callu, nadie. será que. Ya comprendo dijo entonces riendo y rascán.
dose la peluca. se ve que esa vocecita ha sido una figuración mía. Pongámonos de nuevo a trabajar. yolviendo a coger el hacha descargó un formidable golpe sobre el trozo de madera. Ay. Me has hecho daño. exclamó, quejándose, la misma vocecita.
Esta vez maese Cereza quedóse petrificado, con los ojos desorbitados por el miedo, la boca abierta de par en par y la lengua fuera hasta la barba, seme jante a un mascarón de los que adornan algunas fueng tes. pnuənn la te que habla como un libro abierto, aunque nadie lo escuche y que muere y resucita sin causar ninguna sorpresa; el Caracol que hace sesudas advertencias. lenta encarnación de la espera, cuando los minutos se hacen siglos! el Perro fiel que había vivido traicionando al amo, vendido a las garduñas, y cuya memoria es santa y venerada porque ha sido dicho que no puede haber un perro traidor a su amo. Pinocho aunque convencido de lo contrario, respeta el mito.
Aventuras en las que el mundo se nos presenta tal cual, aunque envuelto en velo mágico, y el muñeco va por él, llevado de aquí y de allá: lleno de buenas intenciones que rara vez puede realizar porque son más grandes sus deseos de divertirse y sus anhelos de libertad y porque él no es más que un muñeco y las trampas de ese mundo siempre en acecho, son innumerables e imprevisibles.
Las aventuras de Pinocho, no importa que Pinocho sea un muñeco, es el libro de un niño vivo, en un mundo vivo, para niños vivos, inquietos, atolondrados, sanos, que sólo piensan en travesuras, o que, sin pensarlo las realizan, como todos los niños, pero que saben de amor, de fe ingenua, de alegrías y tristezas y, de fracasos.
Pinocho es un libro que lleva a leer, que invita a proseguir su lectu.
ray las lecturas. Porque cuando hemos gustado el encanto de un libro, seguiremos buscando en las bibliotecas nuevas horas de encanto, en nuevos libros. esto es verdad para grandes y para chicos.
terio de Cult Pinocho CARLOCOKLOCE LAS AVENTURAS DE PINOCHO Lo parece un acierta que la Editorial Costa Rica se haya sumado a la celebración del centenario de Pinocho ofreciéndole a nuestros niños una edición tica de las famosas aventuras.
Carlo Collodi, su autor, las fue publicando, por entregas en el Giornali per bambini. periódico que dirigían en Roma algunos amigos suyos, entre julio de 1881 y enero de 1883.
En ese mismo año de 1883 la Storia di un buratino (cuento de un títere) con su nuevo nombre: Aventuras de Pinocho salió a la luz en forma de libro y empezó a conquistar el mundo de los niños. Una hermosa y difícil conquista.
En un siglo, Pinocho ha alcanzado el rango de héroe de la Literatura Infantil, tan importante como el de cualquiera de los héroes de la Literatura Universal, si es que damos su verdadero valor al mundo del niño, a los intereses del niño, a la niñez del hombre.
En un siglo, Pinocho conquistó el mundo infantil con las armas poderosas de su verdad de niño: travieso, fantaseador, tierno y pícaro.
Los niños que lo conocen, lo aman; y todos tienen derecho a conocerlo, a deleitarse con él, a leer sus inmortales aventuras.
Aventuras del principio al fin, aventuras en las que, como en la vida, el héroe muchos críticos sapientes lo han llamado antihéroe no sale vencedor ni tampoco vencido. Aventuras que encantan y mantienen interesado al lector con sus situaciones imprevistas, sus soluciones inesperadas, sus personajes, mitad reales, mitad fantásticos, que se nos presentan como conocidos de siempre: animales que hablan, el Hada que puede ser hermana o madre; Geepetto que aparece cuando es seguro que se había muerto tal vez, ahogado: la Zorra y el Gato. los bandidos!
que todos conocimos y hemos temido en nuestra infancia; la Villa de Enganabobos con la injusticia, que el niño siente en carne alma, entronizada; y su ley del embudo que siempre encuentra el camino para inculpar y castigar a la víctima que es un asomarse al mundo de los grandes. el Grillo ParlanCorona PIZZEROLAS Tosty Boquitas crujientes con sabor a pizza.
Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas PIZZEROTAS Tostaditas de Maiz con sabor a Pizza CAPITULO PRIMERO De como sucedió que maese Cereza, carpintero, encontró un pedazo de madera que lloraba y reía como un niño: LA REPUBLICA Martes de junio de 1984 Era una vez. Un rey. dirán en seguida mis pequeños lectores.
No, niños, os habéis equivocado. Era una vez un pedazo de madera. No era una madera de lujo, sino un trozo vulgar, de los que en invierno se echan en los hogares y las chimeneas para encender el fuego y calentar las casas, Ignoro como pudo suceder, pero el caso es que un buen día este pedazo de madera fue a parar a la Tosty ¡A QUE NO PUEDES COMER SOLO UNA!
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