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10A Jueves de marzo, 1999 OPINION LA REPUBLICA Editorial LA REPUBLICA FUNDADA EN 1950 PUBLICADA POR EDITORIAL LA RAZON, MIEMBRO DEL GRUPO HOLLINGER Cooperativismo, una prioridad DIRECTORA Ivonne Jiménez JEFE DE REDACCION Oscar Núñez Olivas EDITOR DE ECONOMIA Wilmer Murillo EDITORA DE INACTUALES Carmen Juncos EDITOR DE DEPORTES Franklin Solis JEFE DE DISEÑO José Luis Cojal PRESIDENTE EJECUTIVO Fred Blaser TESORERA EJECUTIVA Rosemary Engels JEFE DE CIRCULACION Marco Alvarado.
LA REPUBLICA en Internet http: www. larepublica. co. cr Apartado 2130 1000 Fax redacción 255 3950 Oficina San José 221 5196 Central Teletónica 22725136 7257 0411 vas.
OPINION DE LA DIRECTORA Con respeto Las cooperativas en Costa Rica atra negociación, si se pusiera en la balanza viesan un periodo de inestabilidad y di lo que atizando esas contradicciones de ficultades. El modelo en su conjunto tre larga data, se está poniendo en juego.
pida al influjo de la competencia de em Es relativamente normal que diferenpresas más eficaces, pero no siempre de tes fuerzas se muevan en el seno de la somayor impacto social que las cooperati ciedad y de un movimiento tan complejo como el cooperativo. Lo que no resulta En ocasiones, parece haberse queda normal niconveniente es la prolongación do rezagado, fosilizado ante la moderni en el tiempo de conflictos que en mucho zación y el dinamismo de la economía tienen por base pugnas entre dirigentes, contemporánea. Otras veces, parece que meras luchas de poder o personalistas.
las dificultades se han acrecentado a con En realidad la base cooperativa, ciensecuencia de una voraz centralización tos de miles de costarricenses, que fordel poder en ciertos dirigentes y de ma man parte de las cooperativas de consunejos que no han sido bien explicados, al mo, de vivienda, de café, de comercialiconjunto de la sociedad.
zación o de las autogestionarias, es basToda esta situación es altamente preo tante ajena a las contradicciones que ha cupante, pues el cooperativismo agremia vivido el cooperativismo en la cúpula.
con seguridad a más de 300 mil socios. De Por otro lado, el desdén con que a vemodo que una crisis en este movimiento ces pareciera que el Gobierno central mino puede resultar irrelevante ni para el ra al movimiento, es injustificado, y daEstado, ni para el resto de la sociedad ci da la amplia base social del cooperativisvil.
mo, hasta desleal e inmisericorde.
Es insólito que el movimiento coope El cooperativismo costarricense no rativo se haya visto precisado a acudir a carece de raigambre, ni de identidad.
una propaganda costosísima por la pren Más bien esas son fortalezas del movisa, para obligar a una definición de polí miento. Pero es menester abocarse a fonticas, que hasta la fecha no parecen esbo do a acometer la tarea de su reestructuzarse con claridad por parte del gobierno ración y modernización.
actual. Tal propaganda, legítima como es, Todo lo cual debe hacerse, a nuestro le drena recursos al movimiento coope modo de ver, poniendo en primer plano rativo, los cuales podrían y deberían des y teniendo en cuenta la amplia base detinarse a fortalecer el modelo en la base mocrática de apoyo que ha caracterizado de éste, es decir en la producción, en la al cooperativismo costarricense.
comercialización o el financiamiento. En esta tarea, el Gobierno de la RepúPor otro lado, es palpable un enfrenta blica debiera sentirse directamente immiento entre grupos que se mueven en el plicado y tener en su agenda el apoyo y seno del coperativismo, derrochando transformación de las cooperativas, coenergías que podrían enjugarse en una mo un punto medular.
JIMENEZ a a En ese tiempo había un policía en cada esquina. Mi abuelita, quien era mi nana en ese momento, me enseñó cada rincón de mi desordenado y lleno de curiosidades San José. Con ella aprendí las delicias del mani calientito re cién salido del horno en el mercado y lo bue no que sabía después de pelar enormes cantidades con mis propias manos. Para mantenernos entretenidas y que la molestáramos me nos, ella se las ingeniaba para darnos ocupaciones: mi hermanita y yo debíamos pelar va MSc. IVONNE rios kilos de maní sobre la mesa sin comer ningún grano. sino hasta haber acabado la tarea. Claro que hacíamos trampa. pero su objetivo se cumplía. Con ella pude ver los últimos entierros con antiguos coches tirados por elegantes percherones negros, que se dirigían a la Iglesia de las Animas y al Cementerio General. Ella me enseñó las tumbas de los ex presidentes, y me hizo aprender dónde estaban las de la familia.
Con ella vi los barrios aristocráticos de la vieja ciudad, los barrios feos acabados de formar a la carrera, la Catedral, la Mata de Tabaco, las paradas de buses. un lazarillo con sapiencia de edad pero curiosidad de niña.
Con ella aprendí también, que me llevaba al Banco a depositar sus ahorros, o simplemente por las calles capitalinas, que no debía tenerles miedo a esos señores todos uniformados y a veces con armas que había en las esquinas, o a la entrada de ciertos edificios.
Ella me enseñó el Buenos días o Buenas tardes con el que siempre debía enfrentarlos y el respeto y la consideración que merecían, porque ellos estaban allí dispuestos a arriesgar su vida para proteger al ciudadano.
Ahora, cada vez más, con el armamento y la agresividad que maneja el hampa, no solo la arriesgan su vida sino que la pierden. se trata de los hijos de nuestros más humildes ciudadanos. Los policías no son personas adineradas, pero ejecutan una función vital en nuestra sociedad.
Por eso creemos que la reacción del Ministro de Seguridad ante la muerte del guardia rural Franklin Rojas Camacho, ase sinado en cumplimiento de sus deberes en San Pablo de León Cortés, es una muestra muy valiosa de un cambio de actitud que debe desarrollarse aún más en un esfuerzo coordinado.
La ciudadanía necesita seguridad. Todos estamos conscientes de la indefensión que vivimos. Pero el guardia civil que apostamos en la calle debe tener el entrenamiento y los recursos ne cesarios para no convertirse en carne de cañón. cuando, como resultado de sus labores pierde la vida, corresponde al Estado reconocer y responder debidamente a este sacrificio. Ojalá que incluso no fuera solo la medalla al mérito y un entierro digno, como bien se ha hecho ahora, sino la compensación económica a sus familiares.
No creo en fuerzas militares y sería la primera en denunciar una traición al espíritu civilista costarricense, pero estimo que eso está muy lejos de las intenciones de este gobierno y que las acciones que estamos viendo corresponden más bien al esfuerzo por satisfacer la demanda general de un cambio en el terreno de la seguridad que requerimos.
Velar por la calidad y responsabilidad de estos funcionarios es otra tarea del Ministerio. Todos estamos cansados de que el hampa haga de las suyas y de desmanes de la propia policía.
Pero no seríamos responsables si no asumiéramos también nuestra cuota de trabajo: es hora de que eduquemos a los niños enseñándoles respeto y consideración por nuestra policía, y es hora de que los adultos dejemos de menospreciar y burlarnos de este tico humilde que ejerce estoicamente sus funciones bajo el sol y la lluvia con la misión de protegernos.
Apuntes DIAN, ME CANSE DE ESPERAR QUE BAJARAN MEDICAMENTOS PORRAS 99 Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.
Este documento no posee notas.