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Deportes 4B LA REPUBLICA. Lunes 27 de mayo de 1996 Cuando el fútbol no es lo que importa 5W, LUIS ROJAS GOMEZ La República a bronca estaba anunciada, y si no se produjeron hechos peores a los que se vivieron en La Sabana, el domingo trasanterior, fue por la vigilancia que hubo en el Estadio Alejandro Morera y porque los saprissistas desaparecieron a tiempo de Alajuela. Cuando terminó el partido, nos infiltramos entre la Doce. para poder contarle a nuestros lectores la realidad de los sucesos que se iban a producir.
Minutos antes que finalizara el partido, los pocos miembros de la Ultra Morada que asistieron al estadio fueron abandonando poco a poco el coliseo y lo hicieron bien, porque cuando terminó el cotejo, la Doce manuda emprendió una cacería de morados por todo Alajuela.
POCAS PRESAS La República Marco Monge La Doce manuda fue controlada dentro del Estadio, pero afuera se enfrascaron en una cacería de saprissistas.
La República Abelardo Fonseca Debido a que las autoridades no les permitieron agredir a quienes salían del estadio, se fueron a la esquina; lucían desesperados buscando todo lo que fuera de color morado.
Corrieron hacia el centro de Alajuela, y de camino se toparon a un solitario muchacho saprissista a quien agredieron rompiéndole la boca, a pesar de las súplicas del joven, para que no le pegaran. El indefenSO cionado tuvo que meterse en una casa para evitar una golpiza mayor.
Siguieron buscando saprissistas, pero no los encontraron, porque (por dicha. entre más avanzaban, más se alejaban de los aficionados morados, que casi anónimos estaban en las cercanías del Estadio.
Empezó a llover, el grupo iba disminuyendo. Conforme avanzaban, notamos que esta Doce estaba dividida entre los que querían cobrarle a los morados lo sucedido en el Nacional y un grupo de tipos nocivos, que pretendían eso y daños mayores.
En una esquina, 200 metros al sur del Cine Futurama se toparon a una muchacha, pequeña, de unos 16 años, con una gorra saprissista; aiguien se la quitó y la joven se dio de golpes con el tipo, quien se la devolvió, pero sus compañeros quisieron agredir a la joven. Que la violen. Que la desnuden. esos eran los gritos de guerra.
Entonces, un grupo de la Doce intercedió por la joven (incluido el mismo que le quitó la gorra) y casi que tuvieron que darse de golpes con los mismos del grupo, para impedir que dañaran a la muchacha, que valientemente, nunca les negó la cara y se defendió como pudo.
Por último, vieron venir a dos niños (de unos 10 a 12 años) con camisetas saprissistas, pero aquellos, apenas los vieron se las quitaron y las escondieron.
Frustrados porque no encontraban saprissistas identificados, unos miembros de la Doce. ahí, 200 mts al sur del Cine Futurama, quebraron los vidrios de una vieja casa donde, se nos dijo, vive, sola, una anciana.
Al ver esto, algunos del grupo se indig.
naron y gritaron. Esto es Alajuela, no la destruyamos! Muchos se devolvieron entonces y en la banda solo quedaban los que querían seguir causando daño. Cuál saprissista va a volver a Alajuela. Cuál alajuelense regresará al Saprissa? Mientras existan estas barras. muy poCOS.
Este joven mora do fue de los agredidos. Esta ba en mal lugar, en mala hora y pagó las consecuencias de una violencia, que nada tiene que ver con el fútbol.
Lo protege un amigo. liguista.
La República Marco Monge Los efectivos de seguridad requisaron a los aficionados y decomisaron, entre otras cosas, vidrios, un espejo, gases, cuchillas y la media tijera que se aprecia en la gráfica.
La República, Marco Morce Para esto fueron echas las barras; para apoyar. Los pleitos y la violencia son para los delincuentes.
Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.

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