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LA REPUBLICA. Martes 15 de octubre de 1985 11 Microfilme: Integración Centroamericana La embarcada: Una historia para ser contada 2 Ing. Gregorio Escalante S el a (1951 1979)
Hace tres décadas y casi un lustro, ane Centroamérica quiso iniciar un retorno hacia la antigua tradicion de su destino unitario o integral frente al mundo, puesia a prueba en 1856 en la lucha contra William Walker. Fue cuando en octubre de 1951, respondiendo con sentido pragmático al ideal morazánico, reiterado, desde Guatemala, en un salto que va de Justo Rufino Barrios a Juan José Arévalo, los Ministros de Economía de los cinco países centroamericanos, convocándose en México bajo el ámbito Alberto Ordoñez de la Comisión Económica para AméArgüello rica Latina (CEPAL. decidieron integrar sus economias y la promoción de mercados más amplios mediante el intercambio de sus productos.
Así surgió la planificación del esquema de la Integración Económica Centroamericana y su Mercado Común, culminando en diciembre de 1960 con la suscripción del Tratado General de Integración Económica regional cuyos programas funcionales se desarrollaron, durante sus primeros años, con un éxito espectacular que llamó la atención del mundo entero. Recordamos la exaltación que hiciera del movimiento integracionista centroamericano el Secretario General de las Naciones Unidas (ONU) Dag Hammarksjold en esa época.
Dentro de la gama institucional creada bajo el ámbito del esquema istmeño, llegaron a destacar como fundamentales: la Organización de Estados Centroamericanos (ODECA. la Secretaría de Integración Económica Centroamericana (SIECA) y el Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE. La primera, en el orden de interrelación jurídica conducida por los titulares de Relaciones Exteriores; la segunda, como organismo ejecutivo de las decisiones adoptadas por los Ministros de Economía; y el tercero, como organismo financiero del proceso de integración regional.
Todo iba muy bien hasta julio de 1968, cuando luego de repercutir sobre el proceso integrativo centroamericano una abrupta recesión económica internacional, por divergencias de demarcación limítrofe, los estados siameses de vieja hermandad morazánica de Honduras y El Salvador, entraron en una guerra fratricida que vino a desquebrajar el esquema de los cinco países del Mercado Común, con repercusiones que, no obstante el tratado de paz, y de arreglo pacífico de la controveria, se han sentido desde entonces en Centroamérica.
Por otra parte, a partir de 1968, se identificaron serios obstáculos en la integración centroamericana, tales como los desequilibrios del sector externo en las relaciones comerciales con el resto del mundo; las restricciones del ahorro, la inversión y las finanzas públicas; el desempleo y subempleo; la deficiente estructura social detectada en la educación, vivienda, nutrición, salubridad y seguridad; carencia de una política de desarrollo integrado, por cuanto prevalecía el interés nacional, a pesar del impulso alcanzado por el libre comercio; rigidez de los instrumentos jurídicos de la integración; deficiente participación de los niveles de población en el proceso integrado; y, finalmente, participación desigual de algunos países en los beneficios de la integración y el libre comercio.
Pero este microfilme de la Integración Económica Centroamericana registra dos importantes acontecimientos: 1)
Luego de un estudio profundizador de todos esos obstáculos, los Ministros de Economía deciden, un julio de 1973, constituir un Comité de alto nivel para la reestructuración y perfecciona niento del Mercado Común Centroamericano (CAN. el cual, luego de intensas labores, técnias e investigativas, formuló en marzo de 1976. su Proyecto de Trata lo que crea la Comunidad Económica y Social Centroamericana propuesto por la SIECA, y 2)
Sin embargo, por consecuencia de discordancias centroamericanas que vienen a agravarse, tres años después, con la interrupción del onflicto mundial Este Oeste en nuesIra América media aun en el resto de América Latina, la integración centroa ericana entró en la crisis más severa de toda su historia aoderna.
Pero ahora se sentan perspectivas de recuperación centroamericana a avés del Plan Jackson del Informe Kissinger; de los a: erdos adoptados con la Comunidad Económica Europe (CEE. y la posibilidad de que las negociaciones del cupo de Contadora por la paz, democratización y reconliación en Centroamérica culminen a corto plazo, o sean vadas a seguro puerto por la Organización de Estado Americanos (OEA)
Este es un miere Ime del drama de la Integración Cenroamericana hasta 979.
a A exploración petrolera que lleva a cabo RECOPE ya perdió actualidad. Desaparecieron como por encanto las gacetillas semanales, en que se nos anunciaban los éxitos obtenidos, se hablaba de los petróleos descubiertos y a punto de ser refinados.
Silencio absoluto en Talamanca, en donde ya dejaron de horadar el subsuelo en busca del preciado líquido, y hermetismo profundo de la maquinaria propagandística de la empresa que no puede ocultar los desaciertos de su loca aventura y los millones que se gastaron en disparates.
La exploración petrolera de RECOPE está por hacerse historia que muy pronto habrá de escribirse para ser correctamente analizada.
Tomo en cuenta ese loable fin y se me ocurre hoy narrar una anécdota que cobra actualidad y es útil para ese necesario análisis.
