Guardar

ceel ghoib ogni 01. 2018 dionod SEMANARIO CULTURAL SEC. EDITORA: LORNA CHACON DIAGRAMACION: YIRA MORALES 55 Una ciudad sin muro T y con artistas A torik betetzen thyer R erlín entró en mí a través de la fuerza irrefrenable del cine y de los libros. Podría confeccionar una extensa lista de mis preferencias desde Berlín Alexanderplatz hasta Metrópolis. pero prefiero atenerme a aquellos que me marcaron de modo más profundo y permanente.
El filme El huevo de la serpiente. de Ingmar Bergman, y los textos Infancia en Berlín hacia 1900, de Walter Benjamín, y Zoológico o Cartas no de y amor. de Víctor Sklovsky.
La película de Bergman me fascinó a través del horror; en ella, Berlín era el infierno. Las memorias de Benjamín me envolvieron con su púdica expresión de la ternura; allí Berlín era todavía el paraíso. El libro de Sklovsky que en sus apenas cien páginas alcanza a ser novela, memoria, ensayo y poesía, me permitió entrever el dolor insondable del exilio. Un ruso en Berlín dice Sklovsky es como un oso polar en el trópico. Al leerlo, y sufrir con él, no imaginaba siquiera que alguna vez también yo viviría exiliado en Berlín, y que un cubano, en Berlín, puede sentirse a veces como una golondrina en el polo.
En todo caso, supongo que la primera vez que pronuncié el nombre de la ciudad donde hoy habito tendría apenas cuatro años. Conservo la nítida memoria de una noche en que los niños recorrimos las calles del barrio obre ro de Luyano, al sureste de La Habana, armando un escándalo descomunal al son de latas viejas, mientras cantábamos con frenético entusiasmo. Pin pin, cayó Berlín ¡Pon pon, cayó Japón. Debe haber sido el de mayo de 1945 o quizá el día en que estalló la bomba atómica en Hiroshima; no podría precisarlo con exactitud, aunque sí recuerdo que estábamos contentísimos.
quos PROIZ 15 Pasa a Pág. Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.

    Notas

    Este documento no posee notas.