Todo ocurrió en las postrimerías del gobierno de Carazo. Creo que fue en abril de 1982.
Una reunión informal en la sede del partido triunfador, el Balcón Verde, con personajes que están afortunadamente vivos y, que yo sepa, muy activos: don Calixto Chaves, designado Ministro de Energía y otros menesteres, el licenciado Numa Estrada, designado Viceministro de esa dependencia, el doctor Roberto Dobles, quien milagrosamente había sobrevivido el nuevo cambio de régimen pasando de jefe de exploración petrolera de Carazo a presidente de la RECOPE de Monge, y yo, simple ciudadano.
La reunión, que en un principio se me dijo sería únicamente con don Calixto, la provocó un amigo mio que creyó de buena fe que al Ministro adportas podría interesarle conocer mi opinión sobre la manera en que se estaba llevando a cabo la exploración petrolera que, con tanta alharaca, se había iniciado en tiempos de Carazo.
La ocasión, además, sería propicia según la sana intención de mi buen amigo, para que don Calixto pudiera darse cuenta de que yo no era el terrible ogro que se me había hecho parecer al enfrentarme a los designios tan personales de los que inventaron la insana divagación que ahora don Calixto se aprestaba a enfrentar y la cual tendría oportunidad de enderezar. Tendré siempre muy clara la actitud de don Calixto al aceptar esta reunión. Agradecido, se lo reconozCO.
Al Balcón Verde llegué puntualmente para la cita. Atendido con amabilidad, fui recibido por don Calixto y su comitiva. Por cierto que a todos los llegué a conocer personalmente, por primera vez, en esa memorable ocasión. Pasamos enseguida a una oficina en que nos sentamos todos a esperar acontecimientos, en profundo silencio. Nadie osaba romper el hielo del ambiente, hasta que se me ocurrió lanzar al aire una pregunta directa al más importante de mis interlocutores: don Calixto le dije. se ha dado usted cuenta de la embarcada que le han dado?
La atronadora frase tuvo como inmediata respuesta un profundo silencio, que de subito fue interrumpido por una rápida y muy segura descolgada de don Roberto Dobles, quien visiblemente molesto y evidentemente interesado en defender su obra con Carazo, me reprendió, recalcando la forma despectiva con que yo trataba un programa que disponía del apoyo incondicional de un gobierno amigo. En esos días se comenzaba a perforar el sin par pozo San Jose1, por parte de PEMEX.
Siguió una larga letanía recalcando las bondades de la ayuda que México prestaba a Costa Rica y la admirable tecnología que se usaba en Talamanca. Se nos narró con lujo de detalles la serie de reuniones en que don Roberto había estado presente en México y en las cuales altos dignatarios de ese país, incluyendo al propio Presidente, habían prometido esa desinteresada ayuda. Nos dijo don Roberto, con gran énfasis, que México no podía arriesgar dinero y, más que todo, prestigio internacional, al meterse en Costa Rica, si no tuviera la seguridad de que se encontraría el petróleo. Esto era palpable para los que habían estado presentes en esas reuniones de tan elevada categoría.
Ante tan tajantes palabras, dije yo que cabalmente era esa visión política del asunto lo que preocupaba y perturbaba a los que seguíamos de cerca los vaivenes del programa que llevaba a cabo RECOPE; y con el permiso de los presentes pasé a narrarles los pormenores de una reunión sostenida con colegas geólogos mexicanos, aprovechando una reunión de la Sociedad Geológica Mexicana celebrada en Ciudad de México pocos días antes. mis buenos amigos colegas mexicanos, amistades que he conocido a lo largo de quince y veinte años, les participé en reuniones privadas los detalles sobre la manera errada en que se estaba llevando a cabo el programa de exploración petrolera en Costa Rica y les hice notar la preocupante manera en que se hacía aparecer a la tecnología petrolera mexicana como la futura salvadora del país. Ilustré mis conversaciones con recortes de periódicos costarricenses, que mostraban la cruda situación. En una reunión final con distinguidos amigos, incluido el propio presidente de la Sociedad Geológica Mexicana (quien cabalmente había visitado Costa Rica en misión oficial) y altos personeros del Instituto Mexicano del Petróleo y de la misma PEMEX, me dijeron muy atormentados que ellos, como técnicos, nada podrían hacer al respecto, porque las decisiones en cuanto a la colaboración mexicana para RECOPE eran resoluciones puramente políticas.
Poco más se habló en el Balcón Verde después de esta intervención mia. Recuerdo, eso sí, una preocupación latente de parte de don Numa Estrada, quien parecía estar descoso por conocer más sobre el tema, sin atreverse a hacer conversación.
Vuelve a mi mente hoy día, a tantos años de esa reunión, la atronadora frase con que atormenté a don Calixto. Porque ahora, con una mejor perspectiva de lo acontecido en las exploraciones, me doy cuenta de que estuve en lo cierto al decir lo que dije y se pone más claro que don Calixto, en realidad, su buena embarcada se dio.
Esta herencia de Carazo, que llegó a don Calixto a través de su albacea don Roberto Dobles, y que ahora yace sumida en el más profundo de los fracasos, tendrá que ser una gran cruz que pesará sobre él por mucho tiempo.
Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.

